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Capítulo 3: Esperando al jefe

Llegamos enseguida a la empresa, Daniel saluda algunas personas incluyendo al guardia de seguridad. Y nos dirigimos ambos hacia recepción.

—Buen día...—anuncié mirando a la chica que está enfrenté de mí.

—Buenos días señorita ¿En qué le puedo ayudar?—pregunta ella mirándome directamente.

Ya veo, todos aquí son muy profesionales y cordiales.

—Mi nombre es Vanesa Rodríguez y fui contratada para el puesto de auxiliar de publicidad en un nuevo proyecto—explique con una enorme sonrisa.

—Sí, comprendo. Tiene que dirigirse a la segunda planta el jefe espera por usted—informa con una leve sonrisa en su rostro perfecto.

—Gracias linda—comentó Daniel echándole el ojo.

¡Él es increíble! Ni así deja pasar una.

Vamos a dónde nos indicó la joven y lo primero que observo es que hay varias personas pareciera que haciendo turno. Respiro profundo y sigo caminando, las mujeres no me dejan de mirar y me fijo que están criticando entre ellas. ¿¡Qué!? ¿¡No han visto una chica con curvas!? Pues déjenme decirles que Soy Voluptuosa ¿Y qué?

Llegó dónde la secretaria y directamente pone toda su atención en mí.

—Un gusto señorita Rodríguez ahora mismo le digo al jefe que usted está aquí. Cómo le dije por teléfono ya usted ha sido contratada y se va a tener que ahorrar hacer turnos—revelo con una sonrisa.

—Muchas gracias...—digo dándole un pequeño apretón de mano.

¡Ju! Tomen hay pequeños maniquíes, soy superior a ustedes lo sé. Miro directamente a las mujeres que antes estaban hablando de mí con una sonrisa falsa. Esto es felicidad.

—Puede pasar—me informa la joven asintiendo.

Camino a pasos rápidos pero sin perder el glamour que me caracteriza. Paso al interior de la oficina y observo todo con atención, tiene colores cálidos pero a la vez es muy moderna y tiene lo necesario.

—Señorita Rodríguez...—saludo un hombre de aproximadamente cincuenta años de edad—. Un gusto conocerla. Puede tomar asiento por favor—indicó con una sonrisa.

—Gracias por la oportunidad, le prometo que no le voy a fallar—revele emocionada.

—Su hoja de vida me llamo mucho la atención y no dude en aceptarla. Mire soy de las personas que buscan las vibras positivas y buenas del ser humano, y yo nunca me equivoco al tomar estas decisiones—informa mirándome.

—Usted se ve que es una buena persona y sobre todo su humildad—confieso un poco apenada.

—Así es...— susurra asintiendo—. Pero ahora necesito saber ¿Por qué la despidieron de su antiguo trabajo?—preguntó confundido.

—En mi trabajo anterior me especializaba en el área de publicidad también pero me despidieron por una absurda razón. Y es que yo no cumplía con los requerimientos físicos de la empresa—dije sin ocultar nada—. Para que me entienda más bien, mi cuerpo siempre ha sido un impedimento para yo poder triunfar en todos los ámbitos—exprese un poco triste.

—Entiendo, hay muchas veces que las personas suelen ser ignorantes y poco entendibles—murmuró pensativo.

—Tiene toda la razón señor Lara—susurre suspirando.

—¡Pero ya! Vamos hablar sobre el proyecto porque tengo una cantidad de personas que atender—indicó con una sonrisa.

—Claro, entiendo—agregue feliz—. ¿De qué se trata está campaña?—pregunté más que ansiosa.

—Sobre el café—revelo contento y tomando de su taza—.  Es un proyecto que me tiene muy entusiasmo primero porque el de la idea fue mi hijo y segundo porque sé que les va a gustar a todas las personas amantes del café—explicó.

Y esté trabajo no pudo ser más perfecto a mí me encanta el café y hacer una campaña será un gusto total. De solo saber que con este proyecto voy a pensar más en él se me forma un nudo en la garganta, jamás voy a poder olvidar todo lo que vivimos juntos.

—Señorita Rodríguez... ¿Está aquí?—pregunta interrumpiendo mis pensamientos.

—Lo siento señor—expuse—. Es que el café para mi es imprescindible en mi vida. Cada mañana cuando tomo un poco y huelo su aroma siento que estoy despertando a la vida—respondí respirando profundo.

—Ya veo que no me equivoqué en contratarla—expresó—. Usted no va a trabajar conmigo directamente, lo hará con mi hijo y su equipo. Esto es más bien como una sociedad, si usted me da algunas horas para tratar de localizar a mi hijo y así los presento directamente. Porque usted es una clave importante en este nuevo proyecto—agregó.

—Está bien, perfecto y gracias de nuevo—comenté con una sonrisa.

—Mientras tanto puede hacer un recorrido por la empresa o mejor aún tómese un delicioso café—estableció dándome un apretón de mano.

Yo desde luego salí de su oficina bien emocionada. Daniel enseguida se acerca a mí y le doy un abrazo fuerte acompañado de unas muchas gracias.

Hola!! ¿Desde donde me lees? 
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