Me llamo Rebeca Parker y tengo veintiocho años, tengo una empresa de Informática, pero ultimamente me va todo mal hasta el punto que que tengo que vender mi empresa, pero quien la desea es un Ceo egocéntrico, narcisista y un playboy y la verdad que me lo estoy pensando mucho en dársela, solo que cuantos más días pasen sin venderla, más me ahogan las deudas que tengo, y más desesperada estoy ya que tengo cuatro personas trabajando en mi empresa y aunque ellos han sido siempre fieles a mi, se que esto no es justo tampoco para ellos.
Sostuve el bolígrafo entre mis manos temblorosas flotando entre las líneas que estaban punteadas para que firmara en los documentos que me dio el abogado de Taylor e hijos, pero me sentía rota y frustrada, ya que ese no era el destino que yo quería para mi empresa.
— Firma ya Rebeca, no podemos hacer nada más — me dijo mi amigo Jimy, que aunque es gay, ha sido siempre mi fiel compañero en las más duras batallas
— Se que tengo que firmar Jimy, lo que no se, es que pasara después, no me fio de ese hombre — respondí, cayendo algunas lágrimas por mis mejillas
— Ya se que hemos trabajado mucho, pero se acabo, ademas a lo mejor estarás entre los socios —- me dijo Jimy
— Es que pensar que lo voy a ceder a ese multimillonario desalmado, no lo puedo soportar — le dije
— Ninguno de nosotros lo vimos venir, quizá invierta en lo que tenemos o a lo mejor le quede algo en su oscuro corazón — me dijo haciendome sonreir
— Sabes que siempre me ha gustado como eres, pero no creo que lo haga, es un CEO de fusiones y adquisiciones y las pequeñas empresas como nosotros, nunca podrá competir con ellos, sabes que cuando vino su abogado a hablar conmigo, casi me obligó a venderle mi empresa
— Sabes que cuando vino, trajo un suculento cheque que nos sacará de más de un apuro que ya tenemos
— Ya lo se Jimy, no sé qué pensarían mis padres de mi si estuvieran vivos, al ver que he dejado que la empresa se arruine
— No ha sido culpa tuya Rebeca cariño, ya no hay nada de lo que podamos hacer, solamente en confiar que podamos seguir aquí trabajando — me dijo Jimmy
Cogi con fuerza el boligrafo estampando mi firma en el documento que tenía delante y donde estaba señalado para que lo firmara
No sabia porque estaba allí con Jimy, no tenía ganas de bailar ni de hablar con nadie después de haber perdido lo que era mío y luche por mantener aunque de nada sirvió. Jimy me habia animado a ir a un club, para celebrar la gran perdida y que ya eramos libres de tantas deudas, a parte de que mi novio de tantos años me dejo de la noche a la mañana marchandose con la persona que yo pensaba era mi amiga, si tenia dos mejores amigos, Jimy que sabia que pasara lo que pasara nunca me iba a dejar sola y Monica, que nos conocimos cuando monte la empresa, pareciendo que nunca me abandonaria por muy jodida que estuviera, idiota de mi que todo me lo crei ya que se estaba tirando a mi novio, un novio que siempre que estabamos en la cama me prometia amor eterno. Jimmy me animo a ir a tomar unas copas esa noche y así emborracharme para olvidar todo lo malo que habíamos pasado
— Venga Rebeca animate o esperas que tu fortuna aparezca en forma humana, aquí tienes muchos tíos y cualquiera te quitaria la pena, animate anda — me dijo Jimy.
