Por la mañana y después de ducharme, escuche como tocaban a la puerta de la habitación donde me encontraba yo sola, al abrir, vi entrar a dos mujeres portando una de ellas un preciosos vestido blanco en sus manos quedando sorprendida al verlo, ya que no esperaba que Aaron lo comprara para nuestra boda, mientras la otra mujer llevaba en sus manos, un maletín que cuando lo dejo encima de la mesa que había y lo abrió pude fijarme en que se trataba de la peluquera, sorprendiéndome aún más. Me hicieron sentarme en unos de los cómodos sillones, para peinarme y maquillarme, ayudandome después entre las dos para ponerme aquel precioso vestido, cuando ya terminaron y me pude ver el espejo que había en el dormitorio me puse a llorar como una niña pequeña, y aunque sabía que mi boda con Aaron no era real, me emocione de todas formas al verme.con aquel precioso vestidoPocos minutos después, tocaron a la puerta y cuando la peluquera la abrió pude ver entrar a un botones del hotel, que se fue acer
Aaron salía en ese momento del cuarto de baño, quedandome con la boca abierta mientras estaba inmovil, mirando su bello torso, como si fuera un Dios Griego, ya que era todo músculos, viendo que llevaba una toalla enrollada en su cintura mirándonos los dos fijamente a nuestros ojos. Conforme Aaron se iba acercando a donde yo estaba, mi corazón empezó a acelerarse cada vez más, pensando en que ya me era imposible huir de donde estaba, ya que estaba completamente inmovilizada sintiendo que mis piernas ya no me corresponden. Tan solo me quede mirando, su cuello, sus pectorales, sus fuertes músculos, que estaban definidos y bronceados, dándome cuenta como mi esposo estaba caminando despacio hacia donde yo estaba. Aaron puso sus dedos en la toalla que llevaba sujetándola haciendo que mi mirada bajara hacia esos gruesos músculos, fuertes y húmedos que tenía mi marido, viendo unos pelillos de bajo de su ombligo que hacia la forma de la V hacia el interior de la toalla. Vuelvo a subir mi mirad
Cuando Aaron se apartó de mí, se tumbó boca arriba a mi lado en la cama, me quedé mirando sus preciosos ojos, sin poder creerme que ya éramos marido y mujer, que Aaron era ya mi esposo, sintiendo lo feliz que soy con él mientras mi marido me acuna entre sus brazos, descansando a su lado con mi cuerpo desnudo, latiendo todo mi sexo todavía por el placer que me habia dado, besandome Aaron con ternura, perdiendome yo en sus calidos besos y en sus abrazos.— ¿Cómo te encuentras? — me preguntó Aaron, mientras me acariciaba la mejilla con sus dedos— Estoy muy bien — le respondí con una sonrisaNos besamos y nos acariciamos durante unos minutos antes de que morfeo se adueñara de nosotros, quedandome yo dormida, mientras acariciaba con mi mano mi vientre y sonreía pensando en el momento adecuado de decirle a mi marido que íbamos a ser padres. A la mañana siguiente me desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana que había en el dormitorio, sintiendo como mi marido se removía en
Días después volvimos a casa, pero ya nada era como antes de marcharnos, ya que la primera noche decidí irme a dormir yo sola en el dormitorio de invitados aun sabiendo que a Aaron no le parecía bien, pero la discusión que tuvimos momentos antes fue demasiado fuerte. Aunque trataba de dormir, no lo consegui, los nervios y la discusión que tuvimos él y yo en casa, me dejó muy nerviosa, así que decidí, levantarme de mi cama, recorrí el pasillo despacio para acercarme al dormitorio donde estaba durmiendo Aaron, cuando entre me fui acercando a su cama fijandome que él dormía plácidamente boca abajo, rodeando con uno de sus brazos el almohadón de su cama. Observe su cara en la penumbra, recorriendo los labios con mis dedos, ya que no me creía que ese hombre que tanto me beso, me dijo aquella vez en la ducha que me amaba, que recorrimos todo París los dos abrazados, me hubiera acusado de ser una cazafortunas aquella noche, aun sabiendo el perfectamente que no era cierto, ya que teníamos un
