Diez años después , yo seguía siendo tan feliz como nunca imaginé llegar a ser. Ya sin la sombra de cartas ni mensajes terroríficos, que nadie me podía mandar porque el maldito de Emilio no estaba en nuestras vidas para atormentar a ninguno de nosotros con sus enfermas venganzas que no lo llevaron a nada bueno.
Era una esposa trabajadora más , no la princesa de ninguna parte.
Es cierto que en la vida nadie quiere lo que tiene ,y todos anhelan lo que no pueden tener.Pero en mi caso , ni siquiera sabía que anhelaba el azul intenso que miraba diariamente hasta que no lo tuve. Ahora que lo tenía solo podía estar agradecida.
En estos diez años , habíamos crecido como pareja y como padres , sí , teníamos dos hijos.
Mi príncipe Arthur y mi princesa Isabel ...
Aunque Liam y Sami eran los actuales reyes ,y tenían 3 hijos , el acuerdo que Ian
Si aquél día tan oscuro en que yo me levanté hastiada de mi propia vida colmada de lujos me hubiesen dicho que lo conocería no le habría creído ni a una pitonisa certera.Sin duda fue el día más complejo de mi existencia y no porque pasará nada en realidad que hiciera especial o diferente ese día de otros,sino que fue el simple hecho de ver mi vida pasar a una velocidad preocupante y saber hacia dónde me estaba llevando, cuál pez en un furioso rápido, lo que lo hizo distinto y trascendental.Se sentía casi sobrehumano el hecho de no poder parar mi final. De saber que iba cuesta abajo y sin frenos hacia un destino del que había escapado milagrosamente, y al que me resistía a volver.Pero al darme cuenta de que siempre tenemos en nuestras propias manos la escapatoria a nuestros mayores miedos,decidí emprender el camino haci
Tuve que respirar profundo para no darle dos gritos bien dados al hombre que tenía delante rebuznando en mi cara con monumental enojo, casi tanto pero no mayor al mio. A veces me podía mi educación en la realeza y eso, no se suprimía de la noche a la mañana. Había escapado de mi casa, de mi condición de condesa, solo porque estaba huyendo de un príncipe despiadado que me había comprado para ser su esposa en algún momento de mi vida, y eso era algo que no pensaba permitir y por esa razón, entre otra mala fortuna, estaba en la situación más desafortunada de mi noche.Salirme de todas mis comodidades y mi educación de clase alta, para vivir de un salario básico en un empleo de gama muy baja, no era algo que hubiese elegido para mi vida, pero si era aquello que suponía mi único sustento y de lo que no podía prescindir.Al
Una semana antesMe levanto temprano como siempre, salgo de mi habitación y el corto pasillo me lleva hasta la cocina, pasando por la puerta del baño y acto seguido encontrando a mi querida amiga en la cocina con el café recién hecho. No es un gran apartamento pero es lo suficientemente económico para mí y mi nuevo estatus social. Ya no soy rica. Ahora vivo en austeridad, pero libre y feliz.El precio de no ser la condesa me parece poco al lado de las antiguas obligaciones que vienen con mi titulo, además de la promesa de un despiadado príncipe para hacerme su mujer.Ignoro la historia de mi vida, para observar los saltitos divertidos que da mi amiga, mientras me termina de servir el café y me apremia a sentarme a la mesa.—Buenos días, nena. ¿Cómo has am
Todavía con la boca abierta haciendo uso de toda la mala educación que no había tenido, miro a los dos hombres que hablan entre ellos tratando de entenderse y es que casi ni los oigo de la sorpresa que me embarga.¿Que clase de parodia de vida era la mía?—James —llamo la atención de mi jefe — te juro que no he hecho nada,fue el señor que casi me tumba y no pude evitar lo sucedido pero no es mi responsabilidad, lo prometo — le aseguro a mi jefe tratando de aclarar mi despido injustificado.—Que sí, mi Bella -me dice James -que me lo está explicando -aclara —solo te despide de su cena para que participes desde dentro de la misma como una invitada más; pero si no quieres te puedes ir y ya te llamo otro día—termina dándome una salida.—¿Cómo?- digo e
Y había llegado el día...Aquel capullo me había citado sin darme razones lógicas de por qué lo hacía, aunque que si quedaba claro lo que había dicho a James, acerca de que le mandaría el cheque por nuestros servicios a través de mi.No pensaba ir a esa cita sin sentido pero no podía dejar de cobrar,ya no por mí, sino por todos los demás que habían trabajado en aquel evento y en especial por James que tantas oportunidades me daba y tanto me había ayudado. Justo como había hecho días antes cuando sugirió que dejara de lado la propuesta del tal Liam, que me había puesto contra la pared con su locura de fingimiento de noviazgo.Yo solo esperaba salir de allí cuanto antes y sin daños a terceros.No sabía muy bien cómo gestionar lo que estaba p
Me quedo sin saber muy bien como reaccionar ante aquel giro de los acontecimientos.Me tomo un minuto para observar a los dos hombres a mi lado y no podía estar más asombrada por el hecho de que fueran hermanos. De todos los escenarios que podía esperar ver, jamas conté con algo así. Es que era demasiado coincidencial.Pero lo que todavía me asombraba más era el descaro de Liam por presentarme como su novia frente a su hermano...Su hermano,repetí en mi mente.Aquellos dos hombres parecían no salir de mi vida una vez que habían entrado y el primero se empeñaba en autotitularse mi dueño y el segundo mi novio. Nuevamente sentía que aquello era surrealismo puro.Y en ese justo instante me di una cachetada mental y reaccioné presentando dos interrogantes a mis acompañantes.—
Aquel día por fin estaba finalizando.Ya empezaba a caer la tarde cuando llegue a la casa. Había ido a un centro comercial a comprar algunas pocas prendas de vestir que me sirvieran para mi nuevo empleo y dieran un poco de sosiego a mi descalabro de sistema nervioso, debido todo a la amenaza implícita en aquel mensaje perturbador.Las prendas anteriores solo eran para estar cómoda y presentable pues en el trabajo de camarera usábamos uniforme para lucir todas iguales y solo debía llevar mis propios zapatos. No se me podía culpar de tener demasiado fondo de armario.Había ido reuniendo algunas mudas de ropa a lo largo de estos tres meses según iba cobrando porque cuando me fui de allí solo me lleve lo puesto.Mi huída había sido tan intempestiva e improvisada que no me detuve a recoger nada que no fuera el poco efectivo que te
Lentamente empecé a notar que podía abrir mis ojos, aunque lo hiciera con la vista nublada, recién adaptándome a la iluminación del lugar que a pesar de ser una luz tenue, mis dilatadas pupilas se esforzaban en brindarme alguna imagen del ambiente que me rodeaba.Solo había una luz encendida y era de una lámpara negra en una mesa de noche que veía justo al lado de la cama en la que estaba acostada y atada de las dos manos. Hice esfuerzos por safarme del cabecero, y mis muñecas ardieron contra la fricción de dos pañuelos que me mantenían sometida.Desorientada, trato de mirar todo a mi alrededor en busca de algún detalle que me dé pistas de dónde podría estar y quién me había traído aquí.Pero no veía muy bien y estaba muy asustada,comenzando a d