CIELO: sin tiempo, guerra.Mantengo mi mirada fija y mi espada empuñada en dirección al arcángel Miguel.— ¿Por qué me odias tanto? — me cuestiono, con dificultad para hablar. Ya que mantengo mi espada filosa en su cuello sangriento.—Es una pregunta estúpida, arrancas flores y luego les preguntas ¿Por qué se marchitan? Pensé que los arcángeles eran inteligentes— me burlo de él.El arcángel Miguel forcejea conmigo, pero mi poder lo supera, esta energía diabólica que recorre mis venas hace que no tenga límites.—No podrás matarme, Dios no lo permitirá. ¡Soy intocable, maldita escoria!— ¿Ah sí? — sonreí, empuñe mi espada, la alce y antes de clavársela dije— veremos qué tan cierto es— deje caer la espada en lo profundo de su cuello, haciendo que su cabeza se desprenda de sus hombros y ruede por el suelo, manchando todas las cosas blancas celestiales de rojo sangre.Todos pararon en seco y observaron la tétrica escena, menos Lucifer, él estaba sonriendo orgulloso.—No puede ser— murmuro
"Nunca le he temido a la muerte, creo que es lo más seguro que tenemos en la vida, es igual de seguro que respirar y parpadear, es inevitable. Lo que las personas realmente temen es que sea pronto, inesperada y abrupta; la idea de ya no estar con tus seres queridos, o de dejarlos abandonados, desprotegidos y sin ese amor que solo tú puedes ofrecer.Eso es a lo que realmente se le tiene miedo, a ya no estar con quienes amas y convertirte en un simple recuerdo..."Jacksonville, Julio, 2020. Recuerdo una cálida brisa de verano golpeando mis cabellos, me gustaba abrir la ventanilla del auto y asomar mi rostro para sentir ros rayos del sol directos en mi rostro. — ¡Te vas a quemar la cara con el sol tan fuerte que está pegando! — me reclamaba mi madre, desde el asiento del copiloto. Siempre era lo mismo cuando hacíamos estos viajes ocasionales; mi padre manejando, mi madre elegía la música y yo solo admiraba el hermoso paisaje que duraba solo minutos debido a la velocidad del auto. Íba
Orlando, Enero 2024.Un olor a alcohol y a desinfectante de limón llego a mí, seguidos de un sonido constante, un sonido que no pude descifrar sino hasta después de que abrí mis ojos. «Estoy en un hospital» pensé. No podía moverme aún, abrí de apoco mis ojos para detallar en dónde estoy realmente.Tenía una máscara de oxígeno en mi cara, muchos cables pegados a mí y a una máquina que detectaba todos mis signos vitales, ese era el sonido que no lograba reconocer. También tengo un extraño tubo introducido en mi nariz, a pesar de que se ve muy incómodo y molesto, es como si mi cuerpo se hubiese acostumbrado a tener todo esto encima y dentro.Mis latidos eran normales, según recuerdo en las últimas clases de enfermería, explicaba justo el uso de esa máquina; Un pulsímetro o monitor de frecuencia cardíaca. Mi cuerpo se sentía pesado, como si necesitará estirarme o extender mis extremidades.Me encuentro en una camilla, llena de yesos en mis extremidades y uno en un brazo.La habitación se
Escucho los gritos de mis padres desesperados por salir del auto, los cinturones de seguridad no se desprenden, no pueden liberarse, yo estoy fuera del auto. De pie, mirándolos fijamente inmóvil.—Zoe, ayúdanos, Zoe, estamos muriendo— grita mi madre, yo no puedo hacer nada más que mirarlos. Sus gritos de desespero hacen eco en mi cabeza, retumbando la culpa que me come por dentro al saber que yo también debí morir con ellos.Abrí mis ojos rápidamente, mi pecho acelerado a mil por segundo; mi corazón late fuerte y rápido como caballos en una carrera, estoy sudando a pesar del frío que hace en esta habitación de hospital. Mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, todo esto es demasiado que procesar. Aunque pasé seis meses en coma siento la muerte de mis padres y de mi abuela como si hubiese sido ayer.Intenté levantarme para ir al baño que tengo justo en mi habitación, mirando el reloj que hay pegado en la pared y me fijo que son las tres de la madrugada, me detengo al ver que un
