VENGANZA INESPERADA
SANTINO 2
—¿Te encuentras mejor mami? —Mateo se levantó del sillón donde había permanecido firme al pie del cañón mientras su madre pegaba de gritos y su padre trataba de curar la pequeña herida.
—Lamento hacerte pasar por esto cariño —Olivia lo atrajo entre sus brazos, Mateo de diecisiete años ya no cabía entre sus brazos.
—No te preocupes mamá, siempre estaré para ti, lamento si mi padre ha sido un bruto curando la herida ¿Te duele mucho? —Olivia asintió, Santino rodó los ojos una vez más, mientras Mateo rompió en risas.
—Eres mucho más valiente que esto, mejor dinos de una vez ¿Qué es lo que te pasa? —Mateo se paró junto a su padre, era una copia exacta de Santino.
—Santino, Mateo —ambos prestaron atención, la voz de Olivia parecía apagarse un poco conforme hablaba. — ¡Estoy embarazada! —Olivia exclamó, dejando en shock a padre e hijo.
—¿Qué? —gritaron los dos hombres al mismo tiempo.
Ocho meses después…
Gerónimo Ferrari Berlusconi, llegó al mundo en medio de gritos y juramento por parte de Olivia. Mientras Santino trataba de calmarla. Mateo pensó en todas las veces que su madre les había hecho correr para complacer sus antojos y, aun así, gritaba que no se preocupaban por ella. Tendía a ser dramática y lo era en la mayoría del tiempo, imaginaba era cuestión de embarazadas. Pero escucharla ahora que su hermanito había nacido. Estaba convencido de que Olivia Ferrari, no cambiaría nunca; pero amaba a su madre y para él, era lo más preciado en la vida.
—¡Por Dio! Tu madre va a matarme —Santino dijo con una sonrisa en los labios, mientras cargaba al pequeño entre sus brazos.
—¿Mi hermano? —él sabía que era así, pero quiso preguntar para darle gusto a su padre de presentarle al benjamín de los Ferrari.
—Te presento a Gerónimo Ferrari Berlusconi —el tono de orgullo en su voz, hizo sentir a Mateo orgulloso. Habían pasado dieciocho años y sus padres seguían amándose como el primer día o bien es lo que decía su madre. Aunque no sabía cómo su padre aguantaba tanto con el carácter que se cargaba la señora Ferrari.
—Es hermoso, se parece a ti —Mateo, quien era una réplica de su padre, le dijo.
—No lo digas tan fuerte porque…
—Te escuche Mateo Ferrari ¡¿Cómo es posible lo llevé nueve meses en mi vientre y sea más Ferrari que Berlusconi?! —el gritó de Olivia desde la habitación les hizo temblar por igual.
>>No puedo creerlo, tengo cuatro hijos ¡Cuatro hijos y ninguno pudo parecerse a mí! —exclamó. Lo cual volvía a repetir, era una mentira total, Massimo y Antonella parecían tener los genes de los Berlusconi, Massimo tenía un parecido a su tío Luciano y Antonella era la copia de su madre.
—Dio, esta mujer me volverá loco —susurró Santino con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras arrullaba a Gerónimo entre sus brazos.
—Es la mujer que has elegido para ser tu esposa y la madre de tus cuatro hijos —dijo Mateo sentándose en la silla en la sala privada de la habitación, donde estaba su madre.
—Mis cinco hijos Mateo, no te olvides de tu mellizo, aunque no tuvo oportunidad de vivir, tiene un lugar preciado en mi corazón —dijo con cierta melancolía, ver a Mateo le hacía preguntarse cómo habría sido su otro hijo o hija, nunca lo sabría y la culpa le carcomería toda la vida. Ninguno de sus hijos conocía el pasado. Olivia le había hecho prometer que los mantendrían alejados de esa terrible verdad y de todo lo que tuviese que ver con la mafia.