— Olvidalo Jimy, ahora no tengo ganas — respondi
— Vamos mujer, no te enfades, en este sitio por lo menos hay cinco hombres para una mujer y yo ya me he fijado en uno que tiene que estar mejor que el sabor del chocolate con fresas, anda vamos a ver si nos ligamos a alguno — me dijo mi amigo
Jimy estaba ya medio borracho, pero yo no tenía ánimo para seguir en ese Club a si que me despedí de mi amigo cuando iba a marcharme
— Venga bonita, descansa hoy y mañana te digo como ha sido la noche — me dijo mi amigo cuando nos despedimos
Cuando salí de aquel club, el frio me dio en toda la cara y la verdad que lo agradecí, cogi mi movil para llamar a un taxi, pero el maldito se me callo al suelo haciéndose trizas el cristal de la pantalla
— ¿Estás esperando a que vengan a por ti? — escuche la voz seductora de un hombre detrás de mí
— ¿Perdón?¿me hablabas a mi? — le pregunté cuando me gire para saber quién era
— Parece que te han dado plantón — me dijo
— ¿Quién te ha dicho que me han dado plantón? solamente he tenido la mala suerte de que se me ha roto el movil, necesito llamar a un taxi — le dije
— Tu novio está dentro, tal vez si has venido con él, puede llevarte a casa — me dijo haciéndome reír
— No es mi novio, es un amigo y de todas formas él tampoco tiene coche — conteste
— Te he visto dentro y la verdad es que no he podido apartar mi mirada de ti, ¿Tienes novio? — me pregunto
— No, ni tampoco estoy casada — le dije
— Se que desde que has entrado no te has movido del mismo sitio y tan solo has hablado con tu amigo y el camarero que os ha servido, lo cual me intriga bastante, o es que sientes remordimiento por divertirte sin pareja o algo extraño te sucede — me dijo
— Vaya has estado muy ocupado conmigo esta noche ¿no? — pregunte
— Hola me llamo Aaron — me dijo dándome la mano
— Yo me llamo Rebeca — le dije
— ¿Qué me dices si te invito a un cafe? esta noche hace bastante frío — me dijo
— No te diría que no ya que no me apetece irme a casa — respondí
— Pues entonces vámonos — me dijo ofreciéndome su mano para cruzar la carretera que teniamos enfrente
Cuando me desperté, estaba en la cama de un hotel completamente desnuda, intentando poner orden a mi cabeza para averiguar qué coño hacía yo en aquella habitación y sola, pues aquel atractivo hombre seguramente me habría dejado un regalo pues no me acordaba si usamos esa única noche, protección o no. Llevaba casi un mes sin trabajar, aunque mi amigo Jimy me ayuda mucho, pero yo sabía que no podía aguantar mucho tiempo quedándome en casa y sin hacer nada, ese nunca fue mi fuerte, porque aunque fui a varias empresas entregándoles mi curriculum, casi todas me decían lo mismo, ya la llamaremos. Una mañana al levantarme de la cama, me empecé a sentir mal, entre en el cuarto de baño con una fuertes náuseas, vomitando todo lo que mi estomago tenia en el wc, mi amigo Jimy al escucharme, entró corriendo en el cuarto de baño asustado moviendo sus manos sin parar— Nena, por favor, ¿que coño te pasa?¿no estarás embarazada verdad? porque si es así, las dos estamos más que jodidas — me dijo— No l
Cuando ya estaba en la calle, mire en el reloj de mi móvil dándome cuenta de que se me hacía tarde por lo que decidí, parar a un taxi y subirme a él para poder llegar a la hora que me dijo la asistente de Tayler. Una vez que el conductor del taxi paró el auto y le pague, baje del coche acercandome al gran edificio de cristales que tenía enfrente de mi, al entrar me paró un guardia jurado que habia en la puerta pidiendome informacion de mi nombre y de a dónde me dirigía, viendo en mi movil que ya pasaron varios minutos desde la hora de la cita. Una vez que le di toda la información el guardia que me pidio, hizo una llamada y fue entonces cuando me dejó pasar dentro del edificio, me dirigí hacia los ascensores, bajándome en la planta dirigiendome seguidamente a una mujer que vi sentada detrás de la mesa, con unas gafas apoyadas en su nariz, mirandome algo extrañada— Buenos dias, me llamo Rebeca Parker, ayer me llamaron para mi entrevista con el señor Tayler — le dije— Ya me acuerdo, f
— ¿Y simplemente no puedo ser la madre de tu hijo solamente? y ¿me devuelves lo que es mío? en vez de usarme como si fuera una puta tuya — pregunté— No Rebeca Parker, si te quisiera tratar como una simple prostituta, dejándola embarazada y ya está, hace cinco minutos y mientras te tenia bloqueada entre mi cuerpo y la pared, ya te hubiera usado y ahora mismo te hubiera echado de mi despacho, pero te quiero a mi lado y en mi cama durante un año, esa es mi condición, ahora dime si firmaras o no nuestro contrato — me dijo— Eres un capullo insolente, ¿te lo han dicho alguna vez, Aaron Tyler? — pregunte— Como quieras preciosa, cuando acabe el contrato, te llevarás a parte de tu empresa una buena remuneración demasiado alta a mi parecer, pero sigo los consejos de mis abogados, solo deseo una mujer para demostrar que tengo estabilidad ante mis socios y mis clientes y un hijo para poder recibir lo que me corresponde de mi padre como su primogénito que soy, ¿que me dices, firmas? — me dijo l
