P.O.V. Tania Toda la noche me la he pasado llorando debido a lo que me hizo esa bestia; después de huir de él me encerré en la primera habitación que encontré, le puse seguro a la puerta y me desplomé sobre la cama. Cuando los rayos del sol entraron por la ventana, me levanté como pude, entrando al baño, preparándome la tina y metiéndome a bañar para calmar mis músculos adoloridos y llenos de hematomas. Con la esponja me tallé la piel, limpiando toda impureza y rastros que me haya dejado ese hombre. Aseando más mi parte que está algo adolorida, lo que le agradezco a Dios el no ser virgen si no me hubiera dolido más que esa bestia se robara algo tan preciado. Después de pasar como media hora limpiándome, salí, me puse una ropa cómoda que encontré en mi ropero; sin embargo, no sé de quién sea y me senté en el sofá que está cerca de la ventana, sintiendo como los rayos del sol calientan mi piel. Vuelvo a recordar lo que me pasó y no puedo evitar dejar salir una lágrima. Cuando
P.O.V. Adriano La veo irse; estoy tentando a seguirla, pero sus palabras están claras en mi mente y si ella no quiere dar de su parte para que esto funcione, no puedo obligarla. Pero ahora entiendo que por el camino que voy no me llevará a nada, pero quizá ahora que lo pienso, si cambio y logro ser un hombre distinto, quizá ella me acepte y me perdone por lo que le he hecho… Así que con una nueva motivación agarro un pedazo de manzana que había en la mesa y la meto a mi boca dándole un mordisco, degustando de su rico y dulce sabor… Entro de nuevo a la casa; subo las escaleras, parándome en la puerta de mi habitación, viendo directo hacia la habitación de mi esposa. Me acerco, agarro la perilla de la puerta, tentado de abrir la puerta, pero me detengo al recordar que me dijo: eres un violador. Me arrepiento de entrar y me adentro en mi habitación. Voy directo hacia el baño, dándome una ducha rápida, saliendo y vistiéndome con un pantalón oscuro y una camisa del mismo tono.
P.O.V. Adriano Después de mi última discusión con mi supuesta esposa no he vuelto a buscarla, ni a molestarla; me la paso en mis asuntos del negocio familiar y al terminar me voy con las lindas chicas del club que me ayudan a olvidar todo lo ocurrido en mi casa. La verdad, no tengo ni la menor idea de lo que hace, ni me interesa saberlo y es que pensé que la fascinación que tenía por ella era algo más; tenía la esperanza de que quizá podría llegar más a fondo con ella; sin embargo, me alegro de que no fuera así. Durante este tiempo, me he entretenido con estas bellas mujeres, que me han ayudado a entender lo lindo que es no tener compromiso. Le llamo así porque no puedo decir soltería, ya que estoy unido a ella. Pero lo que me alegra es que al fin haya terminado la dichosa luna de miel; ya no me tengo que estar ocultando para hacer lo que me plazca. "Ya Adriano deja de pensar en ella", digo en mi mente, olvidándome de ella. Me enfoco en lo que verdaderamente importa, que es
P.O.V. Nicola Después de que el Padre de Tania me amenazara de esa manera, hice todo lo posible para llevármela, pero cada vez que la miraba andaba muy escoltada, así que intenté saber la dirección donde se casaría para robármela, sin embargo, no logré obtenerla. Cuando supe, ella ya estaba casada y el corazón se me partió mucho más al pensar en que ella besó a ese hombre. Pero fue pensar en que esa noche ella sería de él y me llenó de odio y rencor. Pero con ayuda de algunos contactos que me hice cuando trabajaba para la familia Mercier logré obtener la ubicación. No solo eso, me dijeron que estarían contratando un guardaespaldas para la esposa del señor, así que aproveché para meterme con la esperanza de que ese hombre no me conociera. El día llegó y entramos a la casa que está muy vigilada, así que me iba a hacer imposible entrar o salir si quisiera. Y el interior no es nada que no haya visto antes. Mientras somos escoltados, miro despistadamente en todas direcciones
