La luz de las velas adornaban cuidadosa y celosamente aquella habitación, la luna se había ocultado temerosa de presenciar un pacto carnal entre las dos almas solitarias que se encontraron. Después de tanto camino recorrido, de tantas heridas y tropiezos, por fin todos los esfuerzos tenían sus frutos.
Milan estaba seguro de lo que quería, y llevaba tiempo planeando aquel encuentro.
—Vamos, no me digas que tienes miedo —le susurra Crys al oído mientras poco a poco acaricia sus brazos, electrizando todo su ser.
—No tengo miedo Crys, pero quiero que estés segura de lo que haces —responde Milan tragando saliva.
—Estoy muy segura, no hay marcha atrás, quiero esto —Crys responde con tal seguridad y sin ningún titubeo.
—Vale —dice.
—No digas nada —ella lo calla colocando coquetamente uno de sus dedos en su boca.
De pronto ella se veía tan frágil debajo de su cuerpo tan varonil, entonces ambos se fundieron en un placer incontrolable hasta que el sonido de la alarma lo despertó.
En efecto, Milan estaba teniendo uno de los sueños que lo visitaban cada noche, suponía que se debía a que cada noche antes de dormir pensaba en Crys, ya había pasado algo de tiempo desde que estaba en la cárcel acusada de asesinato, pero resulta que su abuelo, padre de la madre de Crys, no había muerto como ella les hizo creer, al contrario, estaba más vivo y lleno de salud que nunca, al parecer su madre guardaba secretos que Crys desconocía, y que aquella noche, aquella primera noche que Crys pasó en la cárcel, su madre habló con Brandon y con él.
El mundo era muy pequeño, y sabía que la madre de Crys venía de familia rica y acomodada, la crema y nata de la sociedad, pero no sabía que la señora Bellowk era en realidad hija de un duque de Inglaterra, ¿en la actualidad? Eso fue lo primero que pensó, pero al parecer su madre y ella se conocieron en su etapa rebelde, cuando escapó y renunció a su herencia, y cuando llegaron aquí inventó la muerte de su padre por miedo a que hiciera lo mismo que hizo con ella, con Crys, así que sí, prácticamente Crys era más rica que el pueblo entero, pero eso no era todo.
Cuando su abuelo se enteró de que su querida nieta estaba metida en ese gran lío, movió sus contactos y pago cerca de cinco millones para que todo quedara borrado en su expediente, y para que la sacaran lo más pronto posible, a lo que Brandon no estuvo muy de acuerdo, ya que él estaba en contra de la corrupción, aunque sintió alivio al saber que Crys saldría pronto.
Por otra parte ella no había querido recibir a nadie de visita, solo aceptaba a su madre o a Brandon, a Saskia, Tony y a Milan, no quería ver a nadie, decía que odiaba la idea de que sus amigos la vieran en ese estado y guardaran para siempre esa imagen en su cabeza.
En lo que se refería a Bastian, era otro tema, lo había visto en la escuela pero algo había cambiado, era un total desastre, andaba con una y con otra, las trataba mal, cada que una chica se acercaba a pedirle algo él solo las miraba como si fueran la cosa más asquerosa que hubiera visto, y se marchaba dándoles un pequeño empujón, por lo que sabía de boca de Caleb, se había acostado con dos modelos que conoció en el antro de Erick, y que en pleno acto no dejaba de mencionar el nombre de Crys, por las noches lloraba y destruía todo a su paso, también cada día tomaba y no llegaba algunas veces a casa, sus calificaciones habían bajado notoriamente y estaba a punto de reprobar materias, su familia estaba preocupada por él, incluso sus amigos, quienes trataban de ayudarlo pero él solo se alejaba.
En la Universidad parecía un muerto viviente, le pareció cruel e injusto, debido a que él sabía ese secreto que obliga a Crys a alejarse Bastian, lo cierto era que ella lo amaba tanto, que lo único que buscaba era protegerlo y Milan sintió celos de eso.