‘’El infierno solo es infierno cuando se sufre, pero en el dolor también hay placer. ’’ El ardiente lugar al que me han condenado desde que me rebelé contra el mismísimo Dios; creador de todo, ha sido mi hogar, mi infernal hogar. Dominando por años las torturas a personas que comenten pecados, atormentando a demonios que solo ceden ante mis demandas, mis leales súbditos, condenados a la eternidad para servirme. Me rodea la maldad: el dolor, la ira, la venganza, las más oscuras intenciones del ser humano; humanos... Todos son tan iguales, tan hipócritas consigo mismo. Los conozco, perdí la cabeza por una humana hace siglos, la perdí por enamorarme de quien no debería. Pero solo un tonto pensaría que algo prohibido no me llamaría la atención. Dios me ordeno firmemente que no tocase a sus perfectas creaciones, sus más grandes obras, diseñadas para servirle, adorarle, amarle sin cuestionar nada. ¡CIEGOS! Les puedo jurar que lo intenté, pero nunca he sido de los más obedientes del señ
Jacksonville, Febrero, 2021.Mi casa se encontraba igual a como la dejamos antes de viajar, antes de... De tener ese terrible accidente. El taxista se marchó, dejándome de pie, sola frente a lo que un día fue un hogar lleno de ruido, amor, felicidad y ahora está completamente vacío. El frío invadió mi piel, definitivamente la temporada de vientos y lluvia ha llegado, o ya tenía meses, estoy algo perdida en la noción del tiempo y espacio. Los seis meses que pasé en coma me hicieron perder el orden del calendario.Al entrar pude observar todo con mucha nostalgia, es como si el tiempo aquí no hubiese avanzado: los muebles en el mismo lugar, las cortinas cerradas para evitar las vistas de los vecinos chismosos, los últimos platos donde desayunamos escurriendo en el fregador, las flores en el centro de mesa estaban marchitas, recordándome que aunque parezca que no, el tiempo si pasó y no perdonó.Había algo de polvo por toda la casa, para ser honesta conmigo misma no tenía ánimos de limpi
Lo de ayer realmente me afecto, pasé toda la noche asustada, imaginando que quizá en cualquier momento esa persona volvería a entrar a mi casa o a mi habitación, invadiendo mi mente como lo hizo. ¿Cómo sabia lo de mi coma? es decir, ¿Cómo pudo entrar a mi casa sin forzar ninguna puerta? Revise todo antes de dormir, dos veces.Está claro que quizá el coma despertó alguna clase de trastorno en mi mente lo que me hace tener estas alucinaciones tan vividas de él.Tome la decisión de ir al psicólogo, dar ese primer pasó de reconocer que tengo algún problema, he visto y leído casos de personas que luego de un accidente o situación que les causa un trauma, generan alguna especie de depresión psicótica, ese puede ser mi caso.Ingrese al edificio donde se encuentra el consultorio de la psicóloga, caminé con paso apresurado hasta la secretaria que se encontraba en un pequeño escritorio frente al consultorio.—Hola, buen día...—Buen día. —de forma tajante y sin hacer contacto visual.— ¿Se encu
Me abstengo de aparecer en su vida en mi aspecto físico normal. No quiero que se asuste y termine odiándome sin siquiera conocerme o mejor dicho recordarme. No puedo luchar conmigo mismo, contra mis propios instintos que fluyen de forma natural cuando la veo directamente a sus hermosos ojos. Pude sentir que realmente estaba mirando a Eva, sé que es su descendiente, pero sus ojos, los tiene exactamente iguales. Cómo si ella misma hubiese reencarnado.Hermosos, llenos de inocencia y de un azul que te hace perder por completo la noción del tiempo y el espacio. Me siento cómodamente perdido en sus retinas, quisiera permanecer reflejado en ellas por el resto de mi eternidad. Pero… todo a su tiempo, Zoe es una humana con una vida difícil, nos topamos en circunstancias complejas, así que debo mantenerme cerca de ella, lo suficiente como para estar alerta de lo que sucede con su vida. Quiero ser para ella su guardián, su luz, su sombra, el eco de sus pasos al caminar, quiero serlo todo.