Llevo aproximadamente dos años y tres meses trabajando como auxiliar de publicidad en una empresa muy prestigiosa. Mi trabajo consiste en ayudar a realizar campañas para nuevos productos que salen al mercado.
La jefe me llamo para que pasara por su oficina y así lo hago.
—Buenas...—saludé entrando a su oficina.
—Pasa Vanesa—responde ordenando, un pequeño desorden arriba de su escritorio—. Tengo que decirte algo muy importante—susurra.
—Sí, dígame—contesté un poco confundida.
¿Qué será lo que me tiene que decir? Ojalá que sean buenas noticias, como que me van aumentar el sueldo. Eso sería fenomenal ¿Verdad?
—Vanesa, la empresa ha decidido prescindir de tus servicios. Tu contrato con nosotros a terminado a partir de hoy—reveló mirándome con triste.
¿¡Qué!? No, no. ¿Y ahora qué voy hacer? Esto tiene que ser mentira.
—Señora ¿Pero por qué me está despidiendo?—pregunté sin poder creerlo todavía—. Yo realizo mi trabajo bien, no tiene ninguna queja sobre mi ¿Entonces?—cuestioné confundida.
—Vanesa... Haces tú trabajo a la perfección pero los directivos sienten como que ya no encajas en este prototipo—explica un poco triste.
No es que sí, ahora es que estoy más que confundida. Hago mi trabajo bien pero me despide.
—Mira sabes que eres diferente y hay muchas veces que eso no está a tu favor ¿Me comprendes ahora?—pregunta mirándome a los ojos.
¡Ahora entiendo todo! Claro, por mi físico y eso nueva vez destruye mi proceso de ser feliz. Es algo que voy a llevar conmigo siempre.
—Entiendo...-dije bastante afectada por todo—. Fue un gusto trabajar en esta maravillosa empresa y desde luego gracias por la oportunidad señora—comenté.
—Yo sé que quizás lo veas absurdo pero las cosas son así. Yo no soy la única que decido—reveló dándome un fuerte abrazo de despedida.
Salí prácticamente corrigiendo de ahí ¡Es tan complicado! Ahora prácticamente a empezar de nuevo. Nuevas entrevistas, críticas sobre mi persona y estar en situaciones o momentos vergonzosos. Es como que estoy acostumbrada a ello.
Sé que no cumplo con los requisitos de cuerpo que exige la sociedad pero ya basta con eso. Porque esas empresas que actúan así son las que fomentan el bullying y la discriminación.
No, si todo lo suceso que he vivido en mi vida ya hasta se me hace costumbre que algunas personas piensen de esa forma que para mí no es la correcta pero es su pensar.
Porque ajá. Soy una chica Voluptuosa ¿Y qué? Eso no le afecta a nadie en particular. A la única persona que debería de afectarle es a mí y mírenme estoy yendo directo a mi casa a prepararme una deliciosa pizza.
He comprendido que los trabajos son como los amores, son pasajeros si te despiden de uno tú sigue que a la vuelta aparecen más y listo.
Durante todos estos años he trabajado muchísimo con mi yo interior, comprendí que tengo que tener mí autoestima bien alta y que las palabras feas y horribles duelen de quienes las dicen. Soy rellenita ¿Y qué? Tengo curvy ¿Y qué? Es un tipo de cuerpo que ya en pleno siglo XXI deberían de aceptarlo y sobre todo comprender que todos somos iguales.
(...)
Entro a mi humilde y acogedora casa, no me queda nada más que respirar profundo estoy cansada de tanto pensar y lo que me espera cuando se los cuente a mi familia y amigos. Desde hace varios años he tenido que vivir sola, tenía la necesidad de ser independiente ya que de alguna u otra manera mi familia siempre me ha tratado diferente en el sentido de que son muy cariñosos y sobreprotectores. Y yo pues quería mi espacio.
Ellos para que yo me sintiera cómoda me cambiaban de escuelas y universidades porque las críticas eran tantas que todos los días salía de mi escuela llorando y enojada. Y es que desde que tengo uso de razón he sido Voluptuosa, algunas de mis familias lo son también pero yo rebasé esas barreras cuándo está preciosura nació.
Y es que tampoco soy fea. Cabello largo, de altura medía, tengo con que presumir, pechos suficientes, trasero de más y cintura ni se diga. ¿Entonces? Soy hermosa ¿No?
¡No sé porque no me quieren ante el mundo! Estoy pensando seriamente que causo envidia desde que llego a un lugar porque soy la mejor, lo sé.
