Las cosas no podían estar más locas de lo que ya estaban. En una misma noche, Stacy había conocido a Xavier, un hombre extrañamente misterioso e interesado en darle una propina exagerada solo por conocerla; otro hombre la había intentado asaltar y el mismo Xavier había aparecido para rescatarla como si hubiese sido sacado de un cuento de princesas ¿Qué más podía sucederle?
Lo mínimo que podía hacer ella era prestarle los primeros auxilios y atender el corte que él se había hecho en su mano.
Por mucho que se lo repetía para sus adentros, había otra razón por la que estaba haciendo eso, Xavier le atraía y, su parte curiosa, necesitaba conocer más sobre él.
Él par de ojos grises la siguió hasta la cocina del restaurante sin decir una sola palabra. Stacy rebusca en una de las alacenas hasta encontrar el botiquín.
—Supongo que tengo suerte de que seas una estudiante de enfermería ¿eh? —dice él siendo el primero en romper el hielo.
Stacy le da un asentimiento con su cabeza, pero no dice nada más, de pronto se siente tímida frente a él. mientras reúne sus materiales, de vez en cuando deja que su atención se desvíe hacia él.
—Creo que los dos tuvimos mucha suerte esta noche —dice por fin ella— Quítate la camiseta, me será más fácil desinfectar la herida de esa manera.
Sin dudarlo ni por un solo momento, Xavier se quita la camiseta por encima de su cabeza dejando a la vista su perfecto cuerpo escultural.
Los ojos de la rubia no pueden evitar detenerse en su pecho y abdomen marcados y definidos hasta que, finalmente, deciden enfocarse en su principal tarea y se enfocan en los insumos médicos.
Xavier se acerca hacia ella permitiéndole aspirar su aroma a cuero y menta.
—Esto te va a doler un poco, voy a hacer todo lo posible por apurarme, pero, de igual manera dolerá ¿de acuerdo?
—Mientras tus manos estén sobre mí, estaré dispuesto a soportar y alargar mi sufrimiento todo el tiempo que sea necesario —dice él regalándole una sonrisa retorcida e increíblemente sexy.
Stacy le limpia la herida antes de aplicarle el antiséptico, haciendo que él suelte un silbido entre sus dientes.
—Lo siento —le dice ella.
—Tranquila. No están malo… al fin y al cabo, me estás tocando.
Los labios de él vuelven a curvarse en esa sonrisa torcida, pero ella se concentra en la tarea que tiene entre manos.
Una vez limpia y desinfectada la herida, agarra las suturas del botiquín.
—No tengo nada para anestesiar la zona, así que…
—No te preocupes. Soy adulto, he soportado cosas peores que estas, así que adelante.
Mientras Stace lo sutura, su corazón late a un ritmo constante bajo su mano. Un par de minutos después, ya ella ha terminado.
—Ya está, como nuevo… o casi.
—¿Ves? Me cuidaste perfectamente, como sabía que harías y has terminado en tiempo record. Debes ser una de las mejores de tu clase —dice él animado.
Stacy se encuentra a un suspiro de Xavier mientras ambos se quedan en completo silencio, una vez más, es él quién lo rompe.
—Creo que debería marcharme, es tarde.
—¿Podrías esperar conmigo? Solo hasta que termine de cerrarlo todo. Sé que no nos conocemos, pero después de lo que acaba de ocurrir, me siento segura contigo, además, tengo miedo de que ese cretino ande por ahí todavía —le pide ella en voz baja lo que hace que Xavier suavice su mirada y dé un paso hacia ella.
—Por supuesto, lo que sea que necesites —a Stace se le entrecorta la respiración cuando él estira la mano hacia delante, apartándole un mechón suelto de cabello de sus ojos. La punta de su dedo roza la línea de su mandíbula— Probablemente, este sea el peor momento para esto, lo sé, pero no voy a ser capaz de contenerme por más tiempo y temo severamente no volver a verte, así que… ¿Quieres salir conmigo alguna vez?
El corazón de la rubia se acelera dentro de su pecho, tanto que ella teme que él pueda escuchar su palpitar arrítmico desde donde se encuentra. Hay algo en él que la atrapa, que la hace querer saber más sobre él, así que se arma de valor y le responde:
—Tienes razón, es un momento espantoso para esto, pero… sí, sí quiero salir contigo.
—Me parece bien ¿Qué tal el próximo fin de semana? El sábado a las 8 de la noche
—Considéralo como una cita —de pronto, un estruendo en el exterior retumba por todas las paredes haciendo que ella se sobresalte.
……………………..
EN LA ACTUALIDAD
—Stace, ¿en qué estás pensando? ¡Vete de aquí de una vez! —la rubia nunca antes había escuchado a su madre hablarle de una manera tan brusca, lo que logra que la despierte de su distracción y la pone en movimiento.
