¿Quién pensaba qué era Bastian para hablarme así?, cuando regresé con mis amigos, todos estaban esperando tranquilamente, los amigos de Bastian ya no estaban, ellos se habían alejado al otro extremo del lugar, al parecer estaban entretenidos saludando a otro grupito popular de la universidad, al estar más cerca de mis amigos, me di cuenta que Milan estaba ahí también, con cara de pocos amigos.
—¿Se puede saber dónde estabas? —me pregunta en tono tosco.
—Hablando con Erick —respondo sin darle importancia al tema.
—¿Sobre qué?.
—Nada importante.
—¡No te creo, en este preciso momento me dirás de qué hablaron! —Milan me gritó.
—Será mejor que los dejemos solos, la función empezará en cinco minutos, no tarden y portate bien con Crys, Milan —habló Charlotte observando la hora en su reloj de mano.
—Vale —dije sin apartar la mirada de Milan.
Cuando mis amigos se fueron, Milan se veía tenso y muy furioso.
—¿Y bien?.
—Ya te dije que no hablamos de nada importante —puse los ojos en blanco.
—¡Mientes! —me volvió a gritar.
—¡Deja de gritarme! —me estaba exasperando.
—No quiero que le vuelvas a hablar a Erick ni a ninguno de sus amigos —Milan me tomó del brazo con fuerza.
—Tu no eres nadie para prohibirme cosas, ni mucho menos elegir a quién debo o no hablarle —me zafé de un tirón de él.
—Soy tu novio.
—Si, eres un novio, posesivo, celoso, e inseguro —le solté— no eres el Milan de antes, eres alguien totalmente diferente.
Milan guardó silencio, su expresión había cambiado a una más serena y triste.
Entonces siento la mirada de alguien, y cuando coloco mi atención, detrás de Milan, a lo lejos, estaba Bastian, observándonos fijamente, en la mano traía una piedra y la aventó contra la pared que estaba a su lado, provocando que sus amigos le pusieran atención, después les dijo algo y todos voltearon a nuestra dirección, me veían a mí, y no dudaba de que a Milan también.—Escucha...yo...
—Mejor entremos, después hablaremos —le dije dándome la media vuelta para entrar al cine.
Estaba cabreada, y yo sabía perfectamente que me podía encontrar con Bastian, por más que intentara enamorarme de Milan, se comportaba como un celoso inseguro. Y así solo hacía las cosas difíciles, cuando pagamos las entradas nos dirigimos a la sala que nos tocaba, nuestros amigos nos hablaron para a que nos sentáramos junto a ellos, ese cine era algo distinto a los que conocía, solo pagabas y podías sentarte donde quisieras, no te daban un número que indicaba cual debía de ser tu asiento. Milan ya no me volvió a dirigir la palabra en un buen rato, cosa que agradecí. Al poco tiempo la película empezó, era una romántica, en la que el protagonista traicionaba a su novia con su mejor amiga, y ella terminaba conociendo a otro chico, del que se tendría que enamorar perdidamente, al comenzar a verla, supe de inmediato que la había escogido Charlotte, ella estaba empeñada en que yo me enamorara de Milan.
El tiempo transcurría, cuando me dieron unas ganas inmensas de una soda, por lo que tomé la decisión de salir a comprar una.
—Enseguida vuelvo —le dije al oído a Milan.
—¿A dónde vas?.
—Por una soda.
—Vamos, te acompaño.
—No, prefiero ir sola.
—Como quieras —me dice molesto.
Salgo de la sala con cuidado y una vez estando afuera, me siento libre, el pasillo que llevaba a las salas estaba vacío, por lo que caminé rápidamente, se escuchaban a lo lejos los ruidos de todas las proyecciones, y poco a poco aquella sensación de que alguien me vigilaba volvía a mí. Volteé detrás de mi pero no había nadie, solo yo, estaba a punto de llegar a mi destino, cuando alguien me jaló y me metió dentro de una sala vacía, aquella persona me tapaba la boca con la mano y me tenía abrazada por la cintura.
—No grites Crystalle.
Aquella voz la conocía perfectamente, se trataba de Bastian. Me destapó la boca y me soltó.
—¿Qué crees que haces? —le reclamé.
—Lo que ves.
Todo estaba oscuro, con excepción de una lámpara tenue en medio de aquel lugar.
—Me voy —digo caminando hacia la puerta de salida, pero Bastian me jaló estrechándome contra su cuerpo— ¡suéltame Woodwryn!.
—No —Bastian sonrió— dime, ¿por qué estás sola?.
—No es tu asunto —respondí desafiante.
—¿Acaso hay problemas en el paraíso? —suelta una carcajada que me hace temblar las piernas— los vi discutir.
—Vaya, el gran Bastian Woodwryn vigilándome —digo al tiempo que hago otro esfuerzo por alejarme de él, pero no obtengo un buen resultado.
