Un silencio denso llenó el estudio. Trinidad sintió el apoyo de Hugo, su brazo alrededor de sus hombros dándole fuerza. Se secó las lágrimas y, con una determinación que sorprendió a todos los presentes, se preparó para revelar uno de los secretos más guardados del mundo del arte.—Esa niña soy yo. Puridad era mi madre —declaró con firmeza—. Isabel Fresneda de Muñóz, es la famosa y enigmática pintora conocida como Puridad.El estudio quedó en silencio. La presentadora, con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta, parecía haber olvidado cómo respirar. Los miembros del equipo de producción se miraron entre sí, sus rostros reflejaban una mezcla de asombro y desconcierto. La cámara se movió lentamente para capturar la expresión de cada uno de ellos, congelados en el momento.El público en casa, pegado a sus televisores, compartía la incredulidad del estudio. Las redes sociales estallaron con mensajes de sorpresa y asombro. #Puridad y #IsabelFresneda se convirtieron en tendencia mundi
La emoción que se apoderó del grupo fue incontenible. Trinidad, con los ojos bien abiertos, miraba al auto rojo, su auto, como si fuera la primera vez que lo veía. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, no de tristeza, sino de una alegría abrumadora y una esperanza renovada.Hugo la abrazó con fuerza, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La felicidad que sentía era indescriptible. Había estado a su lado a lo largo de su lucha, compartiendo sus miedos y esperanzas, y ahora estaba aquí para compartir este milagro con ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras reía, una risa llena de alivio y alegría.Manuel, el tío de Trinidad, se llevó una mano al pecho, su rostro reflejaba una mezcla de asombro y felicidad. Había visto a Trinidad crecer, había estado allí durante sus triunfos y derrotas, y ahora estaba aquí para presenciar este increíble momento. No pudo evitar que una lágrima de alegría se deslizara por su mejilla.Los guardias de seguridad, aunque intentaban mantener su
La felicidad que experimentan todos con la recuperación que está teniendo Trinidad en su vista es inmensa. Tenían la esperanza que recuperara algo de ella, pero nunca imaginaron que vería de nuevo con claridad. Ella mira a su esposo HUgo que solo atina a acariciar su mano y le dice—Podré ver a mis hijos cuando nazcan, Hugo —y se le quiebra la voz de la emoción— no lo puedo creer. Estoy tan feliz de poder ver todo de nuevo. Gracias por estar siempre a mi lado, por cuidarme y por darme fuerzas para seguir adelante. Te amo con todo mi corazón.Hugo, con lágrimas en los ojos, la abraza muy emocionado mientras lucha con su nudo en la garganta para hablar, hasta que al fin le responde:—Trinidad, no sabes cuánto deseo ver esa sonrisa en tu rostro todos los días. Estoy feliz de que puedas disfrutar de la belleza del mundo nuevamente. Y sí, podremos ver crecer a nuestros hijos juntos, seremos una familia completa. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.Ambos se abrazan emocionado
Regina Fuentes es una mujer ambiciosa, hija de una sirvienta en la casa de Máximo Fuentes. Siempre anheló pertenecer a esa familia debido a los desaires que le propinaba la señora Fuentes, quien falleció hace muchos años. Lo que nadie sabe es cómo logró engañar a todos y hacerse pasar por la hija de una adinerada familia dueña de grandes almacenes, un detalle que captó el interés de Máximo Fuentes y llevó a que obligara a su hijo menor, Humberto, a casarse con Regina.Ahora, Regina ha tenido que huir tras haber disfrutado de pertenecer a una de las familias más ricas del país, al descubrirse que engañó a Mario Fuentes durante su despedida de soltero, con quien tuvo un hijo que ocultó haciéndolo pasar por un Duarte.Lo que nadie en la familia Fuentes imaginó jamás era que el nieto favorito de Máximo, Marcos Fuentes, a quien todos creían hijo de Humberto, en realidad no era su hijo y, por ende, no era un Fuentes. Sin que nadie en la familia lo sepa, Regina entra y sale de la gran casa d
