Stacy se aleja de Xavier y se dirige a la barra para llevarle el menú al nuevo cliente. Su compañera de trabajo y mejor amiga, Kate está apoyada en la barra mientras consulta su celular.
—No te preocupes, yo me encargo —le dice Stace.
—¿Estás segura? Puedo encargarme de este si quieres volver a hacerle el amor con los ojos al galán de allá —le responde Kate divertida refiriéndose a Xavier.
—No estaba haciendo nada de lo que acabas de decir. No seas ridícula, solo estaba…
Kate deja el celular y levanta la vista para observar a su amiga a través de sus largas pestañas para luego hacerle una seña que le indica que mire hacia atrás.
Stacy no puede evitar mirar a Xavier y este levanta una de sus cejas mientras bebe su café.
—Lo ves, sí hacen el amor con los ojos, él no te los ha quitado de encima desde que saliste de su mesa.
—Bueno, como tú digas. De momento voy a atender al nuevo cliente que parece que quiere asesinarnos con la mirada ¿Soy solo yo o ese tipo también te hace sentir un poco incómoda?
—Solo un poco ni siquiera lo cubre. Lo atendí cuando vino la semana pasada y no paraba de mirarme por debajo de la falda. Es solo un cretino más de los tantos que vienen, así que dejemos de hablar de él en vez de estar hablando de tu nuevo galán —determina Kate emocionada.
—No hay nada que decir, solo fue una conversación amistosa —le responde Stacy mintiéndose a sí misma sabiendo que la conexión entre ambos es innegable.
— Bueno, las conversaciones amistosas suelen llevar a lugares más que amistosos.
—Kate, tienes que limpiar esa mente sucia que tienes. No fue nada, solo hablamos un rato.
—Está bien, está bien, no hablaré más sobre el hecho de que no se podían quitar los ojos de encima, ni de la energía que vibraba hasta aquí de lo potente que era. Estoy aburrida, se supone que hoy iba a salir con el chico del que te comenté, pero no quería irme y dejarte sola aquí.
La rubia mira a su alrededor por unos segundos, pasa su vista sobre Xavier y vuelve a girarse hacia su amiga.
—Todavía estás a tiempo, apenas son las siete y esto está prácticamente vacío. Solo queda un par de horas, si quieres puedes irte, yo cerraré luego.
—Espera ¿lo dices en serio? —le pregunta Kate emocionada y Stacy asiente con su cabeza.
Los brazos de Kate la envuelven en un fuerte abrazo, apretándola hasta dejarla sin aliento para luego darle un beso en su mejilla.
—No sé qué haría yo sin ti ¡Eres la mejor! Me agacharía y te besaría los pies si este suelo no estuviera tan asqueroso. Te debo una.
Sin pensárselo dos veces, Kate se quita el delantal, recoge sus cosas y se va. Stacy se inclina sobre la barra para tomar unas servilletas antes de volver a mirar hacia la mesa de Xavier, pero él ya no está ahí.
“¿Cuándo demonios se fue?” Piensa la rubia mientras se da cuenta de que perdió su oportunidad para poder interactuar un poco más con él sin que su amiga la molestase por ello.
Sorprendentemente decepcionada, ella suspira y se acerca a la mesa. La taza de café está vacía sobre una pequeña postal del Big Ben con unas letras nítidas ocupando el espacio en blanco.
“Para la hermosa mesera que hizo soportable mi terrible día. Llámame. X.”
“Gané una excelente propina, una postal de Londres y el número de teléfono de un chico sexy. Nada mal, Stace, nada mal”. Se dice ella sintiéndose orgullosa.
Unos treinta minutos después, cuando por fin la rubia está sola en el restaurante y el reloj ya marca las nueve de la noche, pone el cartel de “cerrado” en la puerta y la cierra.
Recoge las bolsas de basura industrial y sale por la puerta trasera al aire frío de la noche, lista para marcharse a su casa.
Un fuerte chasquido detrás de ella le pone los pelos de punta. No sabe por qué pero todo su cuerpo está en tensión y la piel se le pone de gallina mientras se estremece de pies a cabeza.
—Que casualidad encontrarte aquí, cariño —el mismo hombre que había llegado al restaurante de último sale de entre los latones de basura mirándola como
si fuese algo comestible….
