Sentada en el sillón de mi recibidor degusto el néctar sublime de los dioses, mientras pienso en la cita de la noche. Totalmente motivada con tal acontecimiento, me dirijo a mi consultorio, esperando pasar, al menos un día tranquilo, sin agobios, ni angustias que drenen mis energías. - Doctora ¿Qué tal durmió? - pregunta Isabel con un poco de malicia. - Estoy bien - contesto sonriendo - lista para comenzar el trabajo del día. Penetro en mi oficina y reviso los papeles con los apuntes que Isabel ha dejado encima del escritorio. Lisa y George Gray 28 y 30 años respectivamente, seis meses de casados, sin hijos. Los observo entrar al saloncito y me quedo maravillada. Son personas pequeñas y derrochan energía y belleza. Saludan con una sonrisa en los labios y un ligero movimiento de cabeza. Les indico las sillas frente al escritorio y se sientan, aunque con un poco de trabajo. - Buenos días - digo - soy la Doctora Nicole Jonson, sexóloga, especialista en terapia de parejas. Prime
Después de una relajante ducha con agua caliente, me acerco a mi armario, tratando de elegir el vestuario adecuado para la cita con Max. Quiero impactarlo, pues el atractivo doctor, me ha devuelto las ganas de arreglarme y buscar emociones nuevas. Los hombres todos no son iguales, me repito una y otra vez y, aunque mi cerebro aún desconfía, mi corazón le ha otorgado, al atractivo médico, el beneficio de la duda. Escojo un vestido negro, ajustado hasta los tobillos, con una enorme abertura en su parte derecha, que deja al descubierto un poco de mi piel. Me suelto el cabello y me aplico un maquillaje sencillo, pero que resalta el color de mis ojos, perfectamente arreglada, abro la puerta cuando el timbre castiga mis oídos. - ¡Estás hermosa! - exclama apenas me ve en el umbral del departamento. - Gracias - respondo - tú también estás muy... elegante. Lo contemplo anonadada y con atrevimiento. Parece un magnate, acostumbrado a lucir sus trajes de gala. Esbelto y atractivo son las
Los aún débiles rayos del sol, me molestan en los ojos. Miro el reloj, las 6: 30 de la mañana y pienso, con tristeza, que puedo seguir durmiendo, pero los recuerdos de la noche anterior me asaltan, haciendo imposible el retorno del sueño. La presencia de Saúl con su amante fue revelador para mí. Es un hipócrita que aún pide una segunda oportunidad y sigue en sus aventuras. Como bien dijo Max, el hecho de que estuviéramos en ese restaurante, los cuatro, propicia un cierre en nuestras vidas. Sabiendo que ya no puedo retomar el sueño me levanto de la cama y realizo el protocolo matutino de cada día. Tomo mi taza de café y salgo de mi vivienda, dispuesta a comenzar mi jornada. - Buenos días, Doctora - saluda Isabel con una mezcla de curiosidad y malicia - ¿Cómo le fue en su cita? - Muy bien - digo sin intensiones de brindar detalles. Sintiendo el timbre de la puerta principal de la consulta le digo a mi secretaria: - Hazlos pasar y guíalos hasta mi despacio. Reviso con minuc
- Buenos días - saludo mirando a la pareja que acaba de entrar a mi despacho. - Buenos días - responden al unísono. Los detallo con un poco de curiosidad. Son jóvenes ambos, morenos y al parecer tienen gustos similares. Sus ropas se asemejan en cuanto a estilo y color. Puedo apreciar a simple vista que son extrovertidos, inteligentes y además se aman. Tomo en mis manos el documento que mi asistente ha dejado encima del escritorio, donde ha escrito los datos personales de los pacientes. Jacqueline y Adán Durán, 32 y 33 años respectivamente, 12 de relación y se encuentran en proceso de adopción. Los invito a sentarse y comienzo mi discurso. - Soy la Doctora Nicole Jonson, psicóloga, sexóloga y terapista de pareja. Quiero agradecerles por escoger mi consultorio para resolver los problemas que están afectando su relación. Asumo que si están aquí es porque quieren salvar el matrimonio, por lo que, necesito que sean sinceros y me digan Por qué necesitan terapia para salvar la rela
Culmino mi jornada de trabajo con una sensación de zozobra desalentadora. El día ha estado agotador. Las parejas que he consultado durante mi jornada laboral se dejaron absorber por problemas remediables, que con comunicación desaparecían. Los primeros, tan diferentes entre sí, no aceptaban las diferencias, produciéndose, en la unión, una lucha entre la naturalidad y la arrogancia, que le planteó un desafío que solo los días se encargaría de revelar. El segundo matrimonio estaba consumido por la rutina, afectando hasta la intimidad de ambos. ¿Por qué las parejas se niegan a compartir vivencias que propician la comunicación entre los miembros del matrimonio? Recojo mis objetos de uso personal y salgo del consultorio con urgencias. Estoy exasperada, por lo que me dirijo hacia la casa a descansar, sin embargo, al llegar, la soledad nuevamente me golpea. Siento el tono de llamada de mi teléfono celular, desbloqueo la pantalla y...número desconocido. - Diga - respondo en tono bajo.