El detective Landon le quitó el teléfono de las manos a Esteban Duarte sin darle tiempo que que cambiara la imagen del video detenido. Cuando vio a la persona que tanto había asustado a Esteban se puso de pie de un salto y sin decir una sola palabra salió directo a su oficina donde sabía que estaba el abogado Federico, su fiel amigo.—¿Qué es Landon, y esa cara? En respuesta Landon sin decir nada le extendió el teléfono a su amigo que lo tomó intrigado y miró la imagen del hombre detenida en el video, luego a Landon y otra vez la imagen.—Tenemos que ir corriendo a avisarle a Hugo, no, mejor a Máximo Fuentes?—¿Crees que en verdad es él?—No lo sé, pero debemos encontrar al periodista que hizo ese video para saber donde lo hizo y ver si damos con él Federico y Landon se apresuraron a buscar información sobre el periodista que había capturado la imagen del hombre misterioso en el video. Sabían que era crucial encontrarlo para obtener más pistas sobre la identidad y el paradero de esa
Hugo no podía contener la emoción que lo invadió al enterarse de que sus adorados padres estaban vivos. Una oleada de alegría y felicidad recorrió todo su ser, llenando su corazón de esperanza. Recordaba vívidamente los momentos amorosos que compartieron juntos antes del trágico accidente, el cálido abrazo de su madre, las risas compartidas y el amor incondicional que siempre le brindaron. Durante todos esos años, Hugo había sentido un vacío en su corazón, una sensación de pérdida y soledad que ahora parecía desvanecerse. La noticia de que sus padres estaban vivos le dio una nueva perspectiva llena de esperanza y posibilidades. Ahora tenía la oportunidad de reunirse con ellos, abrazarlos y escuchar sus voces nuevamente. Las lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas mientras dejaba que la realidad de la situación se hundiera en su mente. La idea de tener a sus padres de vuelta en su vida era un sueño hecho realidad, un regalo inesperado que llenaba su corazón de gratitud.—Está
Luego de que Hugo visitara a su mamá y hablara con su papá, que para su asombro decidió irse con él para su casa y no con Máximo para la suya, está emocionado al llegar presentando a Trinidad. Sin embargo, nadie los había preparado para lo que pasaría.—Papá, mira te presento a mi querida esposa y madre de mis hijos, Trinidad.—¡Usted!Fue la reacción tanto de Humberto Fuentes como de Trinidad. Ambos con expresión de sorpresa que cambió a una de rechazo y odio.—¿Qué sucede? —preguntó no solo Hugo, sino el señor Muñóz que por instinto se colocó al lado de su hija. —¿Se conocen?—Que lo expliqué él —dijo Trinidad—lo siento Hugo, no puedo permanecer más en la misma habitación que esté ese hombre.Y sin ninguna explicación se retiró en compañía de su padre que tampoco entendía nada. Hugo ahora receloso se giró para su padre en busca de respuesta. Humberto Fuentes se pasó la mano por la frente como si quisiera aclarar sus pensamientos.—Hugo, esto es complicado. No sé por dónde empezar.—
Por otro lado, Trinidad y su padre, el señor Muñóz, escucharon atentamente toda la conversación entre el señor Humberto Fuentes y su hijo Hugo desde el cuarto de vigilancia. Se miraron el uno al otro, buscando respuestas en sus rostros.—¿Qué opinas de todo esto, papá? —preguntó Trinidad, con una mezcla de preocupación y decepción en su voz.—No lo sé, Trinidad. La situación de ellos es realmente lamentable. Es cierto que Leviña y Rigoberto malversaron una gran cantidad de fondos de la empresa. Lamento haber confiado en ellos y haberles dado la dirección de tu negocio —respondió su padre, con pesar en su voz.—No te disculpes, papá. También fue mi culpa por no confiar en ti y no haberte avisado de inmediato lo que estaba ocurriendo. Pude haber tomado medidas y Viviana podría haberse hecho cargo de todo. Fue una etapa difícil para mí, papá. ¿Qué crees que debería hacer ahora?El señor Muñóz reflexionó por un momento antes de responder. Sabía que su hija buscaba orientación y apoyo en e