Capítulo 3

Todavía con la boca abierta haciendo uso de toda la mala educación que no había tenido, miro a los dos hombres que hablan entre ellos tratando de entenderse y es que casi ni los oigo de la sorpresa que me embarga.

¿Que clase de parodia de vida era la mía?

—James —llamo la atención de mi jefe — te juro que no he hecho nada,fue el señor que casi me tumba y no pude evitar lo sucedido pero no es mi responsabilidad, lo prometo — le aseguro  a mi jefe tratando de aclarar mi despido injustificado.

—Que sí, mi Bella -me dice James -que me lo está explicando -aclara —solo te despide de su cena para que participes desde dentro de la misma como una invitada más; pero si no quieres te puedes ir y ya te llamo otro día—termina dándome una salida.

—¿Cómo?- digo en absoluto shock -pero, ¿por qué me hace esto?si ni siquiera lo conozco —le reclamo al chico pero mirando al techo como invocando un ángel que venga en mi ayuda ¿ dónde quedó mi verde de hoy?...me pregunto.

—Tranquila —dice el tío que me ha provocado un caos total.

—¿Como voy a estar tranquila si es todo esto una locura? —reclamo poniendo las manos en jarra.

—¡Escúchame por amor de dios que se nos acaba el tiempo!...

En ese momento entra una chica más joven muy linda y bien vestida. Dirigiéndose a él.

—Liam,  que llegan en 20 minutos, arregla esto -le dice acelerada.

Y yo descubro su nombre. Se llama Liam. 

—Hermanita por favor ayúdame a convencer a Bella -y me señala- para que se haga pasar por mi novia y así nos libramos de esa loca.

—A ver -lo señalo ganándome la atención de todos -Liam, acabemos con esto de una vez -espeto tuteandolo -pero, ¿ por qué tengo que ser yo tu chica y no otra?- pregunto mirándolo a los ojos.

—Bella -me dice la hermana, hablándome cercana -el imbécil aquí presente - señala a su hermano y él la mira mal mientras  se hace falsamente el ofendido -se lió una sola noche con la hija de unos amigos de la familia y están viniendo aquí a cenar,¡ ya !-explica como si eso me fuera a dar pistas de todo este embrollo —Y mi hermanito le dijo que no habría nada formal entre ellos porque él ya tiene novia, la loca esa le dijo que quería verla, y el imbécil aquí no pudo traer a nadie porque es que no hay nadie para traer, por eso te ha pedido que hagas algo tan surreal como eso -termina de decir más que divertida 

Rompo a reír...y me miran extrañados...es que la situación es tan irónica que da risa.

—Macho, tenías  que haberle pagado a cualquiera como harás conmigo,no veo la complejidad aquí —puntualizo divertida.

—La complejidad está, en que no te cambias y salimos,y se nos acaba el tiempo.¿ Lo captas?- me dice con chulería y regresa de golpe mi mal genio.

—Oye no te me pongas chulito que te quedas sin novia ,y durante la cena nada de toqueteos que te meto, guarda tus extremidades y demás extensiones de tu cuerpo para ti o la liamos en plena velada —amenazó severa.

—Gracias -dice el al fin el idiota este flexionando un poco las piernas y encorvandose hacia atrás en gesto de alivio.

—Vamos a mi cuarto a cambiarte de ropa y maquillarte,tu pelo es precioso así que ni tocarlo hace falta solo soltar la coleta -me dice la chica tan rápido que parece una ametralladora.

—Por cierto me llamo Miah,un gusto- me ofrece su mano en señal de saludo.

—Igual para mí,a pesar de toda la movida está -le estrecho la mano devolviendo el saludo.

A los quince minutos ya Miah me dejó hermosa y completamente lista para hacerme pasar por la novia de su hermano. Bajamos a la cena y siento que todo lo que sucede es de un surrealismo de novela rosa.

Me prestó un vestido verde cruzado delante y la espalda descubierta y bastante fino para ser corto,por encima de las rodillas,zapatos a juego y  mi pelo rojo natural bien liso suelto hasta casi mi cintura.

El vestido hacía juego con mis ojos verdes y para que quedara natural no usamos ninguna joya como complemento así que eso fue todo.

Sentir como se dibujaba aquella tela sobre mi piel y todo el resto del arreglo, me hizo sentir muy segura de mi propia belleza una vez más. Hacía mucho que no me sentía arreglada y perfecta como dictaban las normas de conducta y etiqueta en el que fue mi mundo y que hoy ya he asumido que queda en el pasado. Sin embargo no puedo dejar de sentir que en realidad me siento en confort con el lujo.

Acaricio mi pelo notando el sedoso cuidado que siempre ha tenido tras largos años de tratamientos para hacerlo lucir digno de la corte y en este momento me siento en mi elemento al estar en un sitio similar al que me vio nacer.

