El destino puede ser cruel, para algunos, para otros, simplemente justo.— Trombosis venosa profunda, pero no es motivo de alarma, aunque es peligroso cuando los coágulos se encuentran en las venas profundas de las piernas porque pueden dividirse en fragmentos y llegar hasta los pulmones, provocando una embolia pulmonar. Algo que por suerte no sucedió, con la medicación que aplicamos, tanto Delfina como el bebé estarán bien. — explicó con calma el doctor. — Suerte que tu madre se dio cuenta que eso no era normal, el tiempo es lo más valioso en ciertas circunstancias y lamento no haber sido claro en la ultima consulta. — se excusó viendo los ojos llorosos de la joven y la misma muerte ir por él en la mirada de Baltazar.— Te voy a matar. — susurro Baltazar, sus dedos no habían dejado de jalar un arma imaginaria, mientras su corazón latía de forma frenética, nunca había sentido tanto miedo como cuando vio la cantidad de doctores que llegaron a la sala a atender a Delfina, la manera en l
La mente de Mateo era un caos, en la que un sector insultaba a Baltazar por ser tan irresponsable por solo desaparecer cuando Delfi ya estaba en fecha de parto, y otro sector buscaba frenéticamente con la mirada a Elizabeth, pero pronto se desconectó de todo ello, en el mismo instante que Delfina estaba siendo llevada a una habitación y esta lo llamo.— Papá, no me dejes sola.En los ojos color chocolate de la joven, Teo pudo ver que no fue un error, la forma en que lo llamo, Delfina lo veía igual que lo hacia Nazareno, Bautista, y todos, Delfina lo veía con el amor que solo se le puede tener a un buen padre.— No te dejare, aquí esta papá. — aseguro tomando su mano y dejando que la joven enterrara sus uñas en su palma. — Ponle algo para que ya no le duela. — exigió con voz potente, pero aun así sin gritar, sabia que debía mantener la calma, ahora era el lugar seguro de Delfina no podía fallar.— Eso tratamos de hacer, por favor, salga a si le colocamos la anestesia…— No dejare a mi
Ares y Aurora correteaban por el jardín, siempre detrás de Candela, la joven huérfana disfrutaba de pasar el tiempo con esos niños, quizás en el fondo los sentía un poco como familia, pues en esos diez años los había visto crecer, mientras Tiara y Emilia conspiraban con Marisol.— No puedo creer lo que dices, te pareces a Aurora y eso que ella es una niña. — se quejó Emilia, viendo mal a Marisol.— Tu nunca entiendes nada Emilia. — rebatió Tiara abanicándose con las carpetas informativas para las diversas universidades que Mateo les había dado a las jóvenes.— Yo lo único que entiendo es que ustedes viven en una nube y un día alguien las bajara y no de la mejor manera. — Emilia nunca había dejado de ser sencilla y precavida, sin embargo, Tiara se había convertido en toda una diva y junto a ella la joven que diez años atrás conoció en el hospital.— ¿Por qué siempre eres así? Arruinas la diversión. — se quejó una muy rubia Tiara.— ¿Por qué soy así? Mejor dime ¿Por qué eres así tu? ¿Po
Observo el plano y los detalles saltan a simple vista, muerdo mi labio tratando de buscar las palabras adecuadas para explicarle a Mariano sus errores y que esto no termine mal.— Cariño. — lo llamo con un leve temblor en mi voz, y trago grueso cuando este gira y clava sus ojos en mí.— Odio cuando me llamas cariño. — refuta al tiempo que con pasos lentos llega a mi lado. — Porque solo me llamas así cuando crees que eres más lista que yo. — un impulso casi dormido en mí me incita a gritarle que no pienso que soy más inteligente que él, lo soy, si ese no fuera el caso, mi querido esposo no me pediría que revise sus planos antes de entregarlos.— Eso no es así… — comienzo a decir al recordar que mi valentía solo me provoca dolor.— Claro que no, tu eres una estúpida, un ser inservible, que para lo único que sirve es para cuidar a los niños, a no, espera, tampoco sirves para eso ¿verdad? — mis ojos pican ante sus dichos, el dolor tan conocido llega a mi pecho, y hago mis ejercicios de re
