— No me asustas Tayler, ya me has visto desnuda, — respondí con sarcasmo, mientras entraba en aquel lujoso dormitorio, acercandome a todo lo que tenia a mi vista, pasando mis dedos por aquel aterciopelado edredón, por las sedosas cortinas que tapaban la vista de una pequeña terraza que había
— Rebeca, ya estas lista o tengo que entrar a por ti — escuche gritar a Aaron
— No tranquilo ya salgo, dejame disfrutar de este momento —- respondí
— Ya tendrás tiempo, nos tenemos que marchar y más vale que te des prisa o te juro que te sacó del dormitorio desnuda y te visto yo mismo en la limusina — me gritó desde el otro lado de la puerta
Mirando todos los vestido que habian en el armario, me decante por uno de color ocre, que tenia la espalda al descubierto, cogido con unos tirante en mi cuello, poniendome antes un sujetador y un tanga que se notaba que era de lenceria demasiado fina y muy cara por el precio que pude ver al quitarle la etiqueta que llevaba, me puse unos zapatos de tacon alto, me mire en el espejo del baño mi pelo, metiendo mis dedos entre los rizo para peinarme, me pinte la cara con colores suaves, marchandome del dormitorio seguidamente al salon donde me esperaba nervioso Aaron. Cuando me vio aparecer, pensaba que me iba a quitar la ropa allí mismo y hacerme de nuevo suya, por el brillo que tenían sus preciosos ojos azules
— ¿Qué señor Tayler? ¿nos vamos? o ¿va afollarme usted ahora y aquí? — le dije con picardía
— Vámonos ya anda, se está haciendo tarde — me dijo cogiendo mi mano, con su mano arrastrándome con él hasta donde estaba el ascensor
Ya en el garage, el chofer nos estaba esperando con la puerta abierta de la limusina entrando primero Aaron y después yo sentándome al otro extremo del asiento, el hombre se sentó después en el asiento del conductor, marchandonos de aquel garaje. Lo que duró el viaje, me pude dar cuenta de que Tayler no dejaba de mirarme apartando su mirada de mi cuando yo lo miraba a él, haciendo que me diera por reirme, poniendo el una cara muy seria cuando yo lo hacía
— Acuérdate de nuestro contrato, te tienes que comportar como mi prometida, y no permito que me dejes en ridículo delante de estas personas, si no nuestro trato se acaba y tu seguirás siendo la mujer sin futuro que eres, aunque te escogí para que fueras la madre de mi hijo, lo que hay entre tu y yo, solo es un contrato, recuerdalo muy bien — me dijo muy serio
— Por supuesto mi amor, no dejare que se avergüence de su prometida, aunque en la cama sea una especie de eunuco que no sabe complacer a su casi esposa, aunque no se preocupe tampoco por eso, no voy a divulgar nada de nuestra intimidad — le dije
— No juegues conmigo Rebeca, te lo advierto — me dijo Aaron, levantandose donde estaba sentado acercándose a mi, poniendo su mano en mi cuello, acercando sus labios a mis labios, sintiendo un pequeño cosquilleo en mi entrepierna, al sentir la olor de su fragancia y la calidez que desprendía su cuerpo al tenerlo tan cerca
Cuando Aaron se volvió a sentar donde estaba, poniendo sus dedos en sus labios, fijándome en cómo movía la cabeza negativamente y se le marcaba una pequeña sonrisa en sus labios. El chofer paró la limusina enfrente de un lujoso restaurante del centro de la ciudad, bajó del vehículo y abrió la puerta bajando primero Aaron, ofreciéndome su mano para que después bajara yo, cogiendo con mi mano el brazo de Aaron, entrando los dos dentro del local, acercándose a nosotros lo que me pareció que era el jefe de sala
— Buenas tardes señor Tayler, por favor si es tan amable de acompañarme usted y su mujer, los señores Lopez ya los estan esperando en el comedor — nos dijo
Seguimos a aquel hombre hasta lo que era un comedor privado, acercándose a nosotros dos hombre algo mayores que iban acompañados de sus parejas, saludandose los hombres, con suaves golpecitos en la espalda, mirandome despues todos a mi
— Les quiero presentar a mi prometida, la señorita Parker, — dijo Aaron, sintiendo que me ardían mis mejillas por la vergüenza
— Rebeca, estas personas cariño, son muy amigos míos, y mis mejores socios — me dijo Aaron, saludandolos yo con la mano, que los hombres besaron el dorso
— Hola Rebeca cielo, me llamo Gina y ella Mary, estamos encantadas de que acompañes a tu prometido, porque la verdad pensábamos que nos íbamos a aburrir mucho con ellos, ya que no hablan más que de negocios y de bolsa — me dijo
Estábamos las tres mujeres caminando hacia la mesa, cuando de pronto un escalofrío recorrio mi cuerpo al sentir la mano de Aaron, en mi cintura, me gire para mirarlo, quedando nuestras bocas a milímetros, mirándonos los dos fijamente a los ojos, pasando la punta de mi lengua por mis labios para mojarlos, notando como una especie de carraspeo de Aaron.