Stacy coloca las bolsas en el suelo y cruza los brazos sobre su pecho mientras respira hondo. Sabe que es necesario que mantenga la calma pase lo que pase. No es un hombre normal, lo supo desde el momento en el que entró al restaurante. Algo en sus expresiones y en su forma de ser la mantiene alerta.—Creo que olvidaste que esta es la puerta de servicio, no se puede entrar por aquí, además, ya está cerrado —le dice ella calmada, pero con voz firme.—Menos mal que no estoy aquí para comer entonces —la afirmación del hombre suena más a una amenaza.Al escucharlo, ella se aleja un paso, pero él es más rápido y la agarra firmemente de la muñeca, sujetándola con fuerza.—¡Suéltame! —le ordena ella.—No hasta que consiga lo que quiero.Un millón de horrores pasan por la mente de Stacy, pero se mantiene fuerte y los aparta, necesita tener la cabeza despejada para pensar con claridad.—¿Qué es exactamente lo que quieres? —le pregunta ella.El hombre la mira de arriba abajo lascivamente mientr
Las cosas no podían estar más locas de lo que ya estaban. En una misma noche, Stacy había conocido a Xavier, un hombre extrañamente misterioso e interesado en darle una propina exagerada solo por conocerla; otro hombre la había intentado asaltar y el mismo Xavier había aparecido para rescatarla como si hubiese sido sacado de un cuento de princesas ¿Qué más podía sucederle?Lo mínimo que podía hacer ella era prestarle los primeros auxilios y atender el corte que él se había hecho en su mano.Por mucho que se lo repetía para sus adentros, había otra razón por la que estaba haciendo eso, Xavier le atraía y, su parte curiosa, necesitaba conocer más sobre él.Él par de ojos grises la siguió hasta la cocina del restaurante sin decir una sola palabra. Stacy rebusca en una de las alacenas hasta encontrar el botiquín.—Supongo que tengo suerte de que seas una estudiante de enfermería ¿eh? —dice él siendo el primero en romper el hielo.Stacy le da un asentimiento con su cabeza, pero no dice nad
Los golpes en la puerta no cesan y logran que a Stacy se le haga un nudo en el estómago. Está tan asustada que lo único que piensa es que la policía la encontró, su tío, el sheriff del pueblo tuvo que haber movido sus hilos y dio con ella más pronto de lo que pensaba.“No puede ser, es imposible. Salí de la casa directo hacia aquí. No tomé ninguna carretera central, me desvié todo lo que pude para evitar que alguien me viera.” Pensaba ella en un intento de brindarse un poco de esperanza.—Si no abres la puerta encontraré la manera de entrar. No podrás mantenerme fuera.Esa voz, tenía algo particular, algo que, a pesar de todo el temor y los nervios, la atraía, pero, no tenía tiempo para pensar en ello. Fuera quien fuera, Stace no pensaba abrir esa puerta, era lo único que se interponía entre ella y el mundo exterior, era lo único que le estaba brindando algo de seguridad.La rubia pensó en esconderse. Ella no abriría la puerta, pero la madera de la que estaba compuesta no parecía muy
La tensión recorre el cuerpo de Stacy por enésima vez en una misma noche. Por más que lo piensa no comprende cómo es posible que su vida haya podido cambiar tanto en cuestión de segundos.—¿Qué está pasando? —le pregunta ella aterrorizada.—Parece una especie de control policial, no es normal que hayan tantos coches a la salida del pueblo.Justo en ese momento, la chica se dio cuenta. Nadie conocido la había visto, pero todavía llevaba la misma ropa anegada en sangre.—Demonios ¿Crees que el recepcionista del motel podría haberlos llamado?Esa era la única razón posible para que todos esos policías estuvieran ahí a esas horas de la noche.Xavier le echa un vistazo a la ropa manchada de la rubia y hace un gesto de incomodidad.—Es posible, dada la sangre. Si están tras de ti, si te están buscando, tu ropa te delatará.Los hombros de Stacy se ponen más rígidos de lo que ya estaban y sus cejas se fruncen al sentir el miedo recorriendo todo su cuerpo ¿Cómo es posible que a cada minuto que
