Las luces neón alumbran aquel lugar, la música está a todo volumen mientras la gente baila y toma, la droga no faltaba, las chicas vestían entalladamente y se mostraban muy accesibles ahora que todos en el pueblo sabían lo ocurrido, ahora que Bastian estaba de nuevo en el mercado de ligues, pero lo que ellas no sabían, era que el viejo Bastian había vuelto, ese que era una pesadilla para las chicas y una preocupación para los chicos.
Termina su copa de vino y se carcajea interiormente al saber que todos piensan que Bastian se ha acostado con modelos, lo cierto es que lo ha intentado, pero no puede, Crys, ella es la causa de su sufrimiento, ella siempre aparece en todos lados para impedirle que sea feliz ¿quién se cree? La amaba con locura, la deseaba solo a ella, pero cuando estaba ebrio quería demostrarse a sí mismo que ella no era su dueña, que si quería podía acostarse con alguien más, lo cierto era que estaba equivocado, Crys, su dulce chica, era dueña de su vida, y al final del día o de la noche lo aceptaba. Estaba cabreado con ella, pero no iba a dejarla tan fácil, era suya, de nadie más.
Aparta todos esos pensamientos al darse cuenta de que una chica alta, morena, y de ojos miel, se acercaba a él con dos copas y una enorme sonrisa, Bastian sonríe pero no precisamente a ella, sonríe al ver en la frente de aquella chica él letrero "fóllame".
—Hola guapo —saluda ella con voz melosa mientras él observa la desaprobación de sus amigos.
—Que hay —responde Bastian sin mirarla a los ojos, estaba sentado en uno de los sillones de la zona VIP, con ambos brazos recargados en los lados del sillón, y con una copa de vino casi vacía.
— ¿Quieres ir a un lugar más privado? —le propone ella.
Erick se da cuenta de lo que está a punto de suceder, lo mismo de cada noche, tal parecía que a Bastian le encantaba ser masoquista, lastimarse a él mismo para después maldecir a Crys. Ojalá pudiera decirle que ella estaría pronto de regreso, pero Saskia le hizo prometer por vida de su bebé, que no le diría nada, ya que Crys lo había pedido así.
Erick se acerca a su amigo y le pone una mano en el hombro, fulminando con la mirada a aquella chica, que al ver lo que sucedía entendió todo, y su sonrisa se intensificó, olía a lujuria, era una chica fácil.
—Bas, creo que es hora de que te vayas a casa, Caleb te llevará —dice Erick sin apartar la mirada de aquella chica.
Pero Bastian no responde, por el contrario, termina por completo su otra copa de vino, misma que había dejado sobre la mesilla que estaba a su lado y se pone de pie.
—Por supuesto, pero primero me divertiré —contesta Bastian sonriente.
—Bas —Erick intenta detenerlo del brazo pero Bastian se suelta bruscamente.
—No me molestes —Bastian fulmina con la mirada a Erick.
Estaba cabreado, toma con brusquedad a la chica y la lleva a uno de los cuartos privados del lugar, ella intenta hablar pero él no quiere, le agarra las nalgas levantándola y colocándola sobre el tocador, y la besa salvajemente, los recuerdos de Crys volvían a su mente como ametralladora, pero él los ignoraba aunque a los pocos segundos volvían con más intensidad.
Le arranca el vestido con un solo movimiento y al ver sus senos se burla, a lo que la chica frunce el ceño, eran tan pequeños, nada a comparación de los de Crys, jugosos, tan llenos de vida.
Bastian se detiene y hace lo mismo que cada vez hace cuando está con una chica, la observa desnuda, sus piernas eran largas pero las de Crys eran esbeltas, y delicadas, la piel de la chica era bronceada pero estaba mal cuidada, se notaba, estaba áspera, nada en comparación con la de Crys, suave, y brillosa, las manos de la chica eran huesudas, con las uñas mal pintadas, en cambio las de Crys, eran delgadas y siempre las uñas a la perfección, sin esmalte, sin nada, los labios de esa zorra, como la llamaba, eran delgados y se notaba que se mordía del nerviosismo ya que están un poco lastimados, y sintió asco al saber que la había besado, en cambio Crys, sus labios eran hermosos, él superior delgado y el inferior grueso con un pequeño hundimiento que la naturaleza le brindo, haciendo que su boca pareciera de muñeca.
