Llegamos enseguida a la empresa, Daniel saluda algunas personas incluyendo al guardia de seguridad. Y nos dirigimos ambos hacia recepción.
—Buen día...—anuncié mirando a la chica que está enfrenté de mí.
—Buenos días señorita ¿En qué le puedo ayudar?—pregunta ella mirándome directamente.
Ya veo, todos aquí son muy profesionales y cordiales.
—Mi nombre es Vanesa Rodríguez y fui contratada para el puesto de auxiliar de publicidad en un nuevo proyecto—explique con una enorme sonrisa.
—Sí, comprendo. Tiene que dirigirse a la segunda planta el jefe espera por usted—informa con una leve sonrisa en su rostro perfecto.
—Gracias linda—comentó Daniel echándole el ojo.
¡Él es increíble! Ni así deja pasar una.
Vamos a dónde nos indicó la joven y lo primero que observo es que hay varias personas pareciera que haciendo turno. Respiro profundo y sigo caminando, las mujeres no me dejan de mirar y me fijo que están criticando entre ellas. ¿¡Qué!? ¿¡No han visto una chica con curvas!? Pues déjenme decirles que Soy Voluptuosa ¿Y qué?
Llegó dónde la secretaria y directamente pone toda su atención en mí.
—Un gusto señorita Rodríguez ahora mismo le digo al jefe que usted está aquí. Cómo le dije por teléfono ya usted ha sido contratada y se va a tener que ahorrar hacer turnos—revelo con una sonrisa.
—Muchas gracias...—digo dándole un pequeño apretón de mano.
¡Ju! Tomen hay pequeños maniquíes, soy superior a ustedes lo sé. Miro directamente a las mujeres que antes estaban hablando de mí con una sonrisa falsa. Esto es felicidad.
—Puede pasar—me informa la joven asintiendo.
Camino a pasos rápidos pero sin perder el glamour que me caracteriza. Paso al interior de la oficina y observo todo con atención, tiene colores cálidos pero a la vez es muy moderna y tiene lo necesario.
—Señorita Rodríguez...—saludo un hombre de aproximadamente cincuenta años de edad—. Un gusto conocerla. Puede tomar asiento por favor—indicó con una sonrisa.
—Gracias por la oportunidad, le prometo que no le voy a fallar—revele emocionada.
—Su hoja de vida me llamo mucho la atención y no dude en aceptarla. Mire soy de las personas que buscan las vibras positivas y buenas del ser humano, y yo nunca me equivoco al tomar estas decisiones—informa mirándome.
—Usted se ve que es una buena persona y sobre todo su humildad—confieso un poco apenada.
—Así es...— susurra asintiendo—. Pero ahora necesito saber ¿Por qué la despidieron de su antiguo trabajo?—preguntó confundido.
—En mi trabajo anterior me especializaba en el área de publicidad también pero me despidieron por una absurda razón. Y es que yo no cumplía con los requerimientos físicos de la empresa—dije sin ocultar nada—. Para que me entienda más bien, mi cuerpo siempre ha sido un impedimento para yo poder triunfar en todos los ámbitos—exprese un poco triste.
—Entiendo, hay muchas veces que las personas suelen ser ignorantes y poco entendibles—murmuró pensativo.
—Tiene toda la razón señor Lara—susurre suspirando.
—¡Pero ya! Vamos hablar sobre el proyecto porque tengo una cantidad de personas que atender—indicó con una sonrisa.
—Claro, entiendo—agregue feliz—. ¿De qué se trata está campaña?—pregunté más que ansiosa.
—Sobre el café—revelo contento y tomando de su taza—. Es un proyecto que me tiene muy entusiasmo primero porque el de la idea fue mi hijo y segundo porque sé que les va a gustar a todas las personas amantes del café—explicó.
Y esté trabajo no pudo ser más perfecto a mí me encanta el café y hacer una campaña será un gusto total. De solo saber que con este proyecto voy a pensar más en él se me forma un nudo en la garganta, jamás voy a poder olvidar todo lo que vivimos juntos.
—Señorita Rodríguez... ¿Está aquí?—pregunta interrumpiendo mis pensamientos.
—Lo siento señor—expuse—. Es que el café para mi es imprescindible en mi vida. Cada mañana cuando tomo un poco y huelo su aroma siento que estoy despertando a la vida—respondí respirando profundo.
—Ya veo que no me equivoqué en contratarla—expresó—. Usted no va a trabajar conmigo directamente, lo hará con mi hijo y su equipo. Esto es más bien como una sociedad, si usted me da algunas horas para tratar de localizar a mi hijo y así los presento directamente. Porque usted es una clave importante en este nuevo proyecto—agregó.