Una vez no hay asomo de Xavier por ninguna parte, Verónica conduce a Stacy al piso de arriba hasta la que será su habitación a partir de ese momento.Cuando la ama de casa se marcha, la rubia le echa un vistazo a la espaciosa habitación. Las luces titilan en lo alto.Stacy nunca había deseado tanto en su vida darse un baño, necesitaba quitarse de encima el olor a hierro de la sangre seca y las manchas de la misma de su cuerpo, así que se baña y se cambia antes de acomodarse en la cama de felpa.“Podría acostumbrarme a esto” —Piensa ella justo antes de que se le cierren los ojos sin darse cuenta de cuándo se queda dormida.Jadeante se despierta sobresaltada. El corazón le martillea en medio del pecho mientras hace su mayor esfuerzo por recuperar el aliento. Gira su cabeza hacia el reloj que tiene en la mesita de al lado solo para darse cuenta de que son apenas las 3:29 de la madrugada, solo había dormido unos minutos.En medio de la oscuridad, los latidos de su corazón son lo único que
La proposición de Xavier deja a Stacy incrédula. No solo son altas horas de la madrugada, sino que tampoco estaba preparada para dar clases de nado en la piscina del hombre ridículamente millonario que la está protegiendo.—¡No tengo traje de baño! —la voz sale de la garganta de Stacy casi como un chillido.Xavier es un hombre extremadamente apuesto, es más que eso, él es hermoso, de seguro las mujeres se le lanzan a los brazos, mujeres bellas y, la rubia está segura de que un nado nocturno con ropa holgada de dormir no es lo más sensual de la vida.—Pues, báñate en pijama, o desnuda, como más lo prefieras, solo baja aquí.—No puedes estar hablando en serio.—Puedo darte un millón de otras cosas para ponerte si lo que te preocupa es estropear el pijama —dice y se sumerge un momento bajo el agua antes de salir a la superficie con una amplia sonrisa, esta vez, Stacy puede verle los dos hoyuelos ridículamente perfectos— Ven de una vez, el agua está increíble.—Eso parece. Tenía que haber
A la mañana siguiente, Stacy se despierta sorprendentemente fresca y lista para empezar el día sin poder creer que la sugerencia de la natación nocturna funcionara en verdad.Recordó que Xavier la estaría esperando para desayunar, así que decidió colocarse un vestido cómodo, pero atrayente. Le llegaba hasta la mitad de sus muslos, era ceñido hasta su cintura y después caía libre mientras la espalda quedaba afuera, protegida solo por unas pequeñas tiras cruzadas.Después de vestirse, baja corriendo las escaleras y se dirige directo al comedor para desayunar y para ver a Xavier. Sin saber por qué, estaba emocionada por encontrárselo de nuevo.—Buenos días, corazón. Toma asiento —le dijo él recorriendo su cuerpo con la mirada cuando ella hizo su entrada— ¿Estás lista?—¿Lista? —justo en ese momento, ella se dio cuenta de que debía estarse perdiendo algo ¿había olvidado parte de la conversación de la noche anterior? — Lo siento, al parecer mi cerebro no está despierto aún ¿Para qué tengo
Xavier entrelaza los dedos de ambas manos encima de la mesa y se inclina hacia atrás en su asiento, mirando a Stacy con una ceja levantada y un aire a hombre peligroso que le puso los pelos de punta a la rubia.A pesar de ello y de lo que sugería su lenguaje corporal, ella se sentía a salvo con él. La había protegido, la había ayudado cuando no tenía por qué hacerlo. Lo que quería a cambio no podía ser tan terrible ¿verdad?Ella no se dejó amilanar, también podía jugar ese juego, así que, cruzó los brazos sobre su pecho sin apartar los ojos de él ni una sola vez.—No sabía que tendría que pagar un precio, sobre todo cuando apareciste ofreciendo tu ayuda de forma “desinteresada”.—Yo nunca dije que fue de forma desinteresada, sencillamente te dije que te ayudaría y protegería y eso hice, eso estoy haciendo, además, no creo que te importe pagar mi precio —una vez más, esa sonrisa maliciosa se le dibujaba en su rostro— Quiero ayudarte, debería haber empezado diciendo eso, lo hago porque