El señor Andrés Muñóz llevaba días sintiendo que algo no estaba bien con su prometida Viviana. A pesar que el doctor le decía que todo iba bien con el embarazo, algo le decía que no era así. No sabía explicarlo, por eso se pasaba las noches mirándola dormir. Andrés se encontraba en la habitación, observando a Viviana mientras dormía plácidamente. La luz de la luna se filtraba por la ventana, iluminando su rostro angelical. Sin embargo, una inquietud persistente lo invadía, como una sombra que se negaba a desaparecer. Habían pasado meses desde que descubrieron que estaban esperando un hijo. Andrés debería estar feliz y emocionado, pero algo en su interior le decía que algo no estaba bien. Recordaba las visitas al médico, las ecografías y los análisis de rutina, todos indicando que todo estaba en orden. Sin embargo, su intuición le decía lo contrario. No sabía si era el miedo a perderla o algo más. Porque de lo único que se quejaba el doctor era de que ella no subía de peso, cada dí
Trinidad se encontraba en su habitación, abrazada a Hugo, sintiéndose feliz de que su embarazo estuviera progresando bien. Cada día notaba una mejora en su visión, lo cual llenaba de alegría a ambos. El especialista en Nueva York que la estaba tratando estaba igualmente contento con los avances que estaba experimentando.—Es asombroso, señora Trinidad —le había comentado— su retina se está recuperando de manera notable. Si continúa así, es muy probable que recupere por completo su visión.—¿En serio, doctor? —preguntó emocionada Trinidad.—No puedo garantizarlo al cien por ciento, pero si no hay complicaciones, es muy probable que así sea. ¿Ya le ha comentado al ginecólogo que los niños deben nacer mediante cesárea?—¿Por cesárea? —respondió Trinidad sorprendida.—Sí, no puedes hacer fuerza durante el parto, ya que podría ser peligroso si aumenta la presión en tus ojos.—Oh, no tenía idea. Lo discutiremos en nuestra próxima cita con el ginecólogo. Gracias por informarme, doctor.Trini
Eduardo Landon había sido uno de los mejores detectives de criminalística en la ciudad. Su carrera estaba en la cumbre cuando todo se vino abajo. Lo acusaron de ser un policía corrupto, la trampa fue tan bien creada que no pudo demostrar que era inocente. Fue a la cárcel por diez largos años, durante los cuales su vida fue un infierno. Todos saben lo que les pasa a los policías dentro de las cárceles, pero él se ganó el respeto no solo de los guardias que lo cuidaban, sino de los prisioneros como él. Federico, su amigo abogado luchó todo el tiempo por demostrar su inocencia sin conseguirlo. Existían fuentes interesados en que no se demostrara, qué él no había cogido el dinero del robo del banco central. Hasta que Hugo regresó, y con él el poder económico, unido a las amistades y conexiones de su suegro, el abogado Andrés Muñóz, salió en libertad. Ahora estaba empeñado en descubrir quienes lo habían destruido, pero sobre todo, quería obtener suficiente poder para proteger a los que
Valeria se había quedado en silencio tras escuchar la pregunta de Federico. No sabía qué responder. Por un lado, se sentía serena y segura con él. Sin embargo, cada vez que veía a Landon, su mente volvía a la primera vez que lo conoció. Había algo en él que no podía explicar, pero su presencia provocaba un torbellino de emociones en ella. Para evitar herir a Federico, prefirió fingir que estaba dormida.Al amanecer del día siguiente, Valeria decidió que necesitaba tiempo para reflexionar sobre sus emociones. Se levantó antes que los demás y decidió dar un paseo. El aire fresco de la mañana y la tranquilidad del amanecer le proporcionaron el espacio que necesitaba para pensar.Mientras caminaba, pensaba en Federico y en la seguridad que le proporcionaba su amistad. Luego, sus pensamientos se desviaron hacia Landon y las emociones intensas que él despertaba en ella. Se dio cuenta de que tenía que hablar con ambos, pero de diferentes maneras.Decidió que hablaría primero con Landon. Nece
