Cuando Aaron se apartó de mí, se tumbó boca arriba a mi lado en la cama, me quedé mirando sus preciosos ojos, sin poder creerme que ya éramos marido y mujer, que Aaron era ya mi esposo, sintiendo lo feliz que soy con él mientras mi marido me acuna entre sus brazos, descansando a su lado con mi cuerpo desnudo, latiendo todo mi sexo todavía por el placer que me habia dado, besandome Aaron con ternura, perdiendome yo en sus calidos besos y en sus abrazos.— ¿Cómo te encuentras? — me preguntó Aaron, mientras me acariciaba la mejilla con sus dedos— Estoy muy bien — le respondí con una sonrisaNos besamos y nos acariciamos durante unos minutos antes de que morfeo se adueñara de nosotros, quedandome yo dormida, mientras acariciaba con mi mano mi vientre y sonreía pensando en el momento adecuado de decirle a mi marido que íbamos a ser padres. A la mañana siguiente me desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana que había en el dormitorio, sintiendo como mi marido se removía en
Días después volvimos a casa, pero ya nada era como antes de marcharnos, ya que la primera noche decidí irme a dormir yo sola en el dormitorio de invitados aun sabiendo que a Aaron no le parecía bien, pero la discusión que tuvimos momentos antes fue demasiado fuerte. Aunque trataba de dormir, no lo consegui, los nervios y la discusión que tuvimos él y yo en casa, me dejó muy nerviosa, así que decidí, levantarme de mi cama, recorrí el pasillo despacio para acercarme al dormitorio donde estaba durmiendo Aaron, cuando entre me fui acercando a su cama fijandome que él dormía plácidamente boca abajo, rodeando con uno de sus brazos el almohadón de su cama. Observe su cara en la penumbra, recorriendo los labios con mis dedos, ya que no me creía que ese hombre que tanto me beso, me dijo aquella vez en la ducha que me amaba, que recorrimos todo París los dos abrazados, me hubiera acusado de ser una cazafortunas aquella noche, aun sabiendo el perfectamente que no era cierto, ya que teníamos un
Cuando ya me iba a marchar, mi amigo Jimy me acompaño hasta la puerta de su casa, abrazándonos los dos para despedirnos, — Recuerda que siempre que me necesites, me tendras aqui, no te preocupes ahora por nada, cuida a mi niño y cuidate mucho tu — me dijo mi amigo Después de despedirme de mi amigo, decidí que necesitaba dar un paseo antes de volver a la casa donde yo vivía con Aaron, ya que necesitaba aclarar un poco mis ideas sobre lo que yo estaba haciendo con mi vida, mientras acariciaba mi vientre con mis manos. Cuando llegué a casa, Aaron me recibió con el ceño fruncido y muy enfadado. — ¿Dónde estabas? no vuelvas a irte de casa sin por lo menos decir a dónde vas —- me dijo — Creía que no tenía que darte ninguna explicación de donde voy o vengo — le dije respirando antes hondo y profundo, ya que no necesitaba tener otra discusión con el — ¿Por qué no me has contestado al teléfono? te he llamado varias veces y por lo que se tampoco has dejado que te lleve el chofer en la limu
Cuando separe mis labios de los labios de Aaron, me pude fijar en el semblante de su cara, ya que parecía bastante asombrado por la forma en que lo abrace y lo bese delante de su socio Clay, aunque se recuperó enseguida, ya que el me abrazo con más fuerza y me beso con más pasión de lo que yo le bese, sobre todo por estar como estábamos en un sitio donde había demasiada gente, escuchando segundos después como alguien estaba carraspeando a nuestro lado, haciendo que nos separamos mientras sonreímos, viendo a Clay Martin a nuestro lado sonriendo, nos quedamos mirándolo y viendo como le tendía la mano a Aaron para saludarlo— Hola Aaron, buenas noches Rebeca, veo que estais bien, no hace falta que os pregunte nada por lo que acabo de veros ¿verdad? — nos dijo sonriendo— No la hagas sonrojarse Clay, los hombres estos son muy impredecibles cariño a parte de ser muy tercos — me dijo la esposa de Clay, engarzando su brazo con mi brazo— Ya lo veo Melody, casi todos son iguales — respondió,