La rubia corre a su habitación y mete las cosas que puede agarrar en su bolso. Se palpa los bolsillos rápidamente aliviada al encontrar su celular solo para encontrar siete llamadas perdidas de Xavier, pero luego lidiará con ello, no hay tiempo para eso ahora.
Empacada y lista para irse, se despide por última vez de su destartalada casa y se adentra en la oscuridad de la noche.
“¡¿Qué m****a he hecho?! ¿Cómo es posible que todo haya cambiado tan rápido? ¿Qué va a ser de mi vida ahora?”. Pensó ella para sus adentros mientras conducía.
Después de lo que le parece una eternidad, por fin llega a un motel de mala muerte. Se nota acabado, pero está apartado y es barato, justo lo que ella necesita.
Paga por su habitación en efectivo y, una vez dentro, se derrumba por completo en medio del suelo. Por su mente pasan las horribles imágenes de lo que sucedió hace solo unas horas mientras las lágrimas corren por sus mejillas como cascadas.
No comprende cómo sucedió todo tan rápido. Solo recuerda a su padre estampando a su madre contra la pared mientras hacía volar las botellas de cervezas por el aire y todo un caos.
Unos golpes suenan en la puerta de su habitación y Stacy se tapa la boca con su mano para reprimir el grito que amenazaba con salir producto del susto.
—Stace, sé que estás ahí. No puedes esconderte de mí…
Los golpes en la puerta no cesan y logran que a Stacy se le haga un nudo en el estómago. Está tan asustada que lo único que piensa es que la policía la encontró, su tío, el sheriff del pueblo tuvo que haber movido sus hilos y dio con ella más pronto de lo que pensaba.“No puede ser, es imposible. Salí de la casa directo hacia aquí. No tomé ninguna carretera central, me desvié todo lo que pude para evitar que alguien me viera.” Pensaba ella en un intento de brindarse un poco de esperanza.—Si no abres la puerta encontraré la manera de entrar. No podrás mantenerme fuera.Esa voz, tenía algo particular, algo que, a pesar de todo el temor y los nervios, la atraía, pero, no tenía tiempo para pensar en ello. Fuera quien fuera, Stace no pensaba abrir esa puerta, era lo único que se interponía entre ella y el mundo exterior, era lo único que le estaba brindando algo de seguridad.La rubia pensó en esconderse. Ella no abriría la puerta, pero la madera de la que estaba compuesta no parecía muy
La tensión recorre el cuerpo de Stacy por enésima vez en una misma noche. Por más que lo piensa no comprende cómo es posible que su vida haya podido cambiar tanto en cuestión de segundos.—¿Qué está pasando? —le pregunta ella aterrorizada.—Parece una especie de control policial, no es normal que hayan tantos coches a la salida del pueblo.Justo en ese momento, la chica se dio cuenta. Nadie conocido la había visto, pero todavía llevaba la misma ropa anegada en sangre.—Demonios ¿Crees que el recepcionista del motel podría haberlos llamado?Esa era la única razón posible para que todos esos policías estuvieran ahí a esas horas de la noche.Xavier le echa un vistazo a la ropa manchada de la rubia y hace un gesto de incomodidad.—Es posible, dada la sangre. Si están tras de ti, si te están buscando, tu ropa te delatará.Los hombros de Stacy se ponen más rígidos de lo que ya estaban y sus cejas se fruncen al sentir el miedo recorriendo todo su cuerpo ¿Cómo es posible que a cada minuto que
Una vez no hay asomo de Xavier por ninguna parte, Verónica conduce a Stacy al piso de arriba hasta la que será su habitación a partir de ese momento.Cuando la ama de casa se marcha, la rubia le echa un vistazo a la espaciosa habitación. Las luces titilan en lo alto.Stacy nunca había deseado tanto en su vida darse un baño, necesitaba quitarse de encima el olor a hierro de la sangre seca y las manchas de la misma de su cuerpo, así que se baña y se cambia antes de acomodarse en la cama de felpa.“Podría acostumbrarme a esto” —Piensa ella justo antes de que se le cierren los ojos sin darse cuenta de cuándo se queda dormida.Jadeante se despierta sobresaltada. El corazón le martillea en medio del pecho mientras hace su mayor esfuerzo por recuperar el aliento. Gira su cabeza hacia el reloj que tiene en la mesita de al lado solo para darse cuenta de que son apenas las 3:29 de la madrugada, solo había dormido unos minutos.En medio de la oscuridad, los latidos de su corazón son lo único que
