La primera vez que Sarah vio a su esposo después de su apresurada boda, fue en un casino en Montecarlo, mientras jugaba a las cartas al mismo tiempo que mantenía en su regazo a una sensual joven. No fue difícil encontrarlo entre la multitud después de ingresar en aquella sala llena de humo de cigarrillos, en donde varios hombres disfrutaban apostar sus fortunas. Sarah contempló como su esposo, metía sigilosamente la mano entre la abertura de pierna del vestido de la joven pelinegra, aprovechando el tenue humo flotando alrededor. A pesar de la distancia, se podía notar como la tela se movía a causa de sus dedos, los cuales acariciaban su ropa interior, por supuesto, si es que llevaba puesto algo. Ella sabia que su esposo era un hombre habilidoso y lo admiro por un instante, preguntándose como es que su atención, en realidad, aún seguía en las cartas que sostenía en la otra mano. Lejos de estar decepcionada o enfadada, Sarah sintió un poco de alivio al ver que su esposo no había cambi
Sintió un poco de nervios mientras se acercaban más y más a su descarado esposo, pero una vez que estuvieron lo suficientemente cerca, Sarah inhalo hondo buscando recuperar la confianza en sí misma. ¡Este plan tiene que funcionar! Pensó recordando porque había viajado desde Rumanía hasta ese lugar. Años atrás, su padre había quedado en la bancarrota después de varios negocios fallidos, pero en vez de aceptar la derrota, eligió intercambiar a su propia hija para salvaguardar su patrimonio. Sarah tenía diecisiete años cuando todo eso pasó, por lo que tuvo que abandonar sus esperanzas de volver a la universidad, creyendo que aquello solo sería una mala racha; sin embargo, cuando su padre comenzó a vender todo lo que tenía, supo que no volvería a tener la vida de antes. La familia Petrov había sido la única que había mostrado apoyo a su padre, por supuesto, no por generosidad, sino más bien por interés, ya que lo último que le quedaba era un basto terreno en donde ellos deseaban constru
—Así que usted es la famosa, Nina Stoica—expuso Dmitry aún más interesado. Sarah se sintió aliviada de que los rumores que ellos mismo se habrían encargado de expandir, hubiesen llegado a los oídos de Dmitry. Tanto Natasha como Alek, habían utilizado sus propios medios para dar a conocer el nombre Nina Stoica para causar impacto no solo en la sociedad tan reservada de Rumania, sino para interesar a Dmitry. Así que se habían inventado que Nina era la nueva acompañante en Rumania más famosa, que su astucia era igual de increíble que su belleza y que muchos políticos e incluso artistas famosos habían caído en sus redes, se decía que poseía una cuantiosa fortuna que sus amantes se habían encargado de acumular, puesto que Nina no solía acostarse con cualquiera y muchos creían que las joyas y propiedades iban a ayudar a la causa. —No he escuchado más que elogios de usted, señorita Stoica—dijo Dmitry recordando los modales que alguna vez le habían enseñado siendo un niño, se inclinó un poco
Una vez acordado el asunto, Alek y Nina se despidieron dejando solo a Dmitry, quien observo su marcha desde aquella terraza y mientras pasaban por las mesas de juego y hasta salir por la gran puerta de madera tallada que a alguien se le había ocurrido importar desde Francia, solo porque era un objeto antiguo.Intento volver a su mesa y concentrarse en los naipes, pero no pudo hacerlo, aquella chica permanecía en sus pensamientos, era como un eco que exigía toda su atención. Parecía ser la mujer perfecta y de ser ciertos los rumores que habían llegado hasta él, no podía dejar pasar la oportunidad cuando su amigo la había llevado hasta él, aunque quizás ese también era el problema, su amigo, por mucho que le interesara Nina, no podía atreverse a nada mientras Alek no estuviera de acuerdo.Su mente divagaba mientras observaba los naipes en su mano, pensando en los múltiples talentos que debía poseer esa chica, quería descubrir por sí mismo si lo que se decía de esa mujer era verdad y es
