La carrera había comenzado, al parecer tenían que dar una vuelta y quien llegara primero ganaría y demostraría quien era el mejor corredor, ver a Bastian encima de aquella moto me dio pánico, de hecho estaba muy impactada por lo que presentía, y sentía ganas de salir corriendo de aquel lugar. Mis sospechas eran las que me mantenían con cierto temblor mis manos mezclado con nerviosismo.
—¿Estás bien Crys? —la voz de Chuck me saca de mis pensamientos regresándome de golpe a la realidad.
—Sí, es solo que estoy preocupada por Bastian —respondo ocultando mis sentimientos.
—¡Hey tranquila Crys! —Me abraza Caleb— Bastian es el mejor, ya lo verás.
La sangre derramada en el piso me hizo darme un golpe de realidad, estos chicos no jugaban, pensé tontamente que solo eran fanfarrones y que Bastian solo exageraba pero no. Me habían dado un disparo en el brazo y me dolía como un demonio.—¡Maldita sea Jaguar! —explota Bastian acercándose a mí.—Te dije que no estaba jugando Ingles —dice aquel chico apuntándome con la pistola.—Corres y me demuestras que tienes los pantalones todavía para enfrentarme, o me cargo a tu sexy esposa —el Jaguar le avienta una mirada amenazadora a Bastian mientras seguía apuntándome con una media sonrisa.—¡No lo hagas! —suelto en un ar
Eran las tres de la madrugada y Bastian no terminaba de hablar con aquel chico que se había presentado como el futuro esposo de Karin, con todo lo que había pasado creo que todos nos habíamos olvidado de lo ocurrido, solo esperaba que estuviera bien y que por fin entendiera que Bastian ya no la ama, su amor se había quedado enterrado en un pasado que jamás volvería, no es bueno aferrarse a un sentimiento que dejó de existir hace mucho tiempo. Las decisiones que tomó son las que la enjaularon en su sufrimiento.Bastian me había pedido que los dejara hablar solos por un momento porque aquel chico así lo pidió y aunque estuve a punto de negarme, me aventó una mirada seria que solo significaba una cosa; que no estaba jugando. Me di la media vuelta y ahora me encontraba en nuestra habitación caminando d
Bastian aceleraba y no se quitaba de la cabeza la imagen de lo que había sucedido hace unas pocas horas, parecía que solo estaba en un sueño, pero era real. ¡Iba a ser padre! Estaba feliz, todo se estaba acomodando debidamente. Solo quedaba un obstáculo por saltar y esa pequeña piedra en su camino tenía un nombre; Jaguar.Acelera aún más, ahora que estaba casado con la mujer que siempre amó y que iba a ser padre, no dejaría que nadie lastimara a su familia, porque era suya. Dos seres que amaba con toda su alma, moriría, no, ¡mataría por ellas! Alejaría al Jaguar de sus vidas. No pensaba ser como su padre... Aún recuerda aquella última plática que tuvo con él cuando se enteró de la verdad. Pero decidió apartar todos esos pensamientos de su mente.
Cuando despierto me encuentro en una cama muy cómoda, es una habitación pequeña pero con todo lo necesario para las necesidades de una persona. Aunque el único detalle que le encontraba era que estaba hecho de lámina gruesa. Después de haber visto a Bastian debatirse entre el deber y lo que significaría perderlo, me alejaron sin que él pudiera hacer algo y me encerraron aquí. Hace cinco minutos que entró una chica, me dio una charola con agua y una torta de atún, cosa que rechacé, todo ese ambiente me daba náuseas.Caminaba de un lado para otro cuando escucho unos pasos, me recuesto en la cama cubriendo mi cuerpo con las sábanas y finjo estar dormida.—No puedo creer que el Inglés regresara —dice una voz de hombre—
Milan siente la adrenalina correr por sus venas, iba en delantera y seguía acelerando. Cuando se enteró que Crys había sido secuestrada y que Bastian tendría que correr para recuperarla, se le ocurrió la grandiosa idea de intercambiar lugares, nadie se enteraría que se trataba de él si se dejaba el casco puesto. Cuando les propuso la idea a Caleb, Chuck, Alan y Tony, ellos aceptaron sin chistar. Bueno a excepción de Alan quien quería ser él quien lo hiciera pero era un poco más fornido de lo que era Bastian. Milan era el único que se semejaba a su cuerpo.Y así fue como arreglaron todo. En cuanto Bastian y todos llegaron al terreno, entró a una parte de la enorme bodega a alistarse, fue ahí cuando se aprovecharon, Alan lo golpeo con un pedazo de tubo que encontró cerca del luga
Mi pulso se acelera y un miedo atroz recorre todo mi cuerpo, si algo malo le pasaba a mi mejor amigo jamás me lo perdonaría, ya que si había tomado el lugar de Bastian era por mí. Alan y los chicos fueron detrás de Bastian para evitar que hiciera alguna locura, yo intenté ir pero Charlotte me lo impidió recordándome que me haría daño si me preocupaba y que todo estaría bien.Lo que ellos no entendían era que me sentía extraña, como si una parte de mi corazón se estuviera muriendo. Tenía un mal presentimiento y no sabía qué hacer. El Jaguar y sus compinches también habían salido detrás de ellos. Ya habían pasado veinte minutos y nadie regresaba.—Tranquila Crys, todo estará
Bastian odiaba los funerales, desde que tenía uso de memoria siempre trataba de escapar a toda costa. Cuando era pequeño y su abuelo materno murió fue obligado por sus padres. Odió con todo su ser ver a personas que solo pasaban al féretro a curiosear como había quedado el cadáver. Después veía que muchas otras solo pasaban el tiempo criticando a los demás por su forma de vestir, su calzado, su peinado, cosas superficiales, nada importante, y aún odió más a su abuela por no preguntarle cómo se sentía. Se había marchado su héroe.Pero esta vez era diferente, se trataba de un funeral de uno que con el tiempo se convirtió en su mejor amigo, uno que poco a poco se fue ganando su cariño y admiración. Y ahora se había marchado. Se mira en el espejo
La luz de las velas adornaban cuidadosa y celosamente aquella habitación, la luna se había ocultado temerosa de presenciar un pacto carnal entre las dos almas solitarias que se encontraron. Después de tanto camino recorrido, de tantas heridas y tropiezos, por fin todos los esfuerzos tenían sus frutos.Milan estaba seguro de lo que quería, y llevaba tiempo planeando aquel encuentro.—Vamos, no me digas que tienes miedo —le susurra Crys al oído mientras poco a poco acaricia sus brazos, electrizando todo su ser.—No tengo miedo Crys, pero quiero que estés segura de lo que haces —responde Milan tragando saliva.—Estoy muy segura, no hay marcha atrás, quiero esto —Crys responde con tal seguridad y sin ningún titubeo.—Vale —dice.—No digas nada —ella lo calla colocando coquetamente uno de sus dedos en su boca.De pronto ella se veía tan frágil debajo de su cuerpo tan varonil, entonces ambos se fundieron en un p