—Siempre te observo.
Aquellas simples palabras hicieron que mi corazón se acelerara.
—No digas tonterías.
Bastian cambió su expresión a una más seria.
—¿Te ha gritado?.
—No.
—Si lo hizo.
—Deja de meterte en asuntos que no son tuyos —respondo incómoda.
Es entonces es cuando Bastian me vuelve a apretar con más fuerza, aquel simple tacto me derretía, y me besó, al principio yo no quería acceder, pero debo admitirlo, lo amaba con locura, y aunque también lo odiaba, lo necesitaba. Sentir su lengua bailando con la mía, era algo exquisito, sus manos comenzaban a acariciar mis senos, para después comenzar a besar mi cuello con frenética pasión.
—Bastian —dije agitadamente— para.
—No —Bastian comenzaba a quitarme la chamarra— mi Crys, te deseo.
—Bastian, no... —traté de decirle algo para detenerlo, pero me calló con otro beso apasionado, tanto que los labios comenzaban a dolerme.
—Se acabó, no aguanto más —dice bajándose la bragueta— necesito hacerte mía.
—Olvídalo, no puedo, yo estoy... Milan es mi novio —digo alejándome de él, o de lo contrario sería suya y me sentiría mal.
Bastian me observó fijamente, se subió el cierre del pantalón, y aquella mirada tierna y de desenfrenada pasión, se convirtió en una fría y despiadada.
—¿Te gusta como te hace suya?.
—¿Qué? —abro los ojos como platos.
Bastian se acerca a mí.
—Lo que has oído, ¿por eso me has rechazado?, porque Milan te hace suya en todo momento.
—¿Qué? —lo miro echa una furia— no digas estupideces, no ha pasado nada entre Milan y yo desde aquella vez, no me ha hecho suya...y...
Al ver la sonrisa de Bastian me pude dar cuenta de que sin querer, le di lo que él estaba buscando.
—Eso es lo que quería saber —con un movimiento rápido se acercó hasta mi y me dio un beso brusco, metiendo su lengua a mi boca y apretándome contra su cuerpo— yo sé que no puedes ser de él porque todavía sigo en tu corazón.
—No es...verdad —murmuré.
—Sabes, acabo de comprobarlo.
—¿El qué? —fruncí el ceño.
—Que sigues siendo solo mía —me sonríe de oreja a oreja.
Eso, lo que acababa de decir y hacer Bastian no era porque lo deseara, solo era un juego para comprobar que aún me tenía en sus manos.
—Patán.
—Mía.
—Idiota.
—Mentirosa.
—Eres...eres de lo peor —le reclamo.
—Y tu eres lo mejor...
—No soy tuya, y jamás lo volveré a ser, ¿entiendes?, ¡nunca!.
—Crystalle, eres mi enemiga, pero...
No quise esperar ni seguir escuchando lo que me iba a decir, por lo que antes de que tuviera tiempo de detenerme y de que me volviera a envolver en sus falsas palabras, me fui corriendo del lugar, pero al hacerlo tan rápido, a los pocos metros choqué con Milan, quien al verme dudó por un segundo si preguntarme o no, el motivo de mi carrera.
—¿Qué te sucede? —Milan me observa fijamente y comienza a verme de pies a cabeza, como si él fuera una especie de máquina detectora.
—Nada, solo no quería perderme el final de la película —respondí entre jadeos.
—¿Y tu soda?.
—Ummm, no quise al final, prefiero ver la película sin soda.
—¿Y por eso te has tardado?.
—Supongo que si —tomé su mano y lo acerqué hasta mí para que regresáramos juntos.
—Hay algo que no me cuadra —Milan frunce el ceño.
—Si vas a empezar con tus celos, es mejor que me vaya sola.
—¿Estabas con Erick de nuevo?.
Cada día desconocía a Milan, pero una parte de mí sabía que él solo buscaba que yo respondiera a sus sentimientos. Estaba a punto de responderle, cuando Bastian se apareció detrás de mí.
—Estaba conmigo —dice con una mirada desafiante que la colocó en Milan.
Entonces es cuando me doy cuenta de lo que estaba provocando Bastian, él no me buscó para un simple beso, ese era su plan, con sencillos pasos: comprobar que me tiene en sus manos, y provocar una fractura en mi relación con Milan.
—Eres hombre muerto Woodwryn.
Siento como si todo a mi alrededor da vueltas cuando observo queMilanaprieta los puños y se acerca aBastiancon toda la intención de golpearlo, pero reacciono rápidamente y me interpongo entre los dos, ya queBastianestaba preparado también.—¡Basta los dos! —les grito— solo faltaba que dieran un espectáculo en el cine.—¿Estabas con él? —me preguntaMilanecho una furia.—Yo...no...—Claro que estábamos juntos, en una sala vacía —Bastianle avienta una media sonrisa aMilan, en tono burlón— y algo oscura.