Quito mi ropa y enseguida busco periódicos digitales para ver si hay algún trabajo disponible. ¡Y es que no me voy a rendir mi amor! No sé en dónde, cuándo y cómo pero de que consigo trabajo lo consigo porque me llaman Vanesa Rodríguez la chica de curvas que solo dice tonterías para subir su autoestima.
Me preparo un poco de café, el aroma, su sabor... Me recuerda a él, ese hombre que jamás podré olvidar. La única persona que verdaderamente he amado pero me falló, lo hizo cuando yo menos lo esperaba y todo por el que dirán.
Ya le di la mala noticia a mi familia de que nueva vez no tengo empleo y tengo que hacer los mismos procedimientos de siempre. Pero jamás me voy a rendir y hoy me levanté bien temprano para enviar currículum online.Mientras busco más opciones me preparo un delicioso desayuno y obvio el café nunca se puede quedar es como una bendita adicción.Cierro mis ojos para disfrutar del aroma que es un atributo de un buen café, cómo también la densidad del mismo y la acidez. Esas son las tres características para identificar un buen café y esté lo es. Escucho que tocan la puerta y me sorprende la verdad, una porque es muy temprano y dos será él hombre que cobra la renta ¿Cómo le digo que no tengo trabajo ahora? ¿Y que no se preocupe porque le pagaré? Tal vez de paso tenga que buscar otro departamento. Son tantos pensamientos en mi cabeza que vuelvo a la realidad y escucho nuevamente que golpean fuertemente la puerta.¡No! Y mi ropa tampoco es adecuada para abrir, yo la verdad duermo como sea y
Llegamos enseguida a la empresa, Daniel saluda algunas personas incluyendo al guardia de seguridad. Y nos dirigimos ambos hacia recepción.—Buen día...—anuncié mirando a la chica que está enfrenté de mí.—Buenos días señorita ¿En qué le puedo ayudar?—pregunta ella mirándome directamente.Ya veo, todos aquí son muy profesionales y cordiales.—Mi nombre es Vanesa Rodríguez y fui contratada para el puesto de auxiliar de publicidad en un nuevo proyecto—explique con una enorme sonrisa.—Sí, comprendo. Tiene que dirigirse a la segunda planta el jefe espera por usted—informa con una leve sonrisa en su rostro perfecto.—Gracias linda—comentó Daniel echándole el ojo.¡Él es increíble! Ni así deja pasar una.Vamos a dónde nos indicó la joven y lo primero que observo es que hay varias personas pareciera que haciendo turno. Respiro profundo y sigo caminando, las mujeres no me dejan de mirar y me fijo que están criticando entre ellas. ¿¡Qué!? ¿¡No han visto una chica con curvas!? Pues déjenme deci
Tenemos aquí en la empresa aproximadamente media hora esperando al que próximamente será mi jefe y ya tengo una inmensa curiosidad por conocerlo.Este nuevo proyecto es magnífico poder hacer una campaña y con lo que más me gusta obviamente después de la pizza y el chocolate claro está.Pero le voy a poner mi cien por ciento y así lo haré como todos.—Vanesa, el señor que ya puedes pasar a su oficina—indicó su secretaria.Asiento con la cabeza y le doy una sonrisa a modo de gracias.Entro al interior de la oficina y el señor Lara me espera de inmediato.—Mi hijo viene en camino—responde—. Le dije que venga enseguida, pero tome asiento por favor—dijo sonriendo.—Está bien—murmuré llegando a las sillas que están delante del escritorio.Tocan dos veces a la puerta y el señor responde.—Adelante...—informa él alzando un poco la voz.—Permiso papá—escuche detrás mío.Esa voz...Esa voz... ¿De dónde la conozco?Estoy pensativa en mi asiento y con los ojos a punto de salirse literalmente.—Pa
Ninguno ha podido apartar la mirada y es que la sorpresa he impresión fue tan grande que estoy literal sin poder creer que sea la misma persona.—¡Chicos! Pueden sentarse. Les estoy diciendo eso hace más de tres minutos ¿Están bien?—pregunto el señor Emilio sin mirarnos.Ambos nos sentamos y yo sin embargo respiro profundo para tratar de controlar mis nervios y ponerme en modo profesional.—¿Y qué opinan?—nos pregunta el señor Emilio ahora sí mirándonos fijamente.¿Qué? ¿Él estaba hablando? Porque no escuché absolutamente nada. ¿Y qué estaba haciendo yo que no escuché? Sí, si yo sé perfectamente recordando todas las burlas y las inseguridades que tenía cuando conocí al que va hacer mi jefe.—Disculpe señor Emilio ¿Pero puede repetir lo que estaba diciendo?—pregunté ya un poco más calmada.—Sí, por favor papá—agrego él asintiendo un poco.—Les decía que es preferible que ustedes hablarán sobre el proyecto así se ponen de acuerdo donde van a trabajar y así mi hijo le enseña la empresa—e
