Él

La noche estaba cayendo y las ganas de pasar un buen rato aumentaban con el paso incorrecto de minutos, Bastian estaba recostado en la cama de Tony, lo había ido a visitar como hacia cada año, normalmente era él quien iba al pueblo a verlo pero esta vez era su turno.

— ¿En serio quieres ir a ese estúpido antro? —pregunta Tony mientras busca algo que ponerse.

Desde que Bastian había llegado, investigó los lugares más con concurridos, y populares en esa ciudad, aparte de que moría por conocer a chicas y follar con alguna.

—No quiero aburrirme aquí contigo viendo Netflix, como si fuéramos dos novios —dice Bastian soltando el humo que tanto le gustaba inhalar, amaba la marihuana.

—No fumes tanto que mis padres se pueden dar cuenta —lo reprime Tony.

—Pero no están, así que todo está bien —Bastian sonríe.

—Como quieras, sabes, tengo un serio problema —le comenta Tony mientras se viste— ¿recuerdas la chica de la que te hablé?

— ¿La inocente palomita que quiere ser tu novia? —pregunta Bastian sin darle mucha importancia.

—No, hablo de Saskia, su amiga, ella fue la que me dijo que esa chica llamada Crystalle se moría por mí, pero para ser sincero, me gusta más Saskia, está buena, y de hecho muero por follarla hoy, creo que la invitaré.

A Bastian le daba igual lo que hiciera su amigo, no conocía a aquellas chicas y no le interesaba, lo único que él quería era diversión.

—Me da igual a quien te folles, yo solo quiero divertirme —suelta Bastian con un poco de impaciencia.

—Eso me alegra, pero no te preocupes, habrá muchas chicas sexys y que caerán a tus pies en cuanto te vean —Tony estaba contento porque deseaba a Saskia y la iba a tener.

—Eso espero realmente.

Bastian y Tony se alistaron y se marcharon en el carro de Bastian, había un poco de tráfico pero eso no era lo importante, así que en una hora ya estaban afuera del dichoso antro, al verlo Bastian se sintió decepcionado, no se veía tan imponente en vivo, en las imágenes que vio en internet, el lugar parecía mágico, como si en cualquier momento ocurriera algo que marcaría sus vidas.

Al entrar saludaron a la chica que estaba en la entrada, quien al ver a Bastian le guiñó el ojo y le dijo a uno de los camareros del lugar que ella invitaba la ronda para él, cosa que le agradó bastante, la música está a todo volumen, y las chicas pronto se dieron cuenta de su presencia y comenzaban a insinuarse con la mirada.

Bastian se carcajeaba mentalmente al saber lo fácil que eran todas, con sus vestidos entallados, y su exceso de maquillaje, pareciera que tuvieran en la frente un enorme letrero que decía: "follame" todo estaba marchando de maravilla hasta que vio a lo lejos a una chica diferente a las demás, y entonces recordó a aquella niña que conoció en un súper mercado, se parecía bastante pero...

—Entonces guapo, ¿vamos al privado? —le dice una chica con un vestido súper entallado y muy escotado.

Pero Bastian no podía apartar la mirada de la otra chica, estaba con un chico rubio, ¿sería su novio? Le dio un último trago a su bebida, le dio el vaso vacío a la chica que le propuso ir a un privado, y se dirigió hacia aquella chica esquivando a la gente.

Se alejó un poco hasta que vio que aquel chico rubio con el que estaba le decía algo y se iba, seguramente por un trago.

Necesitaba saber de ella, pero entonces vio que su mirada iba dirigida a Tony, uno de sus mejores amigos.

—Hola ¿lo estás pasando bien? —le pregunta al oído.

—responde ella con poco interés.

—Soy Bastian, pero mis amigos me dicen Bas —vuelve a decir pero ella sigue sin prestarle atención, al parecer tenía más interés en su amigo, y eso lo cabreó.

—Vale, yo soy Crystalle, pero mis amigos me dicen Crys —responde ella frunciendo el ceño al ver como Tony coqueteaba con la chica que hace un momento le pidió el privado.

—Sabes, creo que nos veremos algún día —dice Bastian desapareciendo, alejándose rápidamente, aquella chica, esos ojos, eran idénticos a los de esa niña, la misma niña que guardaba en sus memorias.

Ese día Bastian disfrutó de la noche sin saber que años más adelante aquella chica con la que se había topado, sería todo su mundo, y estaría dispuesto a dar la vida por ella.

Una botella de alcohol era su único acompañante, estaba en el patio de su casa, eran las cinco de la mañana y solo podía pensar en alguien, en Crystalle, tenía que recuperarla, lo haría a cualquier costo.

—No te pienso perder Crys —susurra mientras avienta la botella de vino vacía— eres mía, solo mía.

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