Capítulo44
Cuando Matías y Diego estaban conversando, Isabela se despertó por el ruido. Sin embargo, no sabía cómo enfrentar a Diego, así que decidió fingir que seguía dormida. Para su sorpresa, Matías se dio cuenta.

—¿Qué pasa? ¿Temes que tu amante te vea en este estado tan lamentable? —La voz de Matías era tan neutral que era imposible discernir su estado de ánimo.

Isabela, al ver su actitud sarcástica, optó por ignorarlo. A Matías no pareció molestarle su indiferencia y, extendiendo el brazo, la atrajo hacia sí, abrazándola con fuerza.

—Matías... —Dijo Isabela con voz ronca—. El doctor Espinosa es mi amigo. ¿Podrías no hacerle daño?

Matías aumentó gradualmente la presión de su abrazo, haciendo que Isabela frunciera el ceño de dolor.

—Siempre y cuando sepa comportarse.

Con esta respuesta de Matías, Isabela se sintió ligeramente aliviada. Parecía que tendría que encontrar un momento para hablar seriamente con Diego y pedirle que dejara de lado sus sentimientos por ella. Después de todo, Matías e
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