Desde la ventana pude observar que en establo se encontraban varios hombres que llevaban paja y madera, algo debía estar ocurriendo ahí.—Señora Elise—llame sin apartar la vista de lo que ocurría afuera de la ventana— podría indagar que ocurre en el establo, por favor.—Por supuesto, alteza.Mientras la señora Elise regresaba, Lay Cailon y Lady Florence intentaron conversar conmigo sobre cualquier cosa, vestidos, abanicos y zapatos, temas que cualquier chica tendría con sus amigas, pero ya que no era muy conocedora de lo que se usaba hoy en día en la capital, me limite a solo escucharlas hablar, pero mientras eso sucedía me percate de que Lady Millan permaneció callada y al girar en su dirección la descubrí observándome detenidamente como si me analizara.—La gobernanta ha tardado demasiado—menciono Lady Cailon, quizás habían transcurrido unos quince minutos, pero la tarea que le había encomendado no debía tardar más de cinco minutos.—Seguramente algo debió distraerla, después de tod
—¡Helena!— expresó en tono angustiado. La escena era algo inaudito, me negué a creer que lo que estaba viendo era verdad, pero la verdad era que el hombre que solo había visto una vez en mi vida y con el cual contraería matrimonio muy pronto, estaba aquí—¿Te encuentras bien?—Si—logre decir, la perplejidad no me dejo pensar claramente. Sin previo aviso se arrodillo e inmediatamente coloco mis manos alrededor de su cuello y como si se tratara de una pluma, tomo mis piernas para levantarme de aquella situación deplorable. Mis mejillas comenzaron a enrojecerse al sentir el calor de su cuerpo tan cerca del mío y su respiración tan cerca de mi rostro. Le negué a mi propio instinto el ver su rostro, me domine para evitar cruzar mirada con él, pues estaba segura de que algo terrible ocurriría de esta situación. —¿Te duele?—musito. Supuse que Lady Florence informo inmediatamente lo que había ocurrido a la primera persona que se cruzó en su camino y seguramente ella había llegado en el momen
Esa noche permanecí en mi habitación alegando no encontrarme bien debido a mi exposición al inclemente clima, pero en mi soledad, la angustia comenzó a invadir mis pensamientos creyendo que tal vez no era digna de convertirme en la reina. Estaba molesta, pero conmigo, por no poder ser lo suficientemente valiente para enfrentar mis propios problemas, necesitaba disculparme con quien habia recibido el castigo por mis errores. El viento comenzó a golpear mi ventana y su crujir fue la justificación perfecta para levantarme de la cama, al asomarme por la abertura de la cortina pude ver las nubes correr velozmente en el cielo oscuro y debajo de ellas varias luces provocadas por un par de antorchasLa noche no era tranquila después de todo por causa de la presencia de su majestad, habia varios guardias vigilando la zona y posiblemente el servicio también apoyaba a montar turnos de vigilancia.Giré la perilla de la puerta paulatinamente para que esta no rechinara al mover su mecanismo interno
Retiré su gaban de mis hombros y se lo extendí, él lo tomo enseguida.—Buenas noches— dije al mismo tiempo que él le proporcionaba al dorso de mi mano un beso gentil.Mis mejillas enrojecieron al sentir el tacto de sus labios sobre mi piel, eran tan cálidos. Solo que no entendí porque motivo se habia atrevido a hacerme esperar solo por un beso, probablemente solo era por mera cortesía.—Descansé— respondí con el corazón algo intranquilo, después de todo no habia logrado llegar hasta la habitación de Melanie para pedirle una explicación y ahora que sabía que el rey estaba despierto no podía arriesgarme a salir nuevamente.Él era todo lo esperaba que fuese, firme e inflexible, honesto e implacable, sin duda alguna entre él y yo no había nada que nos uniera, excepto nuestro compromiso.Entre a mi habitación y cerré la puerta, esperé un par de segundos hasta que escuché sus pasos alejarse. Me metí a la cama y el sueño se apodero de mi muy rápido.Cuando la luz de un nuevo día entro por mi