P.O.V Tania Ahora que tengo a Nicola a mi lado el tiempo aquí ha pasado más rápido y me siento mucho mejor, cuando la bestia no está nos divertimos mucho pero no lo que no me gusta es que tenemos que estar ocultándonos para que nadie nos vea aunque eso lo vuelve muy emocionante. —¿Que piensas linda? —me pregunta Nicola que acaba de entrar. —Solo en cómo has hecho que todo esté mes sea más fácil. —Pues lo dices por ti porque a mi verte al lado de ese hombre en las cenas familiares o eventos me cae como patada de mula y más cuando te tiene que besar —me reprocha con algo de malestar. Aunque a mi me gusta verlo así de celoso. —Te dije que nos fuéramos que huyéramos juntos y no quiste —mencionó defendiéndome para que no me culpe solo a mi. —Lo se, pero he intentando buscar un plan y no lo encuentro en todos termino muerto o tú muerta y eso no lo quiero, pero tengo un nuevo plan —hace una pausa mientras camina hasta llegar a mi lado sentándose en el sofá. —¿Que tienes en ment
No pierdo de vista a Tania, que solo me mira con atención y yo cada vez más me desespero porque no me contesta. Eso me hace pensar que tal vez tenga razón. Aprieto mi quijada escuchando cómo crujen mis dientes debido a la presión.—¡CONTÉSTAME! —le gritó volviendo a golpear el escritorio y espantándola.—No hay nadie —dijo con una voz fuerte.—Mientes, ¿DIME QUIEN CARAJOS ES? —preguntó de nuevo con tono fuerte.—¡Ya te dije que no hay nadie! —me contesta en el mismo tono que estoy usando.—¡MIENTES! —le repito y me levanto de la silla, tomando la botella de coñac, arrojándola contra la pared, impactando, rompiéndose en miles de pedazos. —No es verdad, ¿por qué no me crees? —me exige una respuesta. Salgo de mi lugar caminando hacia ella y colocándome frente a ella. Pego mi espalda, recargándome en el escritorio y poniendo mis manos a los lados.—Verás, a mí me han entrenado desde muy joven a leer el lenguaje corporal de las personas para poder descubrir a un intruso o mentiroso —dije
P.O.V. Nicola Camino con desesperación al ver que mi mujer no sale de esa habitación. De la nada veo a Max y la mano derecha de Adriano salir con rapidez. —¿Qué ocurre, Max? —le preguntó para averiguar qué ocurre. —El señor me ha pedido a la doctora —me cuenta mientras continúa caminando. —¿Para qué? —indagó preocupado de que ese hombre no le haya hecho nada malo. —No lo sé; no me atreví a preguntarle, ya que se miraba muy molesto —dice y continúa caminando dejándome solo. Esas palabras solo me preocupan; cada vez más tengo miedo de que él le haya hecho algo; al decirle sobre el divorcio, empiezo a sentirme culpable con ganas de entrar a esa habitación y comprobar que ella está bien. Sin embargo, si lo hago sé que me veré muy sospechoso, así que mejor me quedo aquí. Pasan unos minutos, veo que regresa Max con la doctora, no digo nada, solo veo que se acercan a la puerta y Adriano deja entrar a la mujer. Intento ver si logro ver algo, pero es en vano, no miro nada. Tr
P.O.V Tania Me encuentro tan molesta al ver a esos hombre colocar cámaras en mi habitación así que decido mejor salir de ahí no puedo más con esto, bajo las escaleras para ir al jardín y tomar un poco de aire fresco pero para mi mañana suerte veo a Adriano acompañado de dos horripilantes perros. Yo odio a los perros son unos asquerosos que dejen pelos en todas partes, además de que son muy ruidosos detesto a los animales hago una rabieta pisando constantemente el pasto. Entro a la casa esperando librarme de todo esto y no tengo de otra más que encerrarme en mi habitación mientras que veo en el techo como esa cámara me enfoca. Le hago una seña con el dedo y me siento en el sofá sólo me falta esperar a que mi prima me llame. P.O.V Mia Salgo de la universidad en una ciudad de Canada a toda prisa y es que tengo que alcanzar el camión para lograr llegar a casa. Por suerte he llegado a tiempo y entro al vehículo. Me siento en un lugar libre mientras veo por la ventana los ca