Viajar con Javier era increíble. Él y su hermano tenían personalidades completamente diferentes, mientras que Xavier era serio y reservado, Javier era una persona muy alegre y clara como un libro abierto. Eran el día y la noche.

—La persona con la que te vas a encontrar, Ali, es tu mejor amiga ¿cierto?

—Así es, somos amigas desde hace unos años.

—En ese caso, debes confiar en ella.

Las palabras de Javier son más una afirmación que una pregunta, pero ella le contesta de todas formas.

—Sí, confío en ella plenamente, siempre ha estado ahí para mí y nunca me ha fallado, si yo cometiera un asesinato, ella me ayudaría sin dudas a enterrar el cadáver.

En cuanto escucha sus palabras, Javier comienza a toser como si se hubiese atorado y ella le da unas palmaditas en la espalda para ayudarlo.

—Que interesante. Yo solo he tenido una persona así en mi vida, pero hace un tiempo que ya se fue.

—¿Y Xavier? ¿No se supone que los hermanos son muy unidos? ¿No confías en él? —preguntó ella con increduli