Esa tarde paso volando se puede decir, ya que comimos, hablamos y conocimos a bastante gente, aunque estuviéramos Aaron y yo separados de vez en cuando, pero casi siempre congeniamos cuando nuestras miradas se cruzaban, igual que el cuando se acercaba a donde yo me encontraba,y me rodeaba la cintura con sus fuertes brazos y me besaba en el cuello o en mi mejilla, y así sabíamos que estábamos interpretando nuestro papel a la perfección ante las demás miradas que se cernía a nosotros. acercándose una de las veces Clay a nosotros para preguntarle a mi marido, si podían verse a principio de semana, haciendo que a Aaron se le iluminara por unos segundos su rostro con su bonita sonrisa, estrechando los dos hombres sus manos mientras sonreía, hasta que unos minutos más tarde se acercó a nosotros la esposa de Clay, susurrandome mi esposo a mi oído— ¿Nos marchamos a casa, mi amor? — me pregunto Aaron— Sí cariño, la verdad Melody que lo he pasado muy bien, y espero que pronto nos veamos otra
Cuando desperté al día siguiente, me quedé fijamente mirando a Aaron, ya que estaba durmiendo con el torso desnudo, un brazo debajo de su cabeza y su otro brazo encima de su vientre. Me levanté muy despacio para no despertarle,y entré en el cuarto de baño para ducharme, volviendo al dormitorio después de la ducha, tapando mi cuerpo solamente con una de las toallas que cogí. Cuando volví al dormitorio, la mirada de Aaron y la mía se cruzaron, haciendo que sintiera un escalofrío por todo mi cuerpo— Ven aquí Rebeca — me dijo— ¿Qué quieres? Tengo hambre, me voy a la cocina necesito tomarme una buena taza de café ¿te pongo a ti uno? — preguntePero mi esposo se levantó enseguida de la cama, dejándome ver su escultural y desnudo cuerpo mirando como su miembro estaba listo ya para atacar. Quise salir del dormitorio corriendo, pero no pude llegar a la puerta, ya que mi esposo saltó de la cama y me cogió en brazos tirándome a la cama poniéndose él encima de mi, con cada uno de sus brazos a
Cuando entre en mi despacho, me senté en el sillon que habia detras de mi mesa del despacho y encendí mi ordenador para empezar a trabajar, cuando de pronto escuche como golpeaban a la puerta de mi despacho varias veces— Adelante — grité, viendo entrar a ClayEnseguida me levanté de mi sillón, abroche el botón de mi chaqueta mientras me iba acercando a donde estaba Clay. Él y yo nos estrechamos la mano, invitándolo a sentarse en uno de los sillones que había enfrente de mi mesa, sentándome yo en mi gran sillón. Esperamos para hablar hasta que mi secretaria nos trajera el café que le pedí cuando entré en mi despacho, marchándose ella después cerrando la puerta una vez que salió.— Según he sabido, tu esposa era una gran empresaria, hasta que las deudas le hizo venderla — me dijo Clay— Si lo sé muy bien, su empresa se la compre yo antes de conocernos, ahora se puede decir que somos socios a parte de ser esposos — le dije— De verdad Aaron que espero que tengais los dos exito, yo creo
Estaba sentada en el sofá del salón hablando con Kristy que ese día vino a mi casa de visita, cuando de pronto escuchamos como abrían la puerta de la casa, mientras mi visita y yo nos estabamos riendo.— Rebeca ¿donde estas cariño? — escuche preguntar a mi esposo— Aaron estamos en el salon — le grité desde el salon, con una especie de sonrisa burlonaAaron apareció de pronto en el salón dirigiéndose hacia yo donde estaba sentada con sus brazos extendidos, que hizo que me levantara del sofá para ir hacia él, cuando ya estaba bastante cerca de mi esposo, me rodeo con sus brazos, abrazándome mientras yo me reía, poniendo después él sus manos en mis mejillas cubriendo mis labios con los suyos, haciendo que sintiera una especie de calidez que me recorrió por todo mi ser, poniéndome Aaron su mano en mi nuca para acercarme más a él, haciéndome gemir cuando nuestras lenguas se rozaron, hasta que escuchamos carraspear detrás de nosotros, arrancandonos a mi esposo y a mi una sonrisa — Cariñ