Stacy llega a la mansión y, sin dudarlo, baja bruscamente al sótano y agarra sus cosas. Cuando vuelve al piso principal, se escucha un gruñido procedente de la sala.
Sin dudarlo por un segundo, ella busca el objeto que tiene más cerca y agarra un jarrón del aparador del pasillo sin hacer un solo ruido. Se cuelga su bolso al hombro y avanza hacia la sala, solo para encontrársela vacía.Justo cuando ya ella pensaba que habían sido imaginaciones suyas, un quejido hace que se llene de adrenalina y busque la fuente del sonido. A través de la ventana trasera ve que Xavier ha regresado… y se está peleando con su hermano.Sus voces se filtran en el aire.—Te advertí que no siguieras con esto, hermano —gruñe Xavier.—No estás en tus cabales, Xavi. No sabes lo que estás haciendo.—Soy perfectamente consciente de lo que está pasando.Xavier toma impulso e, instantes después, su puño choca contra la mandíbula de Javier, este último se lanza hacia su hermano, pero esRespirando con dificultad, Stacy rebusca entre las llaves de antes y saca unas en concreto. Las agarra y corre hacia el muelle y la lancha. Para su suerte, Xavier la había enseñado a manejar una lancha, sin saberlo, le había ofrecido una salida.Stacy respira hondo y prepara la lancha, imitando los movimientos de Xavier en Ciudad del Cabo. AL girar la llave en el contacto, el motor chasquea una vez, dos veces.—Stace, espera.A la rubia se le revuelve el estómago al escuchar la voz de Xavier, así que vuelve a girar la llave y, esa vez, el motor gira y arranca.—¡Stacy! —la llamada de él es más desesperada esa vez.Lentamente, ella comienza a alejarse del muelle. El timón es complicado de manejar, pero ella se las arregla para dominarlo. Entonces, de repente, la lancha se balancea de lado a lado, rociando agua.Xavier saltó al interior y Stacy no lo piensa dos veces antes de girar con fuerza el volante.—¡¿Estás loca?! —grita él.—¡Déjame de una vez!
Bajo el granero, Javier tiene a su hermano y a Stacy secuestrados. El encanto dulce y juvenil de antaño no aparece por ninguna parte. Javier se ha vuelto todo un desquiciado.—Stace, mírame —le pide Xavier, haciendo caso omiso de su hermano y observándola fijamente lleno de remordimiento— Lamento mucho no haberme dado cuenta antes.—Xavier… —exhala ella su nombre casi en un suspiro.—Tenía mis sospechas, pero necesitaba estar seguro y, cuando lo estuve…Antes de que pueda terminar la frase, Javier aplaude lentamente. Su risa malvada flota en el aire interrumpiendo a su hermano.—Lo que mi hermanito aquí está tratando de decirte es que una vez que descubrió la verdad, intentó contártelo, pero te asustó tanto que pensaste que él era el asesino.Las lágrimas corren a montones por las mejillas de Stacy quien respira entrecortadamente, pensando en lo que había hecho. Una vez más, había acusado a Xavier, ella había elegido no creerle y traicionarle cuando había jurado que no lo haría más.—
—¡Te dije que no te saldrías con la tuya! Hice la promesa de proteger a Stace y pienso cumplirla —le dice Xavier enfurecido.Acto seguido, lanza un puñetazo, pero Javier lo bloquea, este desplaza el peso de su cuerpo deslizando a Xavier por el suelo.—¿Sabes? He pensado en hacer que mires mientras la mato, pero quizás te mate a ti primero.Justo en ese momento, Stacy ve algo que brilla en la mano de Javier y se da cuenta.—¡Xavier, cuidado, tiene su propia navaja!Javier arremete un instante después y su hermano consigue esquivarlo por poco. Ambos luchan con desenfreno. La sangre chorrea por el aire, cayendo sobre sus pies.—¡Eres un monstruo! —le grita Stacy a Javier en un intento por distraerlo.—Al menos yo no maté a mis padres… ¡oh! Espera.Por un momento, ambos hermanos se quedan paralizados. Un escalofrío recorre la espalda de la rubia y Javier sonríe como un demente.—¿DE qué hablas? —pregunta Xavier desconcertado— Yo los maté, los envenené.—Sí… y no. Nuestro padre murió por t
Xavier frota la parte baja de la espalda de Stacy hablando con tranquilidad.—Libéralos, no quiero que sus muertes pesen sobre tu conciencia. Aún hay una forma de que tú también escapes.—Déjalos ir, nos quedaremos.—Con mucho gusto —dice él sonriendo.El terror se clava en ella cuando ve cómo acaba con sus vidas con un simple corte de la navaja en sus cuellos. Los arrastra hasta perderlos de vista.Los gritos de Stacy resuenan por todo el granero mientras Xavier la sujeta por el tronco evitándole ir hacia el psicópata.—Me dijiste que cuerpo por cuerpo ¡maldito! —Nadie dijo que la vida era justa, después de todo, soy un psicópata. Ahora, tienen cinco minutos para salir de aquí antes de que yo empiece mi cacería. Esto va a ser divertido.Stacy no hace más que agitarse y patalear mientras grita más y más fuerte—Stace, tienes que calmarte, tengo un plan. Cuando ataque a mi hermano, tienes que salir corriendo por esa otra salida—ella niega con su cabeza aterrada— Estás embarazada, tien