Yo volteé a verlo,Milancruzó una rápida mirada conmigo, sonrió y después se acercó a mi madre para tomar asiento a su lado, frente a la familiaWoodwryn.—Nada de importancia, le di una paliza a unos cobardes —dice observando fijamente aBastian, retándolo con la mirada.—Más bien parece todo lo contrario, creo que es a ti a quien le dieron una verdadera paliza —sonríeBastian.Milanguardó silencio, lo conocía tan bien, que sabía la razón por lacualno iniciaba una nueva pelea, no quería ocasionarle ningún enojo a mi madre en su estado.—Bueno, calmemos el am
Al escuchar aquellas palabras, es cuando me doy cuenta de que por primera vez en mucho tiempo, vuelve a ser elMilande toda la vida, el que conozco desde niña, y siento unas enormes ganas de abrazarlo.—Lo intentaré —digo por fin.—¿Estás completamente segura?.—Si —le sonrío— yo...quisiera que me...bueno sitúquieres...—Te conozco mejor que nadie —Milanse dirige a la puerta y la cierra con pasador, luego voltea a verme con una sonrisa traviesa— te haré mía.Una explosión de nervios y miedo me invadía todo el cuerpo, por primera vez
Las luces color neón acorralan aMilan, quien está desesperadamente buscando aCrysen el antro que le pertenece a la familia deErick. Sabía que era una mala idea acudir ahí para festejar el cumpleaños deThara, pero al parecer ella se había empeñado en convencerlos a todos, incluyendo aCrys, para ir y festejar a lo grande en aquel lugar, él desaprobó ese plan desde un principio, ya que sabía queBastianse encontraría ahí, y al hacerlo, tenía un miedo atroz de que se encontrara conCrys, por lo que se dedicó toda la velada a cuidarla y a no despegar ni un solo ojo de ella. Pero ahora ya no la encontraba, hace veinte minutos había dicho que necesitaba ir al baño, por más queMilanla quiso convencer para que lo dejara acompañarla ella se negó, argument
Aquellas palabras le hicieron hervir la sangre aMilan, destruiría cada sentimiento que tuvieraCryspor él, eso era seguro, pero necesitaba idear algún plan, nadie podía saberlo, pero estaba consciente de que dos cabezas piensan mejor que una, por lo que tomó la decisión de que se lo pediría aCaleb, él siempre había sido leal a él y aCrys, si le pedía ese favor significando la felicidad deCrys,estaba seguro de queterminaría aceptando. Por lo que sale de la habitación para dirigirse a la suya, y al entrar, se topa con unCalebdespierto y con el celular en la mano.—Vaya, veo que estás despierto —le diceMilanen tono neutro— espero no ser el culpable.&mdash
Por fin llegó noche buena, el día más emocionante que esperaba de todo el año, o al menos eso era hasta que me enteré que lo pasaremos con la familiaWoodwryn, ellos estaban bien, lo que no me agradaba era queBastianestaría presente, por lo que solo podía significar una cosa: problemas. Apago la alarma de mi despertador y me levanto, tomó mi celular y muy sonriente me doy cuanta de que tengo muchos mensajes de mis amigos en nuestro grupo de chat.CHARLOTTE:¿Están listos perras?.THARA:Tan temprano y tan grosera.CHARLOTTE:Yo siempre, pelirroja hermosa.WARREN:¿Es cierto lo que se rumorea?.
Mi corazón se detuvo unos segundos que tal parece, fueron una eternidad, volteé detrás demípara tratar deconvencerme de quesolo había sido mi imaginación, pero confirmé penosamente que se trataba deBastian, quien parecía de buen humor, de hecho se veía fresco y muy guapo.Cuando nuestras miradas se cruzaron una ráfaga de explosiones y sensaciones extrañas arrasó con mi alma.—¿Tan pronto? —la pequeñaLaurenhace pucheros.—Rápido, enana —Bastianla mira y después le guiña un ojo— tenemos cosas que hacer.—Vale —gruñeLauren— pero quiero que sepan que desde que
Bastianme jala haciendo que cayera en la cama y se coloca encima demí, con sus manos aprieta cada una de mis muñecas impidiéndome movilidad de ambas manos.—Crystalle—me susurra al oído— te destruiré.—No si yo te destruyo antes,Woodwryn.—Ah, sí... se me olvidaba que soy una tortura, eh, soy muy tedioso —me vuelve a decir pero en el otro oído, rozando su boca con mi cuello— te enseñaré lo que es algo tedioso, niña.Bastianse baja y se dirige a la puerta para salir, mientras yo me siento furiosa, pero con los sentimientos a flor de piel porBastian.
Último capítulo