—¿Vienes o voy por tí? No me banqué tres instructores con su discurso sumado a su coqueteo para que me salgas con que no podrás venir. —Avery no se escuchaba nada contenta con Lina. Tenía media hora esperando por ella y aún no aparecía. —Dile a tu…eso, que tienes que saltar de Ellenville. Dejen la cogedera para después. Dijiste ocho de la mañana. —Hasta Ellenville. —bajó su voz. —No volveremos a tiempo para la noche. Mi madre y mi abuela ya me dijeron que a las ocho será la fiesta. En doce horas no haremos lo que dijiste. —se apoyó en la ventana. —Además, no me quisieron mostrar mi vestido y me muero de curiosidad.—Volveremos a tiempo porque estoy con Tornado en el helipuerto de mi casa. Y sí, Atila está conmigo. Solo debías manipularla con su cobija. —le hizo saber, al mismo tiempo, mordía un regaliz mientras miraba hacia el garaje, donde su hermano tenía algunas herramientas esparcidas por el suelo. —Debería conseguir a alguien que me ame como Atila a su frazada. —Nadie sabe comp
Kael condujo hasta las oficinas de la agencia tratando de serenar su cabeza para concentrarse en loa asuntos que seguramente discutirían en la reunión. Las placas brillaban en su pecho, siendo suficiente la serie acompañada de tres dígitos que lo distinguieron sobre el resto. Aunque con sólo verlo, era suficiente para que muchos supieran que era mejor no compartir ni siquiera espacio con él. Los que antes lo hicieron habían esparcido los motivos para nunca ser una roca en el camino del irlandés y ahora le daban mayor tranquilidad al Mayor de no tener que fingir que el mundo era algo importante para él. La secretaria del director de operaciones le indicó donde se llevaría a cabo la reunión, cambiando inclusive eso tras la muerte de Calderón.Abrió la puerta para ver a dos mujeres y tres hombres alrededor de la mesa, recibiendo una carpeta igual que la que habían colocado frente a su lugar. Walls le dio una mirada y movió la cabeza sin que el resto lo notara. Brease continuó leyendo
—¿De verdad crees que puedes manejar esto solo, Mayor? Tu arrogancia es casi tan grande como tu lista de enemigos. Pero adelante, sigue creyendo que eres intocable. —lo animó Bonanno en el mismo tono. —Solo recuerda, cuando todo se venga abajo, no habrá nadie para salvarte si no te grabas en la cabeza que se trabaja en equipo, no independiente.—¿Amenazas ahora, director? Qué original. El ambiente era casi tóxico para todo el mundo. —Considero que debemos calmarnos. —intervino Natalia Ryese con decoro. —Estamos muy ofuscados. Esto es nuevo para todos y tenemos que ser más profesionales. Director, Mayor, recuerden que esta unidad es lo que debe importar. Su funcionalidad es nuestro mayor problema, no nosotros. —Jamás amenazo. Solo lo enfatizo porque a veces se olvida. —alegó el director Bonanno volviendo al tema. La subdirectora estuvo a nada de perder los estribos ante el tipo de ojos verdes. Denver sostuvo su barbilla con sus dedos, mientras miraba el informe que levantó de la me
El sol resplandeciente mejoraba cualquier paisaje si se veía desde esa altura. Atila tenía su collar de donde la sostenía su cuidador, mientras su dueña se alejaba con un paracaídas en la espalda, guardando las llaves que Avery le había entregado antes. Quería ir a probarla cuanto antes, pero tendría tiempo de sobra luego. Avery se colocaba la cámara dos pasos detrás suyo, mientras trataba de no pensar en las estadísticas de nada. No le temía a las alturas, pero sí hasta dónde podría llegar ese “estar para lo que sea” que le dijo a su prima años antes. Aunque no se arrepentía de nada. Porque tenía claro que si un día decidía hacer algo y quería ocultarlo a todos, ella la acompañaría también. —Solo dime que te estás cuidando. —susurró luego de casi diez minutos en los que Lina había dejado de darle detalles. —Recuerda que las folladas jamás son el problema, sino que son posibles prácticas para obtener mini humanos. —¿Tú qué crees? Fui quien dio una charla sobre métodos anticoncepti