Aparta todos esos pensamientos y se levanta, habían pasado dos meses desde aquel desagradable suceso que arrasó con todos, y estaban de vacaciones, pero eso no era lo que lo tenía contento, hoy visitaría a Crys para darle la buena noticia, así que se mete a la ducha y prepara sus cosas, cuando sale se encuentra con Saskia, se veía tan tierna con esa panza que cada día crecía más y más, que soñó con el día en que Crys estuviera embarazada.
— ¿Listo para verla de nuevo? —pregunta ella con una enorme sonrisa.
—Sabes que sí, le daré la buena noticia —responde Milan sin poder contener la alegría que le ocasiona eso.
— ¿Y ahora que esté afuera, le dirás? —pregunta ella con misterio.
—No sé de qué hablas —Milan encoge los hombros.
—Sabes bien a qué me refiero —Saskia se acerca y le toma la mejilla con la palma de su mano, últimamente se comportaba como una madre— tú nunca dejaste de amarla, ¿cierto? Es tu momento, no sé exactamente qué fue lo que pasó para que Crys cambiara tan de repente, y se volviera una persona tan fría, pero me lo imagino, es mi mejor amiga, la conozco, y desde ese día en que llegó llena de sangre, han sido inseparables, es como antes de que vinieran aquí, es como si eso los hubiera unido de nuevo, y creo sinceramente que esta es tu oportunidad, lucha por lo que te hace feliz.
Milan guardó silencio unos segundos, Saskia tenía razón, pero no iba a presionarla, Crys tendría que aceptarlo por su propia voluntad. Observa la hora en su reloj y se da cuenta de que va tarde.
—Lo sé pero luego hablamos, voy tarde —Milan se despide de Saskia recordando mentalmente cada una de sus palabras.
Se sube al carro y se pone en marcha, la necesitaba, la quería ver, la amaba, pero quería verla feliz.
—No te pienso dejar sola Crys —murmura.
Milán sabía solo una cosa, Crys estaría de vuelta, pero muchos se llevarían una enorme sorpresa.
Ella había cambiado
Ella no era la misma Crys de antes.
Ella guardaba un enorme secreto...
Las horas pasaban lentamente mientras Crys se duchaba con pasmosidad, estaba feliz, y quería gritar a los cuatro vientos que estaba enamorada, tenía 15 años y Milan le había preparado una sorpresa, ya eran las siete de la noche, él le había dicho que pasaría por ella en una hora, salió de la ducha y se dirigió a su habitación, aunque al hacerlo chocó con su madre.— ¡Cielos cariño! —Le sonríe— Milan no ha llegado.—Eso lo sé, pero voy tarde —Crys frunce el ceño.—Te he dejado ir con la condición de que llegues a las once de la noche, ni un minuto más, ni un minuto menos, y confío en que Milan sabrá cuidarte.<
La noche estaba cayendo y las ganas de pasar un buen rato aumentaban con el paso incorrecto de minutos, Bastian estaba recostado en la cama de Tony, lo había ido a visitar como hacia cada año, normalmente era él quien iba al pueblo a verlo pero esta vez era su turno.— ¿En serio quieres ir a ese estúpido antro? —pregunta Tony mientras busca algo que ponerse.Desde que Bastian había llegado, investigó los lugares más con concurridos, y populares en esa ciudad, aparte de que moría por conocer a chicas y follar con alguna.—No quiero aburrirme aquí contigo viendo Netflix, como si fuéramos dos novios —dice Bastian soltando el humo que tanto le gustaba inhalar, amaba la marihuana.