Estábamos hablando todos tranquilamente, cuando de pronto Aaron se disculpo levantandose seguidamente de su silla, ya que todos escuchamos cómo sonaba la melodía de su móvil. Aaron se marchó de la mesa hacia una pequeña terraza que había detrás de nuestra mesa, fijándome en cómo las mujeres que habían en ciertas mesas detrás de nosotros lo miraban desnudandolo, ya que Aaron era increíblemente atractivo. — Hola buenas tardes ¿cómo estáis? — escuche decir a un hombre detrás mía,Cuando me gire en la silla para ver quien nos estaba hablando, el hombre y yo nos quedamos mirándonos fijamente, dándome cuenta de que el me guiñaba el ojo, haciendo que me ruborizada en ese momento.— ¿Qué hace una mujer tan bella aquí sola? —- me pregunto— Perdone, pero no lo conozco de nada y ademas no estoy sola — le respondí— Vienes acompañada? yo no veo a nadie a tu lado sentado en esta mesa — me dijo— Dejala tranquila, además si que está acompañada — le dijo Gina muy seria— Si que está acompañada, ¿e
Intentando escapar de Aaron, levante la rodilla con rapidez para darle en sus partes, pero el se adelanto a mi movimientos, bloqueando mi pierna, haciéndome escuchar una fuerte carcajada, metiendo sus dedos en mi pelo acariciando, poniéndome todavía más caliente de lo que ya estaba. Aaron dejó un reguero de besos por mis mejillas hasta que por fin se apoderó de mi boca, mordisqueando mi labio inferior, seduciendo con su caliente lengua, sacandola y metiendola en mi boca como si estuviera follándome, para asegurarse que cada vez lo deseaba mas y mas. Intenté apartarlo de mí poniendo mis manos en su pecho, pero con un movimiento rápido, él me cogió mis manos con una sola mano suya poniendome los brazos por encima de mi cabeza, haciendo que me fuera imposible el poder apartarlo de mi cuerpo. Aaron seguía teniendo mis piernas separadas todo lo que le permitía, haciendo que mis emociones al final brotarán en mi interior abrumandome, apretó mi pezón con sus dedos sintiendo como el deseo emp
Aaron dio un paso hacia donde yo estaba, haciéndome cerrar los ojos, sintiendo que necesitaba estar con el hombre que tenía enfrente de mi.— Quiero enseñarte ese mundo, darte tanto que sientas el placer hasta que grites que pare, Rebeca no te podido sacar de mi cabeza desde que te conocí aquella noche en aquel club, te he imaginado otra vez en mi cama, metiendome dentro de ti hasta el fondo, mientras rodeas mis caderas con tus piernas, acordandome de la cara que pusiste aquella noche mientras te corrías, pero a parte del contrato que tenemos tu y yo, quiero que confíes en mí primero — me dijoAaron y yo nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, quedándome abrumada por lo que él me acababa de decir, una realidad que era dolorosa para mi, ya que Aaron tenía razón, aquella noche de pasión que tuvimos él y yo en aquel hotel, fue en parte por el dolor que sentía de ver a mi ex novio con mi mejor amiga y por haber perdido la empresa que mis padres me dejaron en herencia, después de que
Al día siguiente, tocaron al timbre abriendo mi amigo Jimy la puerta de nuestra casa, mientras yo terminaba de arreglarme, ya que el dia anterior Aaron me comunico antes de marcharse de mi casa, que teniamos una cena importante con un matrimonio, ya que él quería que el hombre se asocia con su empresa, así que tuve por la mañana que salir y comprarme un vestido para la ocasión. — Nena hay afuera una preciosa limusina, y el machote que ayer vino a casa te espera en el salon — me dijo Jimy muy eufórico—- Dile que ya salgo, me falta ponerme los zapatos — le respondí muy nerviosaCuando ya estaba preparada, me marche del dormitorio hacia el salon, cuando entre me quede mirando a Aaron con la boca abierta ya que estaba guapisimo, llevaba un traje de color azul que le hacia resaltar sus preciosos ojos.— Esta espectacular Rebeca — me dijo— Gracias señor Taylor, usted también está muy guapo — le dijeCogi mi bolso que lo tenía encima de la entrada de la casa, cogiendo mi mano Aarón marcha