Aunque quería ser la adulta que se esperaba, no emocionarse por ver cada detalle le era imposible. Todo había sido calculado perfectamente para ella y no podía evitar sonreír al darse cuenta de todo ello. Los brindis no faltaron a cada nada. Lina olvidó porque dejaron de gustarle tantas fiestas a medida que los minutos continuaban pasando. Creyó que 24 habían sido suficientes, pero esa tenía algo que las anteriores no. Sus padres estaban desde el inicio. Pronto sería tía y Johan podía bailar con ella sin limitarse a que su corazón le exigiera sentarse a los dos minutos. Era dueña de su Crew por derecho. Tenía mucho con sólo girar el cuello. Tanto como para no necesitar nada en la vida, ni siquiera moverse de ese lugar para obtener lo que solo pasara por su cabeza. Su familia estaba en la mesa y ella solo disfrutaba de la música que resonaba por lo alto. Notas suaves que muchos disfrutaban con sus parejas, pero en ese momento solo era la espectadora que no quiso serlo por un
—¿Tanto quieren proteger al hijo de perra que esconden todo de él? —por más que lo buscaban en sitios que iban descubriendo poco a poco, no lograban dar con el Mayor. La agencia no era fácil de burlar hasta para el mismo gobierno y Bora sabía eso perfectamente. —Sí, Terry Calderón era incorruptible, Denver Bonanno es aún más implacable. Lo peor es que este no tiene familia para presionar. —le hizo saber Ylsen. —Solo dice que se iba a casar hace dieciocho meses, pero que todo se canceló repentinamente. Después de eso nada. Bora asintió, sus ojos claros brillando al ver las fotos que lograron obtener. —¿Quién es ella? —Natalia Ryese. Subdirectora de la división de operaciones Black Ops. Padre Inglés, madre Nicaragüense. Graduada en Stanford de economía. No tiene hermanos…No se puede usar el chantaje con ella. Está limpia. —la miró por un instante, siendo esa piel bronceada muy llamativa. Voluptuosa, con lentes y el cabello castaño oscuro resaltando los labios delgados. —¿Está casa
Los cristales oscuros eran cómo una magia que no permitía ver el interior desde ahí, pero le daba un toque sofisticado al edificio de diez niveles, en donde tres de ellos resaltaban por las enredaderas de flores que colgaban majestuosamente. Lina se quedó impactada cuando el auto rodeó el edificio hasta llegar a la entrada. Rodeado de vegetación, el edificio era una fascinante creación que no podía dejar de ver. Moon Castle era hermosamente impactante. Kael le abrió la puerta del vehículo a la rottweiler que salió disparada a perseguir una mariposa que la hizo dar vueltas, mientras Lina elevaba el rostro. —¿Esto es tuyo? —comenzó a subir los escalones. —Creí que eras pobre. Mintió. Había visto sus cuentas, aunque no sabía de qué tanto era dueño. —Sí fuera pobre yo mismo me clavara una bala en la cabeza. —dictaminó Kael pasando al frente. —Lo único que me ha detenido es que compruebo cada día que el dinero te da privilegios que no pienso perder. —¿Cómo construir edificacion
La preocupación de Asli porque Atila fuera violenta se fue al verla saltando en el jardín, persiguiendo un grupo de mariposas, decidiendo intentar jugar a lanzar el frisbee y que la rottweiler sí fuera por ella. Todo lo que creyó de ella era anulado al verla así. Cameron con su esposa, su hijo y Lina seguían en la mesa. Kael comía sin mencionar una sola palabra, mientras la neoyorquina convertía la mesa en un sitio en el cuál, cualquier tema de conversación era interesante. No importaba si era su aplicación exprés para conjuntos de ropa o haber saltado de un acantilado en Ellenville el día anterior. La comida se la pasó demasiado bien para no tener idea de la existencia de ellos cuando subió al avión. La noche llegó. Lina fue acomodada en el piso superior, con una habitación que cubría la mitad de ese nivel. Un piso que nadie tenía permiso de tocar, excepto el Mayor y ella. Moon Castle era enteramente de Kael, pero tuvo que llevar a Moira y Asli a ese lugar luego de lo ocurrido co