Un dia que estaba mi esposo en su despacho de nuestra casa después de estar varios días de viaje fuera de nuestra casa por trabajo, abrí la puerta despacio, quedando mirando como trabajaba, estaba muy enamorada de mi esposo, así que me quede completamente embelesada mirando como trabajaba, No era aquello lujuria, si no la calidez de un afecto más profundo que hizo que se me acelera mi corazón. Exhale una sonrisa, acercandome despacio a Aaron. Sin pensarlo dos veces, rodee la mesa de su despacho, poniéndome de pie enfrente de Aaron, empuje su sillón de ruedas apartandolo de su ordenador, mirándome él un poco descolocado y más se sorprendió cuando me senté en sus piernas abrazándolo, dándole un suave beso en sus labios. Aaron me correspondió en ese momento a mi abrazo y a mi beso, aun teniendo en su rostro algo de sorpresa por lo que yo acababa de hacer. Se notaba que Aaron estaba tan encantado como conmovido por el afecto que le acababa de dar a mi esposo. Yo le sonríe mientras los dos
La llamada que recibió mi marido esa noche, no podía significar otra cosa, que tenía que volver a salir de viaje otra vez y eso significaba para mí que iba a pasar otra vez algun tiempo sola tal y como Clay le estaba hablando a Aaron— La reunión es mañana Aaron, pero nos vamos a trasladar los de siempre, Raquel, mi hija, tu y yo, aunque seguramente tendre que decirselo a mi yerno, ya que estas reuniones van a ser muy importantes para nuestra empresa y necesitamos ir con cautela, pero con gente que nos ayude con estos clientes, mínimo supongo que esta vez estaremos fuera de nuestras casa al menos dos semanas, hasta que tengamos claro lo que necesitan, esto es muy grande Aaron y te necesito – le comento Clay, sintiéndome mal ya que mi marido puso el manos libres de su móvil, lo cual me dio la oportunidad de saber de qué hablaba ClayMe quedé mirando a mi esposo, rodeandome él mi cintura cuando terminó de hablar por teléfono con Clay, dándome pequeños besos en mis labios, pues sabía que
Hacer el amor con Aaron, era como si estuviéramos descubriendo las esquinas de nuestros cuerpos por primera vez, ya que nunca era lo mismo con mi marido. Y ahora que se volvía a marchar otra vez de viaje, me quedé por un momento tumbada al lado de mi marido con mi cabeza en su pecho muy seria, ya que sabía que Raquel, aquella mujer que conocí en aquel evento, también se iría en el mismo viaje con él, y eso me preocupaba demasiado, dándose cuenta enseguida de que algo me sucedía mi esposo.— ¿Qué te pasa Rebeca? — me pregunto susurrando— Nada no te preocupes — respondí a su pregunta— Bueno si no me lo quieres decir, dejaré volar mi imaginación y lo achacare a que estas pensando que vuelves a quedarte sola con Junior en casa ¿es eso lo qué te pasa? — me dijo haciendo que le sonriera— Es que últimamente casi no estás en casa, tu hijo no te ve y ahora vuelves a marcharte, lo siento Aaron pero es que – me quede por un momento callada, cabreada conmigo misma por los pensamientos que tení
Casi todos los días hablaba con Aaron, me llamaba por teléfono cuando tenía un tiempo libre, aunque solo eran unos minutos, pues siempre tenía algo que hacer, pero deseando los dos en que llegara el fin de semana para volver a vernos, pero no llegó .Faltaba tan solo un dia para que yo volara con mi hijo hacia la ciudad donde estaba Aaron, pero aunque ya tenía el billete del avión y el equipaje hecho, me llamó el día anterior a mi vuelo Clay quitándome la ilusión de volver a ver a mi esposo, ya que según me dijo él, tenían mucho trabajo y no nos ibamos a poder ver Aaron y yo, asi que cuando acabamos de hablar, me quedé donde estaba cuando recibí la llamada, sentada en el sofa del salon con la cabeza apoyada en el respaldo, mirando a la nada. Una vez que ya me canse de estar sentada mirando al vacío, me levanté del sofá y me asomé a una de las ventanas de mi casa pensando en mi esposo y en Raquel, mientras estaba viendo como fuera llovía torrencialmente, viendo lo gris que estaba el cie
