Capítulo LXXIII

Superviso cómo entrenan y niego. Pésimo. A los nuevos integrantes les falta jugo de proteínas para sacar músculo y resistencia —pero mira quién habla, alguien que se muere al correr— para ser guardianes del todo. Los entrenadores se desgastan con hacerlos ejercitarse con suficiencia, aunque no tienen a cambio buenos resultados. Tenemos calculado que la batalla final será dentro de uno o dos meses como máximo, ¿cuántas veces lo repetiré? De aquí a ese instante, estos pichones solo serán simples polluelos, no halcones.

Dejo de descansar el hombro en el muro y me dispongo a dar una vuelta por el plantel. Sin embargo, me veo acompañada por el mayor, que me ve por el rabillo del ojo interrogante. Es difícil verme por aquí, pero esta vez quise dar una visita sin saber por qué.

—Bienvenida, Red. —Cruza sus brazos tras la espalda en u

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