Capítulo 85.
Atila no estaba tranquila entre cuatro paredes, ver a Lina con heridas y quejándose cada vez que respiraba la ponía más nerviosa y con alguien desconocido, para ella, a pocos metros, no iba a calmarse tan fácil.

Lina comprendía eso, pero al pasarse la agitación y la adrenalina comenzaba a sentir cuánto le había afectado cada golpe. Pero podía reponerse a eso. En las cloacas le dejaban heridas peores que esas para reponerse, la diferencia era que no la encadenaron jamás.

Aunque ya había descifrado el cierre desde minutos antes, no se esforzó en abrirlo. Sabía que la observaban. La vigilaban todo el tiempo y eso no cambiaría solo porque ella no los veía.

—¿Cuánto llevas en este resort, Cameron? —se acomodó, acariciando la cabeza de su niña. Atila sólo necesitaba verla bien, así cómo Lina a ella.

—¿Aún es Julio? —preguntó Cameron con la voz cansada.

—Dieciséis. —contestó la chica en un quejido. Atila levantó la cabeza. El padre de Kael le dedicó una mueca de no tener idea d
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