— ¿Sucede algo? —le pregunta aquella chica molesta, mientras comienza a vestirse.
¿Qué si sucedía algo? Claro que sucedía, lo mismo de todas las noches, no podía acostarse con nadie, es como si Crys lo torturara mentalmente.
—Nada, ¿cuánto pides? —pregunta Bastian recargándose sobre la pared.
—Veo que son ciertos los rumores, esa chica Crystalle te ha castrado mentalmente —ella sonríe— una amiga me contó pero no podía creer que el gran Bastian Woodwryn no pudiera estar con otra chica.
— ¿Cuánto quieres? —pregunta Bastian sin perder el tiempo y levantando la voz, provocando que la chica se estremeciera.
—100 dólares —responde ella encogiendo los hombros— necesito pagar la Universidad, soy becada.
Bastian no dice nada, saca su chequera y le da lo que le pide, le avienta el cheque y prende un pequeño papel blanco, bien enrollado, era marihuana.
—Listo ya sabes que decir, acabas de pasar la mejor noche de tu vida —dice él con voz ronca.
—Por supuesto —ella agarra el cheque y se marcha del lugar con una enorme sonrisa.
Bastian les pagaba para que nadie supiera que no puede tener sexo con ellas, y así era cada noche, Erick ha tenido que prestarle dinero para que lleve a cabo su plan, y para ayudarlo pero nadie podía hacerlo, la única que podía sacarlo de esa miseria era Crys, pero ella lo ha abandonado.
Se recuesta en la cama, cierra los ojos y se transporta hacia los recuerdos que tenía de Crys, haciéndole el amor, penetrándola, y se carcajea al notar como su pene se endurece, era increíble el efecto que tenía ella sobre él, no podía tener sexo con las chicas aun teniéndolas frente a él desnudas, pero si tenía erecciones solo de pensar en Crys.
Entonces suena su celular, era una llamada de Tony, ¿qué quería? Contesta de mala gana dispuesto a cortar de tajo aquella conversación que no le interesaba, cuando de pronto, Tony suelta una enorme risa.
— ¿Qué te sucede? —pregunta Bastian observando la hora en su reloj de mano.
— ¡Te tengo una buena noticia Bas! —grita Tony lleno de emoción.
El corazón de Bastian se detiene unos segundos y se incorpora de golpe.
— ¿Ella? —susurra Bastian más por él que por su amigo.
—Mañana sale Crys, mañana vuelve con nosotros.
Bastian no pudo evitar sonreír al escuchar lo que por tantos meses estaba anhelando.
Cuelga de inmediato y sonríe.
—No te voy a perder, voy a luchar por ti Crys.
No pasé una buena noche, no dejaba de pensar en todo lo que me esperaba cuando saliera, en todo lo que tenía que enfrentar, pero nada era comparado con tener que enfrentar a Bastian, temía que si le contara todo me rechazara, muchos habían tratado de separarnos desde que él y yo nos conocemos, pero solo una persona lo había logrado y no precisamente fue Annethe, no, fue Hugo.Me volteo de lado para intentar dormir nuevamente, pero sin conseguirlo, no podía salir, así que comienzo a caminar de un lado a otro en plena oscuridad. Lo extrañaba, lo amaba, pero estaba rota por dentro, no lo merecía. Desde que había llegado a este estúpido lugar no me permití llorar, pero ahora, estando a unas cuantas horas de salir de este encierro, me siento en el suelo colocando mis rodillas en mi pecho y lloro, lloro
Yo respiro profundamente, es como si me despidiera de un sitio que me acogió, aunque fue todo lo contrario, en aquel lugar nació la nueva Crys, ya que la vieja yo, estaba muerta.Me doy la media vuelta y me dirijo hasta el guardia, quien me veía con lujuria y mal humor al mismo tiempo, paso por una especie de recepción en donde me entregan una canasta plateada y fría, ahí estaba una pulsera de oro puro que traía la vez que me trajeron, mi celular, y unos cuantos billetes, observo todo eso y me doy cuenta de que no los necesito, todo eso me trae malos recuerdos, le aviento una mirada cómplice al chico que me tendió aquello, y le sonrío.—Quédatelos si quieres, no los necesito —digo tajante devolviéndole aquella canasta fría de metal.
