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Episodio 2. Negociando con el Enemigo

Luego del incidente en el camino rumbo a su oficina con la chica del impermeable amarillo, Austin se olvida de ese asunto sin importancia, para enfocarse en su día que sería bastante ajetreado, ya que lo único que pasaba por su mente, era el negocio que consideraba más importante hasta ahora, donde una de sus empresas de inteligencia artificial llamada IA Corp., se aliaria con Lewis Motors para realizar autos completamente autónomos, los cuales conducirían de forma automática si así el piloto lo deseara. Lewis Motors, era la empresa de Brandon Lewis: el hombre que había sido el autor principal, de la muerte de su padre y de su hermana menor. Es por esa razón que parte de su venganza consistía en aliarse con él, solamente para destruirlo.

«Estas acabado, Brandon Lewis… te voy a quitar lo que tanto amas: el dinero y tu poder». Piensa Austin sentado en su lujosa oficina, con su vista enfocada en un punto ciego.

En el pasado, Brandon Lewis y el padre de Austin eran socios y compañeros de trabajo, no podría decirse que los dos eran los mejores amigos, pero si llevaban una buena relación juntos. Ambos eran ingenieros de una empresa automovilística muy reconocida a nivel mundial, en donde el padre de Austin llamado Max, era quien se encargaba de crear los nuevos diseños para los autos que saldrían al mercado. Un año antes del brutal asesinato, Max había creado un diseño para un auto eléctrico que marcaría un nuevo comienzo en la industria automotriz, el cual sacarían a relucir dentro de dos años.

No obstante, Brandon deseaba ese proyecto para ambos, proponiéndole al padre de Austin que entre los dos renunciaran, asociándose, para así fundar su propia empresa automotriz juntos. Ellos ya contaban con el dinero suficiente para hacerlo, sabiendo que ese proyecto era demasiado bueno, como para entregárselo a una trasnacional. Sin embargo, eso no era todo lo que Brandon pensaba y hacía, eso solo fue la punta del iceberg, y el comienzo del fin de aquella relación netamente profesional, que terminó con la vida de Max, y cualquier rastro de felicidad que Austin pudo haber tenido.

Es necesario agregar, que Brandon robaba fondos en la empresa donde trabajaba, desviando activos a una cuenta bancaria que tenía para dicho fin, hasta que un día Max se enteró de ello, diciéndole que si continuaba robando, tendría que verse en la obligación de reportarlo, para que la empresa tomara acciones legales en el asunto. Esas palabras, fueron su sentencia de muerte, ya que el muy traicionero hombre, se encargó de crear todo un complot para matarlo, y además robarle el proyecto que con tanto anhelo deseaba, acompañado de los socios que encontró en el camino, que se unirían con él en la empresa que ya tenía pensado fundar.

Además, cabe destacar, que aunque Brandon y Max fueron muy unidos en el pasado, este nunca conoció la familia de Max, principalmente porque el hombre siempre fue muy reservado en su vida privada, algo que Austin más adelante también heredó, es por eso que en la actualidad, Brandon no tenía idea, que Austin era el hijo de la persona quien él asesinó y además le robó su idea la cual, 17 años después lo convirtió en el hombre millonario que era actualmente, con su empresa Lewis Motors.

Horas después

Luego del almuerzo con los clientes chinos, Austin regresó a su oficina, porque tenía que finiquitar unos asuntos burocráticos con Brandon Lewis antes de la asociación oficial que tendrían mañana, la cual era mas que todo un encuentro publicitario que planificaron para llamar la atención de los medios de comunicación. Es por eso que el rubio, poniéndose su mejor disfraz de profesionalismo fue a la oficina de reuniones, junto con su secretario y el resto de su equipo de trabajo, acompañados con los de Brandon para así unir oficialmente a Lewis Motors con IA Corp.

Así pues, cuando ya todo estaba preparado, Brandon y su equipo llegaron a la oficina, y Austin no pudo evitar entrecerrar sus ojos cuando lo vio, porque aunque él era la persona más profesional de este mundo, su inmenso odio a ese hombre le resultaba muy difícil de ocultar, no obstante él como todo un experto, se levantó de su asiento como forma de respeto por ser un hombre mayor, y estrechar su mano como a manera de saludo, al mismo tiempo que imágenes de como ese mismo hombre acuchillaba a su padre, llegaban a su cabeza.