Mateo:Gracias al cristal que remplaza la pared frontal de mi oficina, puedo ver todo lo que pasa en este sector, aunque no son muchos los empleados que comparten mi piso, a decir verdad, tampoco me interesa lo que ellos hacen, solo una persona es el centro de mi mundo, siempre lo fue, la había perdido, me la habían arrebatado y yo solo lo permití, pero el tiempo y la suerte la puso nuevamente frente a mí y yo me encargué de mantenerla allí, a solo unos metros de distancia.Observó cómo sus labios atrapan la punta de la pluma, y mi pene crece de solo imaginarla haciendo con él lo que hace con esa bendita pluma, como a veces la aleja de sus labios, pero aun así su lengua la sigue tocando, me remuevo en el sillón, y no puedo evitar que un suspiro pesado salga de mí, ¿Cuántas noches la imagine dormida a mi lado? ¿Cuántos años desperdicie buscando a una mujer con su mismo color de cabello, sus mismos ojos? ¿y para qué? Todo fue inútil, porque ella es única.Mis ojos bajan para apreciar su
Mateo:Suspiro una vez más, odio esta sensación, el vacío en el que se ha convertido mi vida.— No deberías sentirte culpable Maca, fui yo quien se equivocó, te obligue a estar conmigo, me aproveche de tu necesidad, quise llenar un vacío en mí y termine haciendo un lio aun mayor, además que te quise obligar a abortar y mejor dejo de hablar o patearas mi culo. — veo asombro en su mirada, creó que nunca me sincere tanto con ella y es que ¿cómo hacerlo? lo reconozco, me cuesta disculparme, me cuesta asumir mis errores y Macarena es el mayor error en mi vida, decido correr mi vista de su escrutinio y es cuando veo a Elizabeth morder su labio, nos está viendo, está ansiosa, pero ¿por qué? ¿Qué le preocupa? Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás y no perderla de vista, si tan solo pudiera estar con ella y ser amado, quizás el dolor y peso en mi pecho no sería tal.— Estas llorando. — el asombro de Maca me hace girar y al tocar mi mejilla descubro que es así, tengo una puta lagrima corri
Las lagrimas se acumulan en mis ojos, y mi mano se aferra con fuerza al móvil y solo escucho a quien me tendría que apoyar, reclamarme que tan estúpida soy.— ¿Me estas escuchando hija? — la voz molesta de mi madre me recuerda a esas tardes que de niña jalaba mis cabellos cuando la desobedecía.— Si mamá, te escucho, pero…— Tu tiempo ya paso, ya no eres joven, Mariano tiene razón, ¿de qué te serviría ahora un diploma? Solo para limpiarte el trasero, solo para eso, si tu esposo te pide que busques un empleo por algo es, seguro que la economía está mal, dime ¿Qué estupidez has hecho?— Nada mamá, Mariano es quien lleva las finanzas y lo sabes, yo no toco dinero alguno, tú sabes que él me controla…— Te controla porque tu siempre desperdicias el dinero en cosas in
Mateo:— ¿Baltazar? — lo estoy viendo y aun así no puedo evitar que su nombre salga como una pregunta.— Hola Mateo. — sí, me llama por mi nombre, aunque siempre lo hace con desprecio, menos ahora, algo que me altera en lugar de alegrarme.— ¿Estas bien? — sus ojos brillan y esquiva mi mirada.— Sí, solo… queria saber si puedo quedarme contigo una temporada. — mi corazón late deprisa, en estos 18 años nunca paso una noche conmigo, ¿qué digo? Ni siquiera paso una hora a mi lado por voluntad propia desde que supo que era su padre biológico.— Puedes quedarte el tiempo que quieras. — respondo casi con indiferencia y pasando por su lado, dije que era una persona fría, pero no con los que quiero, solo que sé que mi hijo es igual a mí, no nos gusta que nos vean con pena, mucho menos la