Capítulo 57

La noche había sido la más larga de su vida, por momentos se dormitaba, pero la despertaban las pesadillas que tenía. Su cuerpo sintomatizó todo lo que su mente cargaba. Llevaba sin saber de sus hijos casi por veinticuatro horas, y le parecieron eternas. Por recomendación de Francis, la joven subió a su habitación donde intentaba descansar en las últimas horas.

Aún no tenían noticia de los detectives.

—¿Kimi despertaste? —indagó Francis ingresando a la habitación sigilosamente.

—Si amor —dijo con la voz ronca.

—¿Cómo te sientes? —preguntó sentándose en el borde de la cama.

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