El cañón de la pistola roza la piel del cuello de Stacy y todo su cuerpo se pone tenso en respuesta.—Mentira, solo me quieres para poder torturar a Xavier —dice ella llenándose de valor.—Tienes razón, pero qué increíble habría sido si hubiera estado hablando en serio —Xavier da un paso adelante, pero su hermano es más rápido y clava el cañón de la pistola más profundamente en la piel de la rubia— Detente o le vuelo la cabeza —Con la mano que tiene libre, él aprieta el cabello de la nuca de Stacy haciendo que las lágrimas se acumulen en sus ojos— Creo que deberías darme las gracias, cariño.—Eso lo dudo mucho.—Xavi es insoportable con las chicas, primero fue Ava. Cuando la conoció, la seguía a todas partes como un cachorro triste, era patético, pero entonces ella se enteró de las alucinaciones y la pérdida de memoria y vino corriendo directamente hacia mí.—Javier, te lo advierto —la voz de Xavi es una amenaza clara.Javier hala del cabello de la rubia exponiendo más su cuello, lo q
Stacy y Xavier regresan al granero. El olor nauseabundo los inunda al instante, pero avanzan.Javier no aparece por ninguna parte, así que deciden mirar en el sótano. La habitación está envuelta en una intensa oscuridad, pero logran distinguir a Javier cerca de la pared del fondo.—Se acabó hermanito —le dice Xavier decidido.—No pensarán que me daré por vencido tan fácilmente, ¿verdad? —dice mientras mete cosas en un bolso, se está apoyando pesadamente en su pierna buena— Esto no se acaba hasta que yo decida que se acaba —se echa el bolso al hombro y se da la vuelta, apuntando a Stacy con una pistola. La policía ya viene en camino, me aseguré de eso ¿Qué crees que dirán, hermanito cuando Stacy esté muerta, yo gravemente herido y todas las pruebas apunten a ti? La única persona que demostraría tu inocencia ha desaparecido y toda esta casa te incrimina, especialmente ese diario tuyo.—Todas las pruebas que tienes son falsas, la policía se dará cuenta.—Tú que estabas enamorada de él no
La respiración de Stacy está más agitada que nunca en su vida. Su corazón palpita a un ritmo que no es para normal y cada parte de su cuerpo se encuentra temblando horrorizada por lo que acaba de hacer.—¡Dios mío! ¿Está respirando? —se pregunta a sí misma mientras observa fijamente el cuerpo inmóvil en el suelo sucio de la sala de su casa.El lugar es un completo desastre. Los pedazos de vidrios rotos se esparcen por todo el suelo, el cuerpo de su padre yace boca abajo en la dura madera mientras un enorme charco de sangre se acumula alrededor de su cabeza, esparciéndose poco a poco y manchando todo lo que toca.“¡Ay, Dios mío, Dios mío! ¿Qué demonios he hecho?”. Se pregunta aterrada y lo que quedaba de la botella de cerveza resbala de su mano cayendo hacia el piso y llenando la habitación del eco del estruendo.—Stacy, tienes que salir de aquí ya. Tengo un poco de dinero ahorrado. No es mucho, pero al menos es algo. Cógelo y vete de aquí corriendo.La voz ronca de Celeste, la madre d
Una semana antes.Stacy va camino hacia la única mesa ocupada de la cafetería ignorando el teléfono que suena a sus espaldas. Lleva una bandeja con una única taza de café al hombre que está sentado con aire misterioso.Está impecablemente vestido de pies a cabeza y Stacy nunca lo había visto antes. Por eso y la forma en la que está vestido, es evidente que o bien anda de visita, o bien acaba de mudarse al pueblo de los mil demonios.Los ojos grises del mismo brillan cuando ella llega con el café. Por más que lo desea, no puede dejar de mirarla, no sabe por qué, pero esos ojos verdes con destellos amarillos lo han invadido y ahora no quiere salir de sus profundidades.—Negro como mi alma. Es perfecto —dice él y le da un sorbo al café sin dejar de mirarla aún. Sus ojos se arrugan en las comisuras cuando sonríe— Muchas gracias. No te imaginas de qué forma una buena taza de café puede enmendar un día horroroso.—De nada —responde ella tímida, la forma en la que él la observa la amedrenta