Recorrer aquella casa, de la mano de una elegante Miah, es una pasada. 

Vuelvo a sentir nostalgia del mundo al que pertenezco, el mismo del que huí, solo de mirar las eternas columnas torneadas y con baños de oro en sus cornizas que me recordaban muchísimo las de mi propio palacio.

Era extraño sentir cierto ambiente de realeza  en aquella casa, cuyos huéspedes se veían menos formales que los nobles que normalmente habitaban este tipo de residencias que me hacía volver a mirar las estancias de mi antigua casa como si fuera un déjà vu. La sensación más desgarradora del mundo, puesto que me daba nostalgia y a la vez constancia y certeza de que no volveria ahí, a pesar de que me hubiese encantado ser la dueña en libertad de un sitio como este y poder combinar lo que deseo con lo que se espera de mi. Pero sé que eso es probablemente una utopía. 

Al salir conocí a toda la familia que al estar en el jardín trasero no se enteraron nunca de todo lo que había sucedido ni a qué hora supuestamente había llegado la mencionada novia falsa ...o sea yo.

Aunque solo los hermanos sabían de la falsedad del asunto.

Todos me cayeron genial y no tuve que esforzarme en comportarme pues yo tenia más etiqueta que todos ellos juntos.

Si supieran quién soy en realidad,me río por dentro, los tendría haciéndome incomodas reverencias.

Las costumbres nobiliarias no se pueden esconder y definitivamente me fueron muy útiles para pasar desapercibida allí. 

Al final de la noche voy al baño y escucho sin que nadie supiera la amena conversación....nótese la ironía, que tenían muy cerca de mí. Una voz desconocida y otra un poco menos, para mi tragedia.

—Escúchame bien Liam, ahora, no diré nada porque mis padres y yo nos vamos tres meses de viaje para Escocia a sus negocios y no me queda más remedio que irme con ellos y además conoceré a la realeza, eso no me lo puedo perder,pero cuando vuelva más te vale que la guarra esa ya no esté por tus contornos porque no respondo — amenazó la chica que asumí era la temida desquiciada de la que me habían hablado.

Si no salí del baño y la cogí de los pelos para arrastrarla hasta Escocia es solamente porque a mí ya me iban a pagar y no tendria nada que ver nunca más con estos locos,pero sino le

arrancaba todas las extensiones.

—Rebecca escucha tú —le exigía Liam—,yo estaba borracho y ni sabía que hacíamos y tú no eres una virgen a la que tengo que cumplirle nada ni este es el siglo antespasado. Así que supérame, que solo fue una noche y déjame en paz,y de paso si puedes quédate en Escocia por el bien de todos.

Y se fue dejándola ahí con una pataleta digna de una niña bien malcriada que de seguro eso era lo que había sido de pequeña.

Mientras yo me preguntaba, ¿ por qué no le dijo eso mismo antes, evitándome a mí todo el asunto de la falsa novia?

Al final de la noche me pagaron mi trabajo.

Solo cobré lo que estaba establecido aunque haya cambiado el trabajo y me querían pagar más, no hacia falta y tampoco había hecho nada  al final. Solo sentarme a comer pues ni me prestaron mucha atención,parece que el chico este acostumbraba a cambiar de novia tan seguido que ni falta hacía cogerle cariño a sus invitadas.

Solo hablé con Miah y recibí miradas de asesino serial de Rebecca.

Y así acabó mi día.

Un poquito menos verde, ya casi gris...que era el color que primaba en mi vida los últimos años, por no decir mi vida entera.

Esa noche me fui a mi casa como siempre, con mi cuerpo agotado de trabajar y feliz de disfrutar de una libertad que había logrado conquistar.

La diferencia era, que yo no sabía que aquel no era un episodio más en mi vida. Esas personas que conocí de manera tan peculiar y que se podía leer como una circunstancia del destino, era más bien una zancadilla que me ponía y que me hacia caer directamente a los pies de la persona de la que tanto huía. 

...El resto de mi semana transcurrió como debía y casa día de la misma era una aventura para mi. Lo vivía todo muy a tope, como si fuera una niña que habían llevado a un parque de atracciones después de mucho jugar en su casa. Y a pesar de todo aquello, que para mi se sentía como la vida en su máxima expresión, había algo que me faltaba y que ni siquiera podía identificar el qué. 

Pero esa noche todo cambiaría.

Sería la noche de un viernes cualquiera, en un evento al que iría a trabajar como siempre solía hacer, donde conocería al hombre que cambiaría mi vida, incluso desde antes de yo creerlo así. 

Ese último día de aquella semana, seria el último día en el que viviría sin él,  justo después de tirarle encima las copas de su propio evento.

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