Ha pasado más de un mes desde que todo lo trágico que me pudiera suceder, me hundiera en un profundo pozo sin salida, al principio me habían llevado a la cárcel local, pero con el dinero que mi madre y Milan pagaron, lograron meterme a una especie de cárcel para ricos, de esas en donde meten a los chicos problemas de familias poderosas, lo que quería decir que si los hermanos Ferrer fueran a la cárcel por algún crimen cometido, este sería su lugar, y digo chicos porque parece una cárcel con funda de manicomio para chicos y chicas.Aquí todos convivimos por igual, al principio me costó mucho adaptarme pero gracias a mis dos nuevos amigos lo he logrado.Observo como Damaris le enseña a Rapha unos movimientos sobre que hay que hacer cuando alguien qu
Los ojos verdes de Milan se clavan en los míos para después pasar a colocar su fría mirada en Rapha.Pensaba que llegaría más tarde o quizá mañana, pero mi mejor amigo estaba aquí, solté un enorme suspiro y me acerqué a él para saludarlo, Milan era la única parte de mi vieja vida que conservaba, el único que me mantenía a flote en los momentos más difíciles.—Hola —lo saludo.—Crys, ¿por qué ese chico te estaba besando? —me pregunta observando a Rapha alejarse y saludar a sus guardaespaldas.—No tengo idea —encojo los hombros— pasemos a tomar asiento mejor.
Las luces neón alumbran aquel lugar, la música está a todo volumen mientras la gente baila y toma, la droga no faltaba, las chicas vestían entalladamente y se mostraban muy accesibles ahora que todos en el pueblo sabían lo ocurrido, ahora que Bastian estaba de nuevo en el mercado de ligues, pero lo que ellas no sabían, era que el viejo Bastian había vuelto, ese que era una pesadilla para las chicas y una preocupación para los chicos.Termina su copa de vino y se carcajea interiormente al saber que todos piensan que Bastian se ha acostado con modelos, lo cierto es que lo ha intentado, pero no puede, Crys, ella es la causa de su sufrimiento, ella siempre aparece en todos lados para impedirle que sea feliz ¿quién se cree? La amaba con locura, la deseaba solo a ella, pero cuando estaba ebrio quería demostrarse a s&i
No pasé una buena noche, no dejaba de pensar en todo lo que me esperaba cuando saliera, en todo lo que tenía que enfrentar, pero nada era comparado con tener que enfrentar a Bastian, temía que si le contara todo me rechazara, muchos habían tratado de separarnos desde que él y yo nos conocemos, pero solo una persona lo había logrado y no precisamente fue Annethe, no, fue Hugo.Me volteo de lado para intentar dormir nuevamente, pero sin conseguirlo, no podía salir, así que comienzo a caminar de un lado a otro en plena oscuridad. Lo extrañaba, lo amaba, pero estaba rota por dentro, no lo merecía. Desde que había llegado a este estúpido lugar no me permití llorar, pero ahora, estando a unas cuantas horas de salir de este encierro, me siento en el suelo colocando mis rodillas en mi pecho y lloro, lloro
Yo respiro profundamente, es como si me despidiera de un sitio que me acogió, aunque fue todo lo contrario, en aquel lugar nació la nueva Crys, ya que la vieja yo, estaba muerta.Me doy la media vuelta y me dirijo hasta el guardia, quien me veía con lujuria y mal humor al mismo tiempo, paso por una especie de recepción en donde me entregan una canasta plateada y fría, ahí estaba una pulsera de oro puro que traía la vez que me trajeron, mi celular, y unos cuantos billetes, observo todo eso y me doy cuenta de que no los necesito, todo eso me trae malos recuerdos, le aviento una mirada cómplice al chico que me tendió aquello, y le sonrío.—Quédatelos si quieres, no los necesito —digo tajante devolviéndole aquella canasta fría de metal.
Por fin tenía frente a mí a Bastian, en cuanto me vio me estrechó contra él, sentir su cuerpo tan cerca del mío me hizo ser débil por unos momentos, y me besó, una lucha interna abrió paso al deseo encerrado por meses, no pude rechazarlo, ¿a quién engañaba? Yo también lo deseaba, su lengua se mueve ágilmente dentro de mi boca y mis manos reaccionan desobedeciendo mis órdenes, agarrándose de sus hombros, pero la magia acaba cuando veo en mis pensamientos los ojos de Hugo, y esa sonrisa que me perturba recordar.— ¡No! —lo empujo con todas mis fuerzas.—Crys, te tengo una sorpresa —estira su brazo para que yo lo tome sin importarle lo que acababa de hacer— no digas nada hasta que lo veas por tu cuent