En el hospital, Andrés Muñoz no se había alejado ni un solo instante del lado de su prometida y su futuro bebé. Habían sometido a Viviana a múltiples pruebas debido al envenenamiento que había sufrido anteriormente, para determinar cómo podría afectar al bebé. Hasta ahora, la extraña sustancia no había cruzado la barrera placentaria, lo cual era una buena señal. Sin embargo, Viviana estaba casi desnutrida debido a los constantes vómitos, lo que también estaba afectando al feto, que presentaba un peso inferior al esperado para la etapa de gestación en la que se encontraba.Andrés sostenía la mano de Viviana, acariciando suavemente su piel pálida mientras ella descansaba. Miró su rostro, que a pesar de la palidez y el agotamiento, aún conservaba su belleza. Estaba preocupado, eso era innegable. Pero también estaba decidido. No dejaría que nada le sucediera a Viviana o a su bebé.—Vamos, mi amor —murmuró Andrés, apretando suavemente la mano de Viviana—. Tienes que ser fuerte por nuestro
Un silencio denso llenó el estudio. Trinidad sintió el apoyo de Hugo, su brazo alrededor de sus hombros dándole fuerza. Se secó las lágrimas y, con una determinación que sorprendió a todos los presentes, se preparó para revelar uno de los secretos más guardados del mundo del arte.—Esa niña soy yo. Puridad era mi madre —declaró con firmeza—. Isabel Fresneda de Muñóz, es la famosa y enigmática pintora conocida como Puridad.El estudio quedó en silencio. La presentadora, con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta, parecía haber olvidado cómo respirar. Los miembros del equipo de producción se miraron entre sí, sus rostros reflejaban una mezcla de asombro y desconcierto. La cámara se movió lentamente para capturar la expresión de cada uno de ellos, congelados en el momento.El público en casa, pegado a sus televisores, compartía la incredulidad del estudio. Las redes sociales estallaron con mensajes de sorpresa y asombro. #Puridad y #IsabelFresneda se convirtieron en tendencia mundi
La emoción que se apoderó del grupo fue incontenible. Trinidad, con los ojos bien abiertos, miraba al auto rojo, su auto, como si fuera la primera vez que lo veía. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, no de tristeza, sino de una alegría abrumadora y una esperanza renovada.Hugo la abrazó con fuerza, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La felicidad que sentía era indescriptible. Había estado a su lado a lo largo de su lucha, compartiendo sus miedos y esperanzas, y ahora estaba aquí para compartir este milagro con ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras reía, una risa llena de alivio y alegría.Manuel, el tío de Trinidad, se llevó una mano al pecho, su rostro reflejaba una mezcla de asombro y felicidad. Había visto a Trinidad crecer, había estado allí durante sus triunfos y derrotas, y ahora estaba aquí para presenciar este increíble momento. No pudo evitar que una lágrima de alegría se deslizara por su mejilla.Los guardias de seguridad, aunque intentaban mantener su
La felicidad que experimentan todos con la recuperación que está teniendo Trinidad en su vista es inmensa. Tenían la esperanza que recuperara algo de ella, pero nunca imaginaron que vería de nuevo con claridad. Ella mira a su esposo HUgo que solo atina a acariciar su mano y le dice—Podré ver a mis hijos cuando nazcan, Hugo —y se le quiebra la voz de la emoción— no lo puedo creer. Estoy tan feliz de poder ver todo de nuevo. Gracias por estar siempre a mi lado, por cuidarme y por darme fuerzas para seguir adelante. Te amo con todo mi corazón.Hugo, con lágrimas en los ojos, la abraza muy emocionado mientras lucha con su nudo en la garganta para hablar, hasta que al fin le responde:—Trinidad, no sabes cuánto deseo ver esa sonrisa en tu rostro todos los días. Estoy feliz de que puedas disfrutar de la belleza del mundo nuevamente. Y sí, podremos ver crecer a nuestros hijos juntos, seremos una familia completa. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.Ambos se abrazan emocionado