—Está bien, perfecto y gracias de nuevo—comenté con una sonrisa.
—Mientras tanto puede hacer un recorrido por la empresa o mejor aún tómese un delicioso café—estableció dándome un apretón de mano.
Yo desde luego salí de su oficina bien emocionada. Daniel enseguida se acerca a mí y le doy un abrazo fuerte acompañado de unas muchas gracias.
Hola!! ¿Desde donde me lees?
Tenemos aquí en la empresa aproximadamente media hora esperando al que próximamente será mi jefe y ya tengo una inmensa curiosidad por conocerlo.Este nuevo proyecto es magnífico poder hacer una campaña y con lo que más me gusta obviamente después de la pizza y el chocolate claro está.Pero le voy a poner mi cien por ciento y así lo haré como todos.—Vanesa, el señor que ya puedes pasar a su oficina—indicó su secretaria.Asiento con la cabeza y le doy una sonrisa a modo de gracias.Entro al interior de la oficina y el señor Lara me espera de inmediato.—Mi hijo viene en camino—responde—. Le dije que venga enseguida, pero tome asiento por favor—dijo sonriendo.—Está bien—murmuré llegando a las sillas que están delante del escritorio.Tocan dos veces a la puerta y el señor responde.—Adelante...—informa él alzando un poco la voz.—Permiso papá—escuche detrás mío.Esa voz...Esa voz... ¿De dónde la conozco?Estoy pensativa en mi asiento y con los ojos a punto de salirse literalmente.—Pa
Ninguno ha podido apartar la mirada y es que la sorpresa he impresión fue tan grande que estoy literal sin poder creer que sea la misma persona.—¡Chicos! Pueden sentarse. Les estoy diciendo eso hace más de tres minutos ¿Están bien?—pregunto el señor Emilio sin mirarnos.Ambos nos sentamos y yo sin embargo respiro profundo para tratar de controlar mis nervios y ponerme en modo profesional.—¿Y qué opinan?—nos pregunta el señor Emilio ahora sí mirándonos fijamente.¿Qué? ¿Él estaba hablando? Porque no escuché absolutamente nada. ¿Y qué estaba haciendo yo que no escuché? Sí, si yo sé perfectamente recordando todas las burlas y las inseguridades que tenía cuando conocí al que va hacer mi jefe.—Disculpe señor Emilio ¿Pero puede repetir lo que estaba diciendo?—pregunté ya un poco más calmada.—Sí, por favor papá—agrego él asintiendo un poco.—Les decía que es preferible que ustedes hablarán sobre el proyecto así se ponen de acuerdo donde van a trabajar y así mi hijo le enseña la empresa—e
Después que él salió de la oficina me dirijo directamente a buscar a mi amigo con toda prisa. Tengo que salir de aquí cuánto antes.Siento que no podré con todo esto y más si lo tendré así de cerca como fue el pequeño encuentro en esa oficina.Observo que Daniel está platicando con una de las secretarias y me acerco a él con cuidado.—¡Daniel tenemos que irnos!—exclamé desde que llegue.—¿Qué? Tan rápido—susurró sorprendido.Él mira a la joven con una sonrisa preocupada y luego dirige su mirada para dónde mí. Daniel me indica con la mirada que saludé y evito rodar los ojos.—Hola, un gusto conocerte pero mi amigo y yo tenemos que irnos ahora—digo puntualizando la última palabra y abriendo un poco más los ojos.—¿Amigos?—preguntó la joven muy confundida y mirando con mirada acusadora a Daniel.Él me observa un poco enojado y sonríe falsamente.—Es que mi chocolatito me dice así de cariño ¿Verdad mi cafecito?—me pregunta cruzando sus brazos y ambos esperando una respuesta de mi parte.¿
Llegó el día de poder trabajar a fondo con la campaña, estoy ansiosa y mucho más nerviosa. Es que cada vez que lo veo mi nerviosismo es prácticamente inevitable y cuando me mira ¡Eso es lo grande! Es una mirada con intensidad como si quisiera saber algo más allá de todo y sus ojos recorriendo todo mi cuerpo... Es que pensar en ese momento se me pone los pelos de punta.Pero ya estoy preparada mentalmente y es no dejarme intimidar y ser lo más profesional posible. Y hoy más que nunca mi atuendo es reluciente consiste en una falda de tubo con una camisa marrón clara y un chaleco del mismo color de la falda y por último unos tacones no tan altos, mi maquillaje es siempre bien sencillo y mi cabellera en unas simples ondas ¡Permiso que curvas hay de más! Hasta me envidio de yo misma.Salgo de mi departamento bien temprano porque dicen por ahí que la puntualidad enamora ¡Na! Sólo es que con todos estos nervios quiero llegar a tiempo.Ahora se me hizo costumbre que siempre en el camino le re