La proposición de Xavier deja a Stacy incrédula. No solo son altas horas de la madrugada, sino que tampoco estaba preparada para dar clases de nado en la piscina del hombre ridículamente millonario que la está protegiendo.—¡No tengo traje de baño! —la voz sale de la garganta de Stacy casi como un chillido.Xavier es un hombre extremadamente apuesto, es más que eso, él es hermoso, de seguro las mujeres se le lanzan a los brazos, mujeres bellas y, la rubia está segura de que un nado nocturno con ropa holgada de dormir no es lo más sensual de la vida.—Pues, báñate en pijama, o desnuda, como más lo prefieras, solo baja aquí.—No puedes estar hablando en serio.—Puedo darte un millón de otras cosas para ponerte si lo que te preocupa es estropear el pijama —dice y se sumerge un momento bajo el agua antes de salir a la superficie con una amplia sonrisa, esta vez, Stacy puede verle los dos hoyuelos ridículamente perfectos— Ven de una vez, el agua está increíble.—Eso parece. Tenía que haber
A la mañana siguiente, Stacy se despierta sorprendentemente fresca y lista para empezar el día sin poder creer que la sugerencia de la natación nocturna funcionara en verdad.Recordó que Xavier la estaría esperando para desayunar, así que decidió colocarse un vestido cómodo, pero atrayente. Le llegaba hasta la mitad de sus muslos, era ceñido hasta su cintura y después caía libre mientras la espalda quedaba afuera, protegida solo por unas pequeñas tiras cruzadas.Después de vestirse, baja corriendo las escaleras y se dirige directo al comedor para desayunar y para ver a Xavier. Sin saber por qué, estaba emocionada por encontrárselo de nuevo.—Buenos días, corazón. Toma asiento —le dijo él recorriendo su cuerpo con la mirada cuando ella hizo su entrada— ¿Estás lista?—¿Lista? —justo en ese momento, ella se dio cuenta de que debía estarse perdiendo algo ¿había olvidado parte de la conversación de la noche anterior? — Lo siento, al parecer mi cerebro no está despierto aún ¿Para qué tengo
Xavier entrelaza los dedos de ambas manos encima de la mesa y se inclina hacia atrás en su asiento, mirando a Stacy con una ceja levantada y un aire a hombre peligroso que le puso los pelos de punta a la rubia.A pesar de ello y de lo que sugería su lenguaje corporal, ella se sentía a salvo con él. La había protegido, la había ayudado cuando no tenía por qué hacerlo. Lo que quería a cambio no podía ser tan terrible ¿verdad?Ella no se dejó amilanar, también podía jugar ese juego, así que, cruzó los brazos sobre su pecho sin apartar los ojos de él ni una sola vez.—No sabía que tendría que pagar un precio, sobre todo cuando apareciste ofreciendo tu ayuda de forma “desinteresada”.—Yo nunca dije que fue de forma desinteresada, sencillamente te dije que te ayudaría y protegería y eso hice, eso estoy haciendo, además, no creo que te importe pagar mi precio —una vez más, esa sonrisa maliciosa se le dibujaba en su rostro— Quiero ayudarte, debería haber empezado diciendo eso, lo hago porque
Las palabras de Xavier dejaron a Stacy completamente atónita, no podía creer lo que acababa de decirle ¿Qué implicaba exactamente lo que le estaba proponiendo? Ella no tenía ni idea, pero estaba dispuesta a averiguarlo.—¿No te estarás refiriendo a que te sirva como a una especie de esclava sexual, no? —los ojos grises de Xavier centellearon de pura diversión.Él da un pequeño paso hacia atrás para poder mirarla a los ojos con más facilidad haciendo que ella extrañe de inmediato el calor que emanaba de su cuerpo.—No, no estaba pensando en eso, pero si nuestra relación progresa, cosa que deseo mucho que suceda, llegaría hasta ese punto de manera natural y no te opondrás. Créeme, una vez me tengas en tu cama, querrás que siga ahí.Los ojos océano de la rubia se abren de par en par. No sabía que le sorprendía más, si el hecho de que acabara de confesar que quería una relación con ella, o la alta estima que se tenía a sí mismo.—¡Wow! ¿Nadie te ha comentado nunca que tienes el ego más gr
—¿Las reglas? —pregunta ella desconcertada y él asiente una vez antes de sentarse en frente.Sin pronunciar una sola palabra más, amontona metódicamente comida en su plato y empieza a degustarlaCuando ella se queda minutos observando su desayuno apilado en su plato, él levanta la cabeza y dice:—¿Hay algo malo con la comida?—No, es solo que estoy dándole vueltas a todo, ¿no podemos hablar de las reglas ahora?—Después del desayuno te explicaré encantado cómo funcionará esto, cómo funcionaremos nosotros. Por favor, come.—Yo no…—Sea lo que sea que te preocupa, lo solucionaremos. Te lo prometo, pero primero tienes que alimentarte, ayer no probaste bocado.Ella se limita a hacer caso y hace lo que él le pidió. Tras un desayuno relativamente rápido y tenso, el personal de Xavier llega para limpiar.—Stace, acompáñame, por favor.—¿A dónde vamos?—Como vas a estar aquí en un futuro previsible, deberías conocer los terrenos del lugar. Asustan a la gente por la noche, debido a la oscurida