AXEL
No podía esperar un día más para estar atado de por vida a Rachel, aunque nuestros caminos y nuestras almas estén enlazadas desde hace mucho atrás, no hay felicidad más grande que asegurarla como completamente mía. Pudo haber sido mejor, pero ver el rostro de la mujer que amo lleno de sorpresa, felicidad, amor y ternura fue lo más gratificante que aprecié durante la ceremonia y la cena con toda la familia. No veo la hora de tenerla entre mis brazos por toda la madrugada y la vida.
Para muchos puedo ser a penas un joven que ha empezado a llegar a su adultez, pero lo que no saben, es cuan maduro he sido desde que era tan solo un niño. Siempre he tenido claro lo que quiero y lo que no. Para qué perder tiempo en cosas que no suman ni restan en la vida.
Estuvimos parte de la noche entre una cena agradable con la familia, riendo, hablando de todo un poco y sintiendo esa calidez de la que busqué por años. Todos están muy emocionados y felices por nuestra boda. Además
—Vamos, hermano, solo se cumple años una vez al año — expresa Isaac, mi mejor amigo de toda la vida —. Axel solo será una noche. Nada más.—No me gusta frecuentar ese tipo de lugares y lo sabes — gruño —. Esas mujeres...—Bailan como las mismísimas diosas del olimpo — frunzo el ceño, tratando de imaginar a las diosas bailando semidesnudas y seductoramente ante un grupo de jóvenes universitarios de último año —. Me entiendes a lo que me refiero, ¿no?.—No, no entiendo lo que estás diciendo — sonríe ladeado —. La única diosa que mueve cada uno de mis huesos de su lugar es Némesis.
Se inclina hacia mí, dejando una distancia prudente y retadora entre los dos. Apresa su labio inferior sensual y fugazmente. Chasquea los dedos y como magia el salón queda a oscuras a excepción de una luz roja que enfoca su cuerpo.—Antes que todo quiero dejar en claro que esto no es más que un baile — vuelve a la silla y se sienta en ella de piernas abiertas y con un bastón entre el medio de ellas —. En este bar no se ofrece sexo, así que no intenten nada según terminé mi pieza de baile, ¿estamos?.—Sí... — estos tres y sus sistemáticas respuestas.—Perfecto.Una canción muy suave y sensual empezó a sonar de
RachelLe cuento a mi mejor amiga y hermana de sangre, Mara, lo que ha pasado en la barra con la ternurita sexy del cumpleañero, y no ha parado de reírse de mí. Es común, ya no le parece extraño sobre las propuestas que recibimos todas las bailarinas por parte de los clientes. Pero jamás había dejado que la rabia me dominara de esa manera y terminara golpeando en sus preciadas partes al cumpleañero más atractivo que he tenido el placer de bailarle. Estaba tan centrada en que cada movimiento fuera preciso y seductor, que, aun y con mi aviso unos minutos antes de empezar con mi baile, se atreviera a pedirme una noche a cambio de la cantidad de dinero que yo quisiera. De otra, con miles de cuentas que pagar, con una responsabilidad a cuestas y muchos problemas para conseguir un trabajo que se base en lo que estudió, no lo
Veo la hora en el teléfono y miles de maldiciones dejan mi boca una detrás de la otra sin parar. Se supone que ya debería de estar en la universidad y aun ando a medio trafico y con los minutos contados. No me falta mucho por llegar, ¡¿pero por qué demonios me tiene que pasar esto en el primer día de trabajo?! Eso no es todo, yo venia con el tiempo exactamente contado, pero cinco cuadras después el carro falló y tuve que pedirle ayuda a un grupo de hombres para que me ayudaran a encenderlo empujándolo por atrás. Ahora me encuentro en el atascamiento faltándome muy poco por llegar. Mañana saldré más temprano de casa, esto no me pasará de nuevo.El teléfono suena en mis manos y decido contestarlo si fijarme de quien se trataba.—¿Sí?.—¿Tan temprano y de mal humor? — ruedo los ojos —. &
¡Corre!¡Huye!¡Escapa!¡Vete!¡Lárgate!¡¿Qué mierda estas esperando para irte, Rachel Christine Blum?!Eso es algo que me gritaría Diane si estuviera acá conmigo, viéndome casi morir ante este inesperado encuentro con estos chicos, que son mis estudiantes y anoche fueron mis clientes. Hasta puedo escuchar su vocecita diciéndome todo fatídicamente, mientras su risa ahoga cada una de sus palabras. ¿Por qué a mí? Yo no te he hecho nada de malo, Jesús de Nazaret, ¿entonces por qué me pasan estas cosas a mí? ¿eh?.Las miradas de todos están sobre mí, pero la que más me inquieta es la de huevos sexys quebrados, que desde que atravesó la puerta no ha dejado de observarme. Es como si me estuviera diciendo; sé quien eres
AxelEs ella; claro que debe ser ella. Su silencio me confirma que sabe a lo que me refiero. Sus ojos grises y ese tonito y acento en su voz es el mismo que usó la bailarina anoche. Ahora bien, su cabello es del mismo color, la misma altura, la misma sonrisa ladina y atractiva, la misma forma de caminar, las mismas ricas proporciones de sus curvas. Solo me faltaba su rostro, y no se puede negar que es mucho más hermosa de lo que en la noche llegué a pensar. Los nervios la delataron solita; y solita cayó.Casandra o Rachel, ¿Cómo le gustará que la llame cuando me la esté follando bien duro contra la pared? Quiero ver esas expresiones sensuales y eróticas que hace, pero esta vez para mí, y que más tentación y adrenalina de saber que es Miss Blum; la profesora de lenguas. A pesar de todo, no me fue tan difícil dar con el paradero de la bailarina exótica. Ella soli
La veo marcharse y no sé por qué tengo una estúpida sonrisa en los labios. La bailarina con profesión de profesora caerá, solo es cuestión de tiempo para que esa mujer esté en mi cama; gritando y pidiendo para que la tome una y otra vez hasta que se quede sin voz.Sé que quieres Miss. Blum, no te hagas del rogar.Regreso al interior de la universidad y tengo mi ultima clase sin ningún contratiempo alguno. Bueno, por lo menos no en cuanto a las clases u exámenes. Mi cabeza no deja de pensar en mi sexy profesora. Me ha herido el ego dos veces la misma mujer, y sin necesidad de haberle rozado ni la piel.—¿Qué hacemos en este lugar, Axel? No es que no querías volver nunca más por aquí. Quien te entiende.—No hace falta que me entiendas, Yo sé lo que hago.—¿Te vas a disculpar? — pr
RachelMe lleva varios minutos recapacitar y darme cuenta que estoy en medio de la calle, actuando como una hormonal adolescente por el beso tan húmedo, suave y muy corto que me han dado en toda mi vida. No puedo negarlo, he quedado muy picada, antojada de sentir más de esa suavidad y sabor que tienen sus labios.Maldita sea.Maldita la hora en que me he dejado llevar por la calentura del momento y no pensar con la cabeza. ¿Pero cómo le digo que no a alguien tan jodidamente sexy como lo es él?.Diane y Mara siguen burlándose de mi tan mala suerte, mientras veo su auto de último modelo perderse en el tráfico de la tarde.Me la vas a pagar, ternurita. Esto no se va a quedar así.—¡No puedo más, me duele la barriga de tanto reírme! — exclama Diane, doblándose y tocándose el vientre —. Eso ha sido