- Buenos días - saludo viendo a los primeros pacientes de la mañana. He llegado tarde, pues, por el cansancio, no he escuchado el sonido de la alarma del teléfono y apenas he tenido tiempo para acomodarme y revisar las anotaciones que, mi secretaria, ha puesto encima del escritorio. - Buenos días - responden con una sonrisa en los labios. Con una seña les indico las sillas que se encuentran frente a mi escritorio. Leo sus datos personales, con cierta curiosidad, Magda y Kieran Grey, 20 y 26 años respectivamente, apenas 5 meses de casados y dos meses de embarazo. Me siento, me acomodo en la silla y me preparo para iniciar mi discurso. - Soy la Doctora Nicole Jonson, psicóloga, sexóloga y especialista en terapia de parejas. Quiero agradecerles que escogieran este consultorio para resolver los problemas que atentan contra su relación, si están aquí, es porque desean salvar la unión de la pareja, por lo que, necesito que, con sinceridad me expongan por qué ustedes creen que ne
- Buenos días - saludo a la pareja que ha entrado a mi consultorio y, que sin pensarlo dos veces, ha ocupado las sillas que se encuentran en la estancia. - Buenos días - responden al unísono. Esa extraño sincronía al hablar me deja totalmente impactada. Parece fluir la comunicación entre ambos y, durante algunos minutos, me encuentro preguntándome las causas de su visita a mi local de trabajo. Sonriendo, los detallo con la mirada, son jóvenes pero ambos han pasado la barrera de las dos décadas, por lo que poseen experiencia acumulada. - Soy la Doctora Nicole Jonson - comienzo mi discurso - psicóloga, sexóloga y especialista en terapias de pareja. Si están aquí es porque quieren salvar su matrimonio y les agradezco que escogieran mi consultorio para exponer los problemas que aquejan a su relación. Necesito que con sinceridad me digan las causas por la que creen necesitar ayuda especializada para lidiar con estas situaciones que afectan el sano desarrollo de la unión. Observo
Miro el reloj un poco desconcertada, son las 8:30 de la noche y Max no ha llegado aún al momento íntimo, a nuestro escape romántico. Las dudas comienzan a invadirme. ¿Vendrá? Me pregunto, mientras aliso mi cabello. Quizás se dio cuenta que no podía estar con una mujer como yo, tan cansada, pero a la vez tan predispuesta a las segundas oportunidades, a pesar de que, mi vida profesional se basa precisamente en ello, en restaurar matrimonios que necesitan nuevas oportunidades. Recuerdo que, en la mañana, precisamente fui yo quien lo llamó, desafiando las tradiciones. ¿He estado presionando las cosas? De repente siento el timbre de la puerta principal y respiro aliviada. Corro a abrirla para descubrir al atractivo joven con un ramo de rosas. - Pensé que no vendrías - digo un poco recelosa. - Es que... - No importa - digo risueña interrumpiéndolo - estás aquí. Tomo el regalo, lo llevo al interior de la vivienda y me incorporo a su lado. - ¿Cómo estuvo tu día? - pregunto. - Te