—Parecía estar bastante molesto de escucharte mencionar Rumania—expreso Sarah tamborileando sus dedos sobre su pierna cruzada.—Y no es para menos, el tan solo mencionar nuestro país, es como si le recordaras todo lo que le espera allá, responsabilidades, una familia interesada y una esposa a quien ni siquiera recuerda y ahora que lo has visto con tus propios ojos, espero que estés consciente de lo que te puedes enfrentar con Dmitry.Sarah suspiró, pero no se animó a responder.—Según él—continuo Alek— no eres más que el recuerdo de lo que su padre esperaba de él, ademas de que los casaron sin tener en cuenta sus deseos, así que el solo mencionar Rumania o aún peor su casa, es como si lo hubieras abofeteado en la cara. Supongo que estaba más concentrado en tratar de vivir una vida donde no tuviera ataduras, que solo hasta ahora, después de cinco años, se le ocurrió pedirte el divorcio, solo que el muy imbécil, es muy estúpido para entender que tú tampoco tenías otra opción.Sarah meti
—¿De qué hablas?—se mostró un poco más interesado, pensando que tal vez, alguien más había captado la atención de Nina.—Bueno, Nina es una mujer bastante costosa, no sabes lo que tuve que hacer para lograr que accediera a venir conmigo y la verdad los recursos que tenía destinados a ella, están a punto de acabarse.—¿Así que es una mujer de negocios, eh?—bromeo Dmitry pensando que tal vez podría tener a Nina, mucho antes de lo esperado.—Puede que sí, es una mujer bastante astuta a tal punto que tiene la opción de aceptar o rechazar a los hombres sin importar cuanto tiene en el banco—mintió Alek para agregar un poco más de misterio a Nina, la había construido específicamente para su amigo, para que fuera la chica de sus sueños, pero también mucho más de lo que él podría soñar con tener.—¿Que razones tendría ella para aceptarte a ti, mi amigo?—expreso Dmitry aún más interesado en su amante. En su cabeza solo estaba un pensamiento que deseaba confirmar, solo para glorificarse a sí mis
Dmitry condujo a Nina y a Alek a su palco, el cual gozaba de una majestuosa aunque sencilla arquitectura. A su alrededor había una hilera de palcos privados con el mismo diseño para los pocos millonarios que se quedaban el bastante tiempo para adquirir uno, aunque también estaba la opción de admirar a los actores en la primera planta para quienes no tuvieran el recurso de adquirir uno. Con diez personas, el gran palco de Dmitry estaba lleno y Nina, quien deseaba sentarse a su lado, no tuvo que hacer ningún esfuerzo, puesto que él ya había dispuesto todo para tenerla a su lado. —Nina—dijo Dmitry tomando su mano sin previo aviso para llevarla a su asiento y cuando ella se dio la vuelta, Dmitry aprecio la piel desnuda que se podía observar debido a su escote—luce increíblemente deslumbrante. Ella le sonrió en respuesta mientras se acomodaba sobre su asiento predispuesto al otro lado de donde se encontraba Alek, curiosamente. Por supuesto, cuando Sarah le echo un ojo a su esposo, tuvo
Justo al terminar la obra y cuando se levantaban de sus asientos para salir del recinto, Dmitry tomo la mano de Nina desprevenidamente y le sonrió con cierta naturalidad y galantería. —¿Puedo acompañarte después a tu hotel, Nina? Ella frunció el ceño levemente, no creyó que su coquetería funcionaria tan rápido, pero pensó que Dmitry debia estar acostumbrado a no tener que esperar por mucho tiempo, sin embargo, no iba a darle el gusto. —Discúlpeme, pero Alek me acompañará devuelta al hotel, ademas creo que es demasiado pronto para que me pida algo así, actualmente no estoy buscando un sustituto para él. —No me malentienda, solo pretendo ser amable y llevarla a casa si es que Alek tiene otros planes—se inclinó levemente hacia ella hasta que sus labios tocaron ligeramente su piel y su aliento tibio le hizo cosquillas—aunque el día en que finalmente pueda poseerla, cuando por fin la tenga desnuda debajo de mí, olvidara el recuerdo de Alek y cualquier otro hombre que haya pasado por su