«Brandon con todas sus fuerzas, incrustaba el cuchillo sin remordimiento alguno en el estómago del padre de Austin, el cual se encontraba semi consciente, a causa de los golpes que había recibido por parte de su antiguo compañero. Así mismo, aquel inhumano hombre sacaba el cuchillo solamente para volverlo a clavar en esta ocasión en el pecho de Max, continuando así por varios minutos sin detenerse, mientras salpicadas de sangre manchaban todo a su alrededor…»

Mientras la reunión se efectúa en completa normalidad, el equipo de Austin tiene una presentación del vehículo autónomo que muy pronto fabricarían, entre tanto el rubio continua teniendo una batalla interna, para tratar de desviar esos pensamientos traumáticos que su mente le mostraba, es por eso que él entrecierra sus ojos mientras suspira con disimulo, al momento justo que la presentación da por terminada.

«He llegado muy lejos para este preciso momento, por eso debo calmarse, porque muy pronto podré hacerle pagar a este maldito todo lo que le hizo a mi familia». Piensa el rubio, con una sonrisa diciendo:

—¿Qué le parece nuestro modelo, señor Lewis? Como pudo ver, el nombre de este vehículo será “Fénix 2025” porque es un modelo autónomo que resurgirá de las cenizas de nuestros antiguos autos. Será una versión mejorada de mis diseños y los suyos, que marcará una nueva era en los vehículos del futuro —explica Austin con mucha confianza.

—Me encanta el nombre, mejor dicho, todo lo que tiene que ver con este modelo. Y ahora, en cuanto a las ganancias de este auto, veo que usted decidió que fuera un 60% - 40%. Me parece algo muy generoso de su padre, señor Collins, viendo que el sesenta por ciento de las ganancias serán para Lewis Motors.

Austin al escucharlo, forma una sonrisa en sus labios.

—Ustedes serán los encargados de ensamblar los autos en sus fábricas en japón, en la parte mecánica y física los gastos correrán por parte de Lewis motors, mientras que IA Corp., se encargará del cerebro del vehículo, el diseño estético del modelo, y la publicidad que haremos a nivel mundial—explica Austin.

»Ambos son trabajos muy arduos, sin embargo, considero que la parte del ensamblaje es fundamental para el éxito de nuestros nuevos vehículos. Por eso, se merecen el 60% de las ganancias que nos otorgará el Fénix 2025.

Luego de decir esas palabras, Brandon sonríe gustosamente, mientras el secretario de Austin le entrega el contrato que debían firmar para hacer oficial esa alianza. Con sumo cuidado, Daniel les coloca el grueso contrato a Brandon y su equipo el cual comienzan a ojearlo rápidamente, viendo que ciertamente todo lo que estaba estipulado en las pautas,  les favorecía en gran manera a Lewis Motors, es por esa razón que el mayor no pudo evitar sonreír con ironía mientras pensaba:

«Que imbécil eres Austin Collins, este contrato al final me beneficiará solo a mí, porque me encargaré que ese 60% se convierta en un 80% en cuanto comencemos a crecer, yo se como hacerlo… después de todo, no es la primera vez que absorbo una empresa. Siempre obtengo lo que quiero». Piensa Brandon, sacando su bolígrafo dorado, para firmar todos los lugares donde debía ir su firma.

Sin saber que a partir de ese instante, estaba cavando su propia tumba, porque justamente había caído en la trampa que Austin le había puesto.

«Estas acabado… que comience la cuenta regresiva». Se dice Austin en pensamientos, firmando igualmente el contrato, para que todo quedara de forma legal.

—Bien, mañana será nuestro encuentro con la prensa. No olvides traer a toda tu familia, muero por conocerlos…—comenta Austin, levantándose de su asiento para acercarse a Brandon.

El hombre se acerca al rubio, yendo más allá cuando se atrevió a darle un abrazo porque el contrato que habían hecho era muy bueno, y él no podía ocultar su felicidad. En medio de ese abrazo, Austin ocultó por completo su asco correspondiendo la hipócrita muestra de cariño, al momento que le dio tres palmaditas en la espalda sin dejar de sonreír, escuchando como brando dijo:

—¡Por supuesto! Traeré a toda mi familia, me encantaría que conocieras a mi hija Ashley, es una joven muy hermosa y agradable, posiblemente se harán buenos amigos.

«¿Buenos amigos? ¡No me hagas reír! Esa perra también morirá contigo, maldito». Piensa el rubio, con una cálida sonrisa diciendo:

—Me encantaría conocerla, con mucho gusto —miente Austin con su mejor sonrisa.

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