Por fin tenía frente a mí a Bastian, en cuanto me vio me estrechó contra él, sentir su cuerpo tan cerca del mío me hizo ser débil por unos momentos, y me besó, una lucha interna abrió paso al deseo encerrado por meses, no pude rechazarlo, ¿a quién engañaba? Yo también lo deseaba, su lengua se mueve ágilmente dentro de mi boca y mis manos reaccionan desobedeciendo mis órdenes, agarrándose de sus hombros, pero la magia acaba cuando veo en mis pensamientos los ojos de Hugo, y esa sonrisa que me perturba recordar.— ¡No! —lo empujo con todas mis fuerzas.—Crys, te tengo una sorpresa —estira su brazo para que yo lo tome sin importarle lo que acababa de hacer— no digas nada hasta que lo veas por tu cuent
Bastian estaba acostado en el piso de su habitación, en cuanto se fue de aquel sitio en el que pensó que Crys estaría feliz con su sorpresa, llegó a su casa y sacó una botella de Ron, llamó a Erick y a sus amigos para que le hicieran compañía y tener alguien con quien hablar de sus miserias. Crys estaba muy cambiada, estaba más delgada y ahora era rubia, se había cortado el cabello arriba de los hombros, aunque conservaba sus ondas naturales, estaba guapísima y en cuanto vio y besó aquellos labios carnosos, deseó hacerle el amor en ese instante.—Creo que debes hablar con ella nuevamente —propone Jesse, quien no dejaba de tomarle fotos a Bastian— tal vez está asustada.—Ella es mía —suelta Bastian borrac
Los primeros rayos del sol se filtran por mi ventana, ahora que todo estaba tan diferente, se iluminaba más, apagué el despertador y volví a cerrar los ojos rogándome mentalmente cinco minutos más, pero al poco tiempo mi madre toca la puerta para entrar e irrumpir mi paz interior.Cuando le doy entrada, se acerca con una enorme charola que contenía jugo de naranja, un pan tostado con mermelada de frambuesa, y fruta picada.—Buenos días, dormilona —mi madre me saluda con un beso en la frente y una enorme sonrisa, agradecía sus afectos, pero era demasiado empalagosa y sabía que lo hacía porque en el fondo se sentía culpable por lo que me pasó— hoy es Sábado, ¿tienes planes?
Sabía que Martín siempre estaría dispuesto a verme, y a hablar conmigo, necesitaba que alguien ajeno a mi círculo de amigos, me aconsejara, ahora que Chuck lo sabía, era un peligro, aunque en el fondo existiera esa voz diciéndome que no escapara, que le contara todo a Bastian, pero...Me cambio de ropa, unos sencillos shorts azul cielo, converse negros, una blusa sin mangas blanca, me maquillé y bajé a la sala principal, en donde estaban Saskia y mi madre viendo revistas de maternidad.— ¿Vas a salir cariño? —me pregunta mi madre.—Sí, necesito respirar un poco de aire, iré al pueblo, me muero por probar mis donas favoritas —contesto con tranquilidad mientras me acerco a mi peque
Los nervios me mataban, no estaba muy segura de contarle toda la verdad, pero al menos lo intentaría, ahora que Martín me había dado un pequeño empujón, lo haría.Bastian no me quitaba la mirada de encima, estudiaba cada movimiento mío, cada reacción, y terminaba por convertirme toda aquella situación, en un manojo de nervios.— ¿Y bien? —enarca una ceja.—Yo...Volteo detrás de él y observo que sus amigos vienen hacia nosotros, lo cual me deja un poco más tranquila, y en cierta forma vi una escapatoria.— ¡Vaya Crys, te ves diferente! —dice con asombro Romel
La lluvia no paraba y no podía defenderme, los ojos de Hugo estaban observando mi cuerpo con deseo, sus ojos estaban inyectados, y por el olor se notaba que había fumado marihuana.—Ahora si llegó mi turno, te voy a disfrutar como nunca nadie lo ha hecho, ni siquiera el imbécil de Bastian Woodwryn —dice con desprecio mientras yo hago un intento inútil por escapar.—No lo hagas, por favor, tú no eres como Annethe, tú...— ¡Cállate zorra! —Me da una bofetada que me duele más que el alma en esos instantes— ¡No menciones a mi hermana!Abro los ojos como platos al escuchar eso, ¿era cierto lo que había escuchado? O s