Cuando salimos de la junta ahora sí me dirijo a mi oficina junto con Eduardo que prácticamente es la misma porque nos divide una puerta. Caminamos en silencio que para mí se está volviendo súper incómodo cuando entramos al elevador.Ambos nos miramos en el pequeño espacio pero ninguno dice nada aún. Y yo de mi parte no diré nada porque cada vez que hablo solo digo estupideces y más cuando estoy con él.—¿Hoy tampoco dirá nada?—preguntó evitando mirarme.—¿Y qué tendría que decirle señor?—pregunté cruzando mis brazos por debajo de mis pechos.Él sin embargo se acerca a pasos lentos a mí sin perder nuestro contacto visual y yo más nerviosa de lo normal ¿Por qué es tan lindo? Pero no me dejo y camino unos pasos hacia atrás hasta que choco con una de las paredes del elevador.—¿Qué va hacer?—le pregunto respirando profundo sin saber que hacer justo ahora.—¿Qué usted quiere que haga?—me pregunta en un susurro y a centímetros de mi cuerpo.Puedo sentir un calor inmenso por todo mi cuerpo c
Otro día más de ir a mi empleo, en fin me levanto como siempre temprano a la misma hora. No suelo poner alarmas para que me despierte es como que ya el cuerpo se acostumbra.Ayer fue un día que nunca olvidaré en mi vida, pase uno de los momentos diría yo más vergonzosos aunque siempre he tenido pero el de ayer superó hasta mis propios expectativas. Comprendí que va hacer más difícil trabajar con Eduardo no sé si lo que dijo ayer fue de broma o es la verdad, el asunto aquí es que se me está haciendo demasiado difícil comprenderlo.Pero bueno hoy mi atuendo consiente nuevamente en una falda tubo un poco ajustada con una blusa de color rosa clara y unas zapatillas de tacón alto negra. Me veo en el espejo y me gusta mi ropa en el día de hoy, bien formal y lo mejor me siento cómoda. A mí no me gusta mucho ponerme vestidos ciento que no va con mi tipo de cuerpo. Es como que necesito siempre algo que marque mi cintura y un vestido para trabajar no lo creo o al menos eso me parece a mí, aunqu
Madre mía nada más a mí se me ocurre comentar o mejor desafiar a Eduardo sabiendo yo como está la cosa entre nosotros o bueno como está la cosa conmigo.Y pues nada... Mi jefe salió como siempre acostumbra sin decir nada más y está vez se lo agradecí muchísimo porque no sabría que más decir. Nada más con eso que dijo y yo estaba a punto de desmayar literal, él tiene un porte que cualquiera estaría así en ese momento.No sé cuántos vasos de agua he bebido desde que Eduardo salió de mi oficina, estoy de un lado para el otro.En eso tocan la puerta y enseguida digo un adelante.—¡Estás como loca!—exclama Karen entrando a mi oficina—. No sé ni cómo estás aquí ahora mismo ¿Qué te dijo?—preguntó muy eufórica.—No me dijo nada. Pero tranquila creo que no va a volver a pasar—dije asintiendo muy segura.—Es lo mejor. Venía avisarte que las hermanas de Eduardo ya están aquí ¿Las dejo pasar?—pregunta.—Claro, por favor—comenté revisando que todo esté ordenado.Me muero por conocerlas. Tocan la p
Yo no sé porque me pasa todo esto a mí, sólo quería tener un empleo también pagar mis responsabilidades y uno que otros antojitos pero se me está haciendo muy difícil.Llevo una semana sin hablar absolutamente nada con mi jefe y eso me está desesperando además de que pienso que es muy infantil y demasiado testarudo. Ahora todo lo concerniente al lanzamiento de CaféVane lo tengo que platicar con las hermanas gemelas y con Karen es en realidad que me está excluyendo de mi trabajo principal y estoy segura sólo porque está molesto. Daniel tenía razón, él es un completo idiota y no me importa que sea mi jefe.Ya estoy bastante cansadita como para estar aguantando todo esto. Pero me canse y ahora mismo estoy yendo directo a su oficina para que me explique de una buena vez que es lo que le está pasando conmigo.Tocó la puerta y para mi mala suerte Karen viene detrás de mí.—¿Eduardo te llamó?—pregunta confundida y sin entender nada.—No, no lo ha hecho pero tengo que hablar con el jefe y urg