Siete años después…—¿Piensas salir? —Olivia observó a su hijo mayor, vestido de manera elegante con veinticinco años era cada vez más parecido a Santino y también asediado por las jovencitas, locas y hormonales. Por supuesto que eso no le hacía gracia a la señora Ferrari. —No puedes estar hablando en serio ¿Cómo qué quieres casarte? —Valentino cuestionó a Mateo. No veía a su primo contrayendo matrimonio de manera apresurada a menos que…»No me digas que las has embarazado. Mi tía Olivia pegará el grito en el cielo, cuando sepa esto.Mateo miró con cara de pocos amigos a su primo. Se lamentó por haberle revelado sus intenciones. Su madre tendría que haber sido la primera en saberlo, pero consideraba que aún no era el momento. Tenía una cita importante con el señor Wang esa tarde y quería estar preparado.—No digas tonterías Valentino, ni siquiera hemos dormido juntos, Anong es una maravillosa mujer y no quiero correr, todo a su tiempo —respondió el primogénito de los Ferrari Berlusconi.—Voy a creerte únicamente porqCONDICIÓN
Mateo y Anong se despidieron de Somchai, volverían a reunirse el próximo fin de semana, para los detalles de la fiesta de compromiso. Somchai, había pedido algo grande, que diera de qué hablar por mucho tiempo en la sociedad tailandesa, alegando que Anong era la única heredera de su imperio y que pedía para ella lo mejor.—Por un momento creí que te negarías a la petición de tu abuelo.Anong sonrió ante las palabras de su novio.—Podría haberme negado. No estoy obligada a aceptar sus disposiciones. Si no lo hice ha sido por ti Mateo. No me estoy casando por el acuerdo solicitado por mi abuelo, he aceptado porque tengo interés en ti y no voy a continuar negándolo. Has sido muy valiente y eso me fascina de ti —Anong se estiró sobre sus pies para besar los labios de Mateo, quien la tomó de la cintura pa
Olivia no podía creer su suerte, estaba a punto de ser echada de su diminuta habitación ¿En qué diablos estaba pensando para olvidarse del pago del alquiler? No recordaba en realidad. Pero tenía que conseguir el dinero para esa misma tarde la señora Bunmi, contaba con ello. Ya había sido lo suficiente amable como para esperarla por dos meses, estaba segura que esta vez la echaría sin contemplaciones.Salió de su habitación, caminó sin rumbo fijo, mientras hacía un inventario mental de sus pertenencias y ver lo que podía vender era eso o hacer algo ilegal. Bien podría meterse a la red y tratar de infiltrarse a la cuenta bancaria de algún millonario, con seguridad ni se daría por enterado si le hacía falta algunos miles de Baht en su cuenta.Negó inmediatamente, la idea era tentadora y ella era buena en lo que hacía. Pero
—Olivia Chanthara ¿Nos conocemos? —Alessia preguntó, podía jurar que la conocía o más bien que la había visto en algún lugar pero no recordaba exactamente dónde.—Vamos a la misma universidad—Olivia respondió, acomodó el bolso sobre su hombro dispuesta a salir y dejar atrás este episodio.—¡Espera! —Alessia gimió, por el brusco movimiento,— Por favor déjame pagarte el favor —¿Pagarle el favor? Ella necesitaba dinero y Alessia tenía por montones, pero su acto no había sido con esa intención. Alessia necesitó ayuda y ella simplemente se la brindó.—Tu amistad podrá pagar la deuda —Olivia sonrió ante la cara de asombro de Alessia.—¿Estás segura? —Preguntó, aun sin poder creer, que Olivia, rechazará sin m&aacu
Un mes después…Olivia no esperó que Alessia realmente le ofreciera su amistad. Pero cuatro semanas después, la tenía prendida como garrapata. “Su mejor amiga” había insistido para que le ayudara con las materias que no se le daba. Lo último que Olivia quería y necesitaba era: estar envuelta en más problemas que llevarán el apellido Ferrari, pero al parecer su suerte estaba echada y ahora estaba nada más y nada menos que en la casa del demonio, exactamente en la alberca, hacía calor y estar dentro sólo empeoraba el problema de concentración de Alessia.—¿Tienes hambre? —Alessia se puso de pie. Olivia suspiro cansada, la chica Ferrari se distraía hasta con el zumbido de una mosca.—Ponte a trabajar Alessia, no terminaremos hoy —Olivia, rogaba porque Alessia prestará atención.&mda
Olivia término instalada en casa del demonio, más rápido de lo que un gallo canta ¿Cómo había sucedido? Alessia, quien parecía desesperada por tenerla en casa, había ordenado a sus guardaespaldas traer las pertenecías de Olivia, antes incluso que el día terminará. Y ante el claro desafío que surgió entre Santino Ferrari y Olivia Chanthara. Ninguno de los dos daría marcha atrás…Olivia fue llevada a la casa de invitados, ni lejos ni cerca de la casa principal, se instaló rápidamente, sus pertenencias eran prácticamente nada, su ropa, laptop y nada más, ni había muebles que trasladar. Durmió en una suave cama por primera vez, en mucho tiempo, pero eso no ayudó en ninguna manera a su descanso, estaba tensa, el estrés de vivir casi bajo el mismo techo de un hombre que parecía odiarla era desgastante &i
Olivia no quiso, ni pudo, evitar abrir la boca para recibir el beso de Santino, mientras la lengua del hombre saqueaba su pequeña boca. Todo este juego era una jodida, muy jodida locura. Pensó Olivia, pero ni eso pudo hacer que se alejara de la cálida boca del hombre.Santino se alejó, cortó el beso tan rápido como lo comenzó, la sonrisa dibujada en su rostro. Parecía que se estaba burlando de Olivia, al verla sonrojada y podía jurar que estaba excitada. Él no era de palo y también lo estaba.Controlar su lujuria es bastante difícil cuando de Olivia se trata. Un mal que debía exorcizar de su sistema, desde la primera vez que la besó en la biblioteca como venganza no pudo apartarla de su mente ¿Qué motivo, había hecho besarla hoy? El deseo y la necesidad de sentir sus cálidos y sedosos besos de nuevo ¿era suficiente motivo?Olivia e