Cerca del mediodía de ese mismo dia, yo me encontraba con Elisa en la cocina ayudando a hacer la comida para nosotras dos, cuando de pronto empezamos a escuchar la melodía de un móvil, me acerque hasta el salón donde estaba mi teléfono y al cogerlo de encima de la mesa, me pude dar cuenta de que era Aaron el que me llamaba. Aunque dejé que sonara varias veces, al final como necesitaba una explicación de Aaron, me decidí en contestar la llamada— ¿Rebecca caiño? — pregunto Aaron— Dime, ¿qué quieres Aaron? — pregunte muy enfadada— Esa foto tiene una explicación, por favor cariño, escúchame antes de colgar la llamada — me dijo él— Bien, dejare que te expliques, pero si no me das una buena explicación, cuando vuelvas a casa, nuestro hijo y yo ya no estaremos aquí — le grité, sentandome en el sofá, esperando a su explicación—- Rebeca mi amor, Raquel me ha estado acosando sin cesar, dándose cuenta Clay, el cual me dijo que si trataba de inmiscuirse en nuestras vida la despediría, y eso f
AARONEstaba tranquilamente estudiando los proyectos que tenía encima de mi mesa del despacho, cuando de pronto me sobresalte al escuchar como la puerta de mi despacho la abrían de golpe, viendo entrar muy sonriente a Raquel, que aunque Clay la despidió por acosarme, ella se noto que hizo caso omiso a las amenazas de Clay, al presentarse delante de mí en mi despacho, teniendo que obviar por un momento los documentos que estaba revisando.— ¿Se puede saber Raquel, qué coño haces aquí? según creo Clay te despidio y yo por supuesto ya no quiero verte nunca más — le expresé.—- Ya, —- me dijo ella asintiendo– Bueno Aaron, si eres el hombre que yo creo, tú también sabrás que te pondré una demanda por acoso, estoy deseando escuchar cómo le explicas al juez y sobre todo a los asesores de la empresa porque me obligas a mi, una subordinada tuya a follar contigo.--- me dijo muy segura de sí misma— Creo señorita Raquel, que la despedí, así que por favor le pido cortésmente que se marche de mi e
Me llamo Rebeca Parker y tengo veintiocho años, tengo una empresa de Informática, pero ultimamente me va todo mal hasta el punto que que tengo que vender mi empresa, pero quien la desea es un Ceo egocéntrico, narcisista y un playboy y la verdad que me lo estoy pensando mucho en dársela, solo que cuantos más días pasen sin venderla, más me ahogan las deudas que tengo, y más desesperada estoy ya que tengo cuatro personas trabajando en mi empresa y aunque ellos han sido siempre fieles a mi, se que esto no es justo tampoco para ellos.Sostuve el bolígrafo entre mis manos temblorosas flotando entre las líneas que estaban punteadas para que firmara en los documentos que me dio el abogado de Taylor e hijos, pero me sentía rota y frustrada, ya que ese no era el destino que yo quería para mi empresa.— Firma ya Rebeca, no podemos hacer nada más — me dijo mi amigo Jimy, que aunque es gay, ha sido siempre mi fiel compañero en las más duras batallas— Se que tengo que firmar Jimy, lo que no se, e
Cuando me desperté, estaba en la cama de un hotel completamente desnuda, intentando poner orden a mi cabeza para averiguar qué coño hacía yo en aquella habitación y sola, pues aquel atractivo hombre seguramente me habría dejado un regalo pues no me acordaba si usamos esa única noche, protección o no. Llevaba casi un mes sin trabajar, aunque mi amigo Jimy me ayuda mucho, pero yo sabía que no podía aguantar mucho tiempo quedándome en casa y sin hacer nada, ese nunca fue mi fuerte, porque aunque fui a varias empresas entregándoles mi curriculum, casi todas me decían lo mismo, ya la llamaremos. Una mañana al levantarme de la cama, me empecé a sentir mal, entre en el cuarto de baño con una fuertes náuseas, vomitando todo lo que mi estomago tenia en el wc, mi amigo Jimy al escucharme, entró corriendo en el cuarto de baño asustado moviendo sus manos sin parar— Nena, por favor, ¿que coño te pasa?¿no estarás embarazada verdad? porque si es así, las dos estamos más que jodidas — me dijo— No l