CAPITULO 18

—Maldición ¿Cómo pude ser tan malditamente ciego? Tuve al enemigo en casa todo este maldito tiempo —Santino gritó furioso en la bodega donde Marcos era interrogado. No había sido fácil doblegarlo dos meses, dos jodidos meses había llevado quebrantar la voluntad del hombre; el dolor de las heridas y las golpizas habían roto por fin la fidelidad de Marcos y le hicieron cantar como un gallo.

—Fue Flavio, quien ordenó la muerte de la familia Berlusconi y de tus padres, se aseguró que Luciano pensará que había sido una orden tuya y que la muerte de tus padres ahí había sido solo un daño colateral —Marcos tosió escupiendo un poco de sangre. Santino apretó los puños, evitando golpearlo, estaba seguro de que un golpe más lo dejaría inconsciente.

—Continua —ordenó en su

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