Capítulo 29

Chicago, Illinois.

Alexa miró con ternura como sus compañeros se despedían de sus padres con abrazos y besos, anhelaba en algún momento percibir aquella calidez; sin embargo, en su caso no era así, a su madre no le gustaba que la tocara, siempre la regañaba diciendo que la iba a ensuciar.

La pequeña parpadeó, y se despidió agitando su manita de la niñera, muy pocas veces su mamá la iba a dejar en la escuela.

Sus ojitos azules se cristalizaron al ver a sus compañeras de la mano de sus padres, ella tan solo tenía una madre ausente y carecía de papá, aunque sabía que lo tenía, desconocía de su existencia.

«Diosito, haz que algún día conozca a mi padre» rogó en su mente, y se limpió las pequeñas lágrimas que rodaron por su blanca y tierna piel.

Entre tanto la madre de la pequeña en su oficina hablaba con el investigador.

—Así que la tipa esa es casada —gruñó apretando sus puños.

—Sí, señora —respondió el hombre, y le colocó sobre el escritorio un folder—, esos son los datos del suj
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