Cuando estábamos los dos solos en su despacho, Aaron apoyó su cuerpo en su escritorio sin apartar su mirada de mi— ¿No vas a decir nada?, tenemos que preparar una versión sobre nosotros que sea creíble ¿no te parece? — me dijo— Sobre nuestro contrato,dice que no me puedo inmiscuirse en temas personales de mi esposo —- respondí— Vamos Rebeca cariño, hoy con Clay y su esposa hemos tenido suerte, pero habrá más reuniones, cenas, recepciones y no quiero que mi reputación caiga, por una incómoda pregunta que nos hagan — me dijo viendo como cerraba sus puños apoyándolos sobre su mesa del despacho— Mira Rebeca, te voy a contar una cosa que pocos saben, soy divorciado y mi ex esposa me humilló y mucho, por eso la gente que no me conoce bien, dice que soy un mujeriego, pero la verdad, es que no es así, ya que desde mi divorcio no conseguí mantener ninguna relación estable con ninguna mujer, tuve oportunidades eso sí, por eso necesito que seas mi esposa, por que la gente con quien me relac
Al día siguiente cuando me desperté me di cuenta de que estaba sola en la cama, me levanté y entré en el cuarto de baño, entrando seguidamente en la ducha, ya que iba completamente desnuda por la noche tan erótica romántica que tuvimos Aaron y yo, la noche anterior. Despues de ducharme, cogi una de las toallas que habían, cubriendo mi cuerpo con ella, volviendo al dormitorio para vestirme, pero empecé a escuchar la melodía de mi móvil, teniendo que ir al salon que era donde lo tenia, pero cuando iba a entrar al salon me crucé con una mujer mayor, de pelo canoso mirándonos las dos algo extrañadas, ya que yo iba solamente con una toalla alrededor de mi cuerpo, fijándome en cómo me miraba la mujer— Buenos dias, perdon por presentarme así, pero —-- quise seguir hablando, pero la mujer me empezó a hablar con una sonrisa en sus labios— No se preocupe señora, puede coger su teléfono si quiere, me llamo Elisa, el señor ya me dijo que usted viviría en esta casa, soy la ama de llaves del señ
Cuando terminamos de comer, Aaron pidió el postre, que realmente estaba delicioso ya que era de chocolate, mi sabor preferido, mientras estábamos los dos hablando se acercó hasta nuestra mesa una mujer muy guapa, parecía una de esas modelos que salían en las revistas, alta, rubia, con un vestido muy caro y unos zapatos de tacón muy altos y también muy caros, se acercó a Aaron, poniendo esa mujer sus manos en las mejillas de él, apretando sus labios con los de Aaron, mirándolos yo fijamente sin comprender qué narices estaba pasando en ese momento— Hola mi amor, ya veo que estás comiendo con tu secretaria — le dijo ella—- Amanda perdona, Rebeca no es mi secretaria sino que es mi esposa, cariño — contestó él, mirandome la mujer como si quisiera matarme en ese momento— Pero si nos íbamos a casar en unos meses, ¿cómo has podido hacerme esto? —- le dijo ella gritando, mientras se tapaba el rostro con su mano, como si quisiera llorar, fijándome en cómo los comensales que habían en el re
Por la mañana y después de ducharme, escuche como tocaban a la puerta de la habitación donde me encontraba yo sola, al abrir, vi entrar a dos mujeres portando una de ellas un preciosos vestido blanco en sus manos quedando sorprendida al verlo, ya que no esperaba que Aaron lo comprara para nuestra boda, mientras la otra mujer llevaba en sus manos, un maletín que cuando lo dejo encima de la mesa que había y lo abrió pude fijarme en que se trataba de la peluquera, sorprendiéndome aún más. Me hicieron sentarme en unos de los cómodos sillones, para peinarme y maquillarme, ayudandome después entre las dos para ponerme aquel precioso vestido, cuando ya terminaron y me pude ver el espejo que había en el dormitorio me puse a llorar como una niña pequeña, y aunque sabía que mi boda con Aaron no era real, me emocione de todas formas al verme.con aquel precioso vestidoPocos minutos después, tocaron a la puerta y cuando la peluquera la abrió pude ver entrar a un botones del hotel, que se fue acer