— No me asustas Tayler, ya me has visto desnuda, — respondí con sarcasmo, mientras entraba en aquel lujoso dormitorio, acercandome a todo lo que tenia a mi vista, pasando mis dedos por aquel aterciopelado edredón, por las sedosas cortinas que tapaban la vista de una pequeña terraza que había— Rebeca, ya estas lista o tengo que entrar a por ti — escuche gritar a Aaron— No tranquilo ya salgo, dejame disfrutar de este momento —- respondí— Ya tendrás tiempo, nos tenemos que marchar y más vale que te des prisa o te juro que te sacó del dormitorio desnuda y te visto yo mismo en la limusina — me gritó desde el otro lado de la puertaMirando todos los vestido que habian en el armario, me decante por uno de color ocre, que tenia la espalda al descubierto, cogido con unos tirante en mi cuello, poniendome antes un sujetador y un tanga que se notaba que era de lenceria demasiado fina y muy cara por el precio que pude ver al quitarle la etiqueta que llevaba, me puse unos zapatos de tacon alto,
Estábamos hablando todos tranquilamente, cuando de pronto Aaron se disculpo levantandose seguidamente de su silla, ya que todos escuchamos cómo sonaba la melodía de su móvil. Aaron se marchó de la mesa hacia una pequeña terraza que había detrás de nuestra mesa, fijándome en cómo las mujeres que habían en ciertas mesas detrás de nosotros lo miraban desnudandolo, ya que Aaron era increíblemente atractivo. — Hola buenas tardes ¿cómo estáis? — escuche decir a un hombre detrás mía,Cuando me gire en la silla para ver quien nos estaba hablando, el hombre y yo nos quedamos mirándonos fijamente, dándome cuenta de que el me guiñaba el ojo, haciendo que me ruborizada en ese momento.— ¿Qué hace una mujer tan bella aquí sola? —- me pregunto— Perdone, pero no lo conozco de nada y ademas no estoy sola — le respondí— Vienes acompañada? yo no veo a nadie a tu lado sentado en esta mesa — me dijo— Dejala tranquila, además si que está acompañada — le dijo Gina muy seria— Si que está acompañada, ¿e
Intentando escapar de Aaron, levante la rodilla con rapidez para darle en sus partes, pero el se adelanto a mi movimientos, bloqueando mi pierna, haciéndome escuchar una fuerte carcajada, metiendo sus dedos en mi pelo acariciando, poniéndome todavía más caliente de lo que ya estaba. Aaron dejó un reguero de besos por mis mejillas hasta que por fin se apoderó de mi boca, mordisqueando mi labio inferior, seduciendo con su caliente lengua, sacandola y metiendola en mi boca como si estuviera follándome, para asegurarse que cada vez lo deseaba mas y mas. Intenté apartarlo de mí poniendo mis manos en su pecho, pero con un movimiento rápido, él me cogió mis manos con una sola mano suya poniendome los brazos por encima de mi cabeza, haciendo que me fuera imposible el poder apartarlo de mi cuerpo. Aaron seguía teniendo mis piernas separadas todo lo que le permitía, haciendo que mis emociones al final brotarán en mi interior abrumandome, apretó mi pezón con sus dedos sintiendo como el deseo emp
Aaron dio un paso hacia donde yo estaba, haciéndome cerrar los ojos, sintiendo que necesitaba estar con el hombre que tenía enfrente de mi.— Quiero enseñarte ese mundo, darte tanto que sientas el placer hasta que grites que pare, Rebeca no te podido sacar de mi cabeza desde que te conocí aquella noche en aquel club, te he imaginado otra vez en mi cama, metiendome dentro de ti hasta el fondo, mientras rodeas mis caderas con tus piernas, acordandome de la cara que pusiste aquella noche mientras te corrías, pero a parte del contrato que tenemos tu y yo, quiero que confíes en mí primero — me dijoAaron y yo nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, quedándome abrumada por lo que él me acababa de decir, una realidad que era dolorosa para mi, ya que Aaron tenía razón, aquella noche de pasión que tuvimos él y yo en aquel hotel, fue en parte por el dolor que sentía de ver a mi ex novio con mi mejor amiga y por haber perdido la empresa que mis padres me dejaron en herencia, después de que
Al día siguiente, tocaron al timbre abriendo mi amigo Jimy la puerta de nuestra casa, mientras yo terminaba de arreglarme, ya que el dia anterior Aaron me comunico antes de marcharse de mi casa, que teniamos una cena importante con un matrimonio, ya que él quería que el hombre se asocia con su empresa, así que tuve por la mañana que salir y comprarme un vestido para la ocasión. — Nena hay afuera una preciosa limusina, y el machote que ayer vino a casa te espera en el salon — me dijo Jimy muy eufórico—- Dile que ya salgo, me falta ponerme los zapatos — le respondí muy nerviosaCuando ya estaba preparada, me marche del dormitorio hacia el salon, cuando entre me quede mirando a Aaron con la boca abierta ya que estaba guapisimo, llevaba un traje de color azul que le hacia resaltar sus preciosos ojos.— Esta espectacular Rebeca — me dijo— Gracias señor Taylor, usted también está muy guapo — le dijeCogi mi bolso que lo tenía encima de la entrada de la casa, cogiendo mi mano Aarón marcha