Cuando ya me iba a marchar, mi amigo Jimy me acompaño hasta la puerta de su casa, abrazándonos los dos para despedirnos, — Recuerda que siempre que me necesites, me tendras aqui, no te preocupes ahora por nada, cuida a mi niño y cuidate mucho tu — me dijo mi amigo Después de despedirme de mi amigo, decidí que necesitaba dar un paseo antes de volver a la casa donde yo vivía con Aaron, ya que necesitaba aclarar un poco mis ideas sobre lo que yo estaba haciendo con mi vida, mientras acariciaba mi vientre con mis manos. Cuando llegué a casa, Aaron me recibió con el ceño fruncido y muy enfadado. — ¿Dónde estabas? no vuelvas a irte de casa sin por lo menos decir a dónde vas —- me dijo — Creía que no tenía que darte ninguna explicación de donde voy o vengo — le dije respirando antes hondo y profundo, ya que no necesitaba tener otra discusión con el — ¿Por qué no me has contestado al teléfono? te he llamado varias veces y por lo que se tampoco has dejado que te lleve el chofer en la limu
Cuando separe mis labios de los labios de Aaron, me pude fijar en el semblante de su cara, ya que parecía bastante asombrado por la forma en que lo abrace y lo bese delante de su socio Clay, aunque se recuperó enseguida, ya que el me abrazo con más fuerza y me beso con más pasión de lo que yo le bese, sobre todo por estar como estábamos en un sitio donde había demasiada gente, escuchando segundos después como alguien estaba carraspeando a nuestro lado, haciendo que nos separamos mientras sonreímos, viendo a Clay Martin a nuestro lado sonriendo, nos quedamos mirándolo y viendo como le tendía la mano a Aaron para saludarlo— Hola Aaron, buenas noches Rebeca, veo que estais bien, no hace falta que os pregunte nada por lo que acabo de veros ¿verdad? — nos dijo sonriendo— No la hagas sonrojarse Clay, los hombres estos son muy impredecibles cariño a parte de ser muy tercos — me dijo la esposa de Clay, engarzando su brazo con mi brazo— Ya lo veo Melody, casi todos son iguales — respondió,
Esa tarde paso volando se puede decir, ya que comimos, hablamos y conocimos a bastante gente, aunque estuviéramos Aaron y yo separados de vez en cuando, pero casi siempre congeniamos cuando nuestras miradas se cruzaban, igual que el cuando se acercaba a donde yo me encontraba,y me rodeaba la cintura con sus fuertes brazos y me besaba en el cuello o en mi mejilla, y así sabíamos que estábamos interpretando nuestro papel a la perfección ante las demás miradas que se cernía a nosotros. acercándose una de las veces Clay a nosotros para preguntarle a mi marido, si podían verse a principio de semana, haciendo que a Aaron se le iluminara por unos segundos su rostro con su bonita sonrisa, estrechando los dos hombres sus manos mientras sonreía, hasta que unos minutos más tarde se acercó a nosotros la esposa de Clay, susurrandome mi esposo a mi oído— ¿Nos marchamos a casa, mi amor? — me pregunto Aaron— Sí cariño, la verdad Melody que lo he pasado muy bien, y espero que pronto nos veamos otra
Cuando desperté al día siguiente, me quedé fijamente mirando a Aaron, ya que estaba durmiendo con el torso desnudo, un brazo debajo de su cabeza y su otro brazo encima de su vientre. Me levanté muy despacio para no despertarle,y entré en el cuarto de baño para ducharme, volviendo al dormitorio después de la ducha, tapando mi cuerpo solamente con una de las toallas que cogí. Cuando volví al dormitorio, la mirada de Aaron y la mía se cruzaron, haciendo que sintiera un escalofrío por todo mi cuerpo— Ven aquí Rebeca — me dijo— ¿Qué quieres? Tengo hambre, me voy a la cocina necesito tomarme una buena taza de café ¿te pongo a ti uno? — preguntePero mi esposo se levantó enseguida de la cama, dejándome ver su escultural y desnudo cuerpo mirando como su miembro estaba listo ya para atacar. Quise salir del dormitorio corriendo, pero no pude llegar a la puerta, ya que mi esposo saltó de la cama y me cogió en brazos tirándome a la cama poniéndose él encima de mi, con cada uno de sus brazos a