Después que él salió de la oficina me dirijo directamente a buscar a mi amigo con toda prisa. Tengo que salir de aquí cuánto antes.Siento que no podré con todo esto y más si lo tendré así de cerca como fue el pequeño encuentro en esa oficina.Observo que Daniel está platicando con una de las secretarias y me acerco a él con cuidado.—¡Daniel tenemos que irnos!—exclamé desde que llegue.—¿Qué? Tan rápido—susurró sorprendido.Él mira a la joven con una sonrisa preocupada y luego dirige su mirada para dónde mí. Daniel me indica con la mirada que saludé y evito rodar los ojos.—Hola, un gusto conocerte pero mi amigo y yo tenemos que irnos ahora—digo puntualizando la última palabra y abriendo un poco más los ojos.—¿Amigos?—preguntó la joven muy confundida y mirando con mirada acusadora a Daniel.Él me observa un poco enojado y sonríe falsamente.—Es que mi chocolatito me dice así de cariño ¿Verdad mi cafecito?—me pregunta cruzando sus brazos y ambos esperando una respuesta de mi parte.¿
Llegó el día de poder trabajar a fondo con la campaña, estoy ansiosa y mucho más nerviosa. Es que cada vez que lo veo mi nerviosismo es prácticamente inevitable y cuando me mira ¡Eso es lo grande! Es una mirada con intensidad como si quisiera saber algo más allá de todo y sus ojos recorriendo todo mi cuerpo... Es que pensar en ese momento se me pone los pelos de punta.Pero ya estoy preparada mentalmente y es no dejarme intimidar y ser lo más profesional posible. Y hoy más que nunca mi atuendo es reluciente consiste en una falda de tubo con una camisa marrón clara y un chaleco del mismo color de la falda y por último unos tacones no tan altos, mi maquillaje es siempre bien sencillo y mi cabellera en unas simples ondas ¡Permiso que curvas hay de más! Hasta me envidio de yo misma.Salgo de mi departamento bien temprano porque dicen por ahí que la puntualidad enamora ¡Na! Sólo es que con todos estos nervios quiero llegar a tiempo.Ahora se me hizo costumbre que siempre en el camino le re
Cuando salimos de la junta ahora sí me dirijo a mi oficina junto con Eduardo que prácticamente es la misma porque nos divide una puerta. Caminamos en silencio que para mí se está volviendo súper incómodo cuando entramos al elevador.Ambos nos miramos en el pequeño espacio pero ninguno dice nada aún. Y yo de mi parte no diré nada porque cada vez que hablo solo digo estupideces y más cuando estoy con él.—¿Hoy tampoco dirá nada?—preguntó evitando mirarme.—¿Y qué tendría que decirle señor?—pregunté cruzando mis brazos por debajo de mis pechos.Él sin embargo se acerca a pasos lentos a mí sin perder nuestro contacto visual y yo más nerviosa de lo normal ¿Por qué es tan lindo? Pero no me dejo y camino unos pasos hacia atrás hasta que choco con una de las paredes del elevador.—¿Qué va hacer?—le pregunto respirando profundo sin saber que hacer justo ahora.—¿Qué usted quiere que haga?—me pregunta en un susurro y a centímetros de mi cuerpo.Puedo sentir un calor inmenso por todo mi cuerpo c
Otro día más de ir a mi empleo, en fin me levanto como siempre temprano a la misma hora. No suelo poner alarmas para que me despierte es como que ya el cuerpo se acostumbra.Ayer fue un día que nunca olvidaré en mi vida, pase uno de los momentos diría yo más vergonzosos aunque siempre he tenido pero el de ayer superó hasta mis propios expectativas. Comprendí que va hacer más difícil trabajar con Eduardo no sé si lo que dijo ayer fue de broma o es la verdad, el asunto aquí es que se me está haciendo demasiado difícil comprenderlo.Pero bueno hoy mi atuendo consiente nuevamente en una falda tubo un poco ajustada con una blusa de color rosa clara y unas zapatillas de tacón alto negra. Me veo en el espejo y me gusta mi ropa en el día de hoy, bien formal y lo mejor me siento cómoda. A mí no me gusta mucho ponerme vestidos ciento que no va con mi tipo de cuerpo. Es como que necesito siempre algo que marque mi cintura y un vestido para trabajar no lo creo o al menos eso me parece a mí, aunqu