Esa tarde el rey solicito mi presencia en el estudio de mi padre, se suponía que debía sentirme halagada ante tal invitación, al parecer él deseaba tener la intención de pasar tiempo a mi lado, pero las palabras de mi padre continuaban agobiando mi cabeza. Él solo trataba de encontrar una respuesta coherente ante mi repentina decisión, pero la verdad era un camino que destruiría su dignidad ¿Él sería lo bastante fuerte para soportar la verdad? Cuando hice acto de presencia fue extraño el ver como los acompañantes de su majestad hacían una reverencia ante mí, todos me notaron excepto el mismo rey, quien mantenía una conversación con un hombre alto de cabello oscuro y piel bronceada. La expresión que el rey mantenía en su rostro era de temer, aunque la comunicación que mantenía con aquel hombre parecía ser una conversación común, sin embargo, el ambiente a su alrededor se percibía tenso como si se tratase de una discusión silenciosa donde solo las miradas eran las que gritaban sus verd
—Hermana—dije instintivamente, había pasado mucho desde la última vez que la había visto. Por su aislamiento era evidente que había bajado de peso, pero seguía igual de hermosa.—Me sorprende su descaro al llamarme hermana—musito mostrando una sonrisa maliciosa. Mire a mi alrededor temiendo que alguien la hubiese escuchadoUn nudo se formó rápidamente en mi garganta, era de suponerse que ella aún seguía enfadada conmigo, no habría razón para que ella pudiera perdonarme cuando no habia hecho nada para obtener su perdón.—Sé que sigues enfadada y tienes todo el derecho a decirme lo que desees si eso te hace sentir mejor, pero—hice una pausa para recomponer mi voz, sonaba temblorosa—¿Por qué precisamente hoy?—Porque él está aquí.—¿El rey?—Sabes he pensado mucho en porque te eligió a ti en vez de a mí y llegue a una conclusión. Eres del tipo de mujer manipulable, lo que él quiere es tener a su reina sumisa y obediente para que haga lo que él desea ¿No lo crees?—Puede que así sea ¿Pero
No podía culpar al rey al irse tan pronto, habia surgido una situación que parecía ser complicada y su presencia era crucial para resolver el asunto, sin embargo, conforme pasaron los días y al no tener ninguna novedad comencé a preguntarme sobre qué tan grave debía ser ya que en el diario no mencionaba ninguna noticia, aparentemente la gestión se estaba llevando a cabo bajo la mayor discreción, pero la incertidumbre me inquietaba. —Dicen que en el noroeste del país, un grupo extremista se ha levantado en armas causando terror entre los habitantes de un poblado llamado Norland—anuncio lady Millan en un tono preocupado. Me sorprendió saber que ella también sabia algo al respecto—escuche que la situación que se vive en ese lugar es por causa de la corrupción.—Lady Florence. ¿Esa población no queda muy cerca de donde reside su familia?—cuestiono Lady Cailón algo alarmada por la situación.—Si, a tan solo una hora. El año pasado hubo una revuelta en ese lugar, mi padre tuvo que llevar a
La primera vez que Sarah vio a su esposo después de su apresurada boda, fue en un casino en Montecarlo, mientras jugaba a las cartas al mismo tiempo que mantenía en su regazo a una sensual joven. No fue difícil encontrarlo entre la multitud después de ingresar en aquella sala llena de humo de cigarrillos, en donde varios hombres disfrutaban apostar sus fortunas. Sarah contempló como su esposo, metía sigilosamente la mano entre la abertura de pierna del vestido de la joven pelinegra, aprovechando el tenue humo flotando alrededor. A pesar de la distancia, se podía notar como la tela se movía a causa de sus dedos, los cuales acariciaban su ropa interior, por supuesto, si es que llevaba puesto algo. Ella sabia que su esposo era un hombre habilidoso y lo admiro por un instante, preguntándose como es que su atención, en realidad, aún seguía en las cartas que sostenía en la otra mano. Lejos de estar decepcionada o enfadada, Sarah sintió un poco de alivio al ver que su esposo no había cambi