Cuando estábamos los dos solos en su despacho, Aaron apoyó su cuerpo en su escritorio sin apartar su mirada de mi— ¿No vas a decir nada?, tenemos que preparar una versión sobre nosotros que sea creíble ¿no te parece? — me dijo— Sobre nuestro contrato,dice que no me puedo inmiscuirse en temas personales de mi esposo —- respondí— Vamos Rebeca cariño, hoy con Clay y su esposa hemos tenido suerte, pero habrá más reuniones, cenas, recepciones y no quiero que mi reputación caiga, por una incómoda pregunta que nos hagan — me dijo viendo como cerraba sus puños apoyándolos sobre su mesa del despacho— Mira Rebeca, te voy a contar una cosa que pocos saben, soy divorciado y mi ex esposa me humilló y mucho, por eso la gente que no me conoce bien, dice que soy un mujeriego, pero la verdad, es que no es así, ya que desde mi divorcio no conseguí mantener ninguna relación estable con ninguna mujer, tuve oportunidades eso sí, por eso necesito que seas mi esposa, por que la gente con quien me relac
Al día siguiente cuando me desperté me di cuenta de que estaba sola en la cama, me levanté y entré en el cuarto de baño, entrando seguidamente en la ducha, ya que iba completamente desnuda por la noche tan erótica romántica que tuvimos Aaron y yo, la noche anterior. Despues de ducharme, cogi una de las toallas que habían, cubriendo mi cuerpo con ella, volviendo al dormitorio para vestirme, pero empecé a escuchar la melodía de mi móvil, teniendo que ir al salon que era donde lo tenia, pero cuando iba a entrar al salon me crucé con una mujer mayor, de pelo canoso mirándonos las dos algo extrañadas, ya que yo iba solamente con una toalla alrededor de mi cuerpo, fijándome en cómo me miraba la mujer— Buenos dias, perdon por presentarme así, pero —-- quise seguir hablando, pero la mujer me empezó a hablar con una sonrisa en sus labios— No se preocupe señora, puede coger su teléfono si quiere, me llamo Elisa, el señor ya me dijo que usted viviría en esta casa, soy la ama de llaves del señ
Cuando terminamos de comer, Aaron pidió el postre, que realmente estaba delicioso ya que era de chocolate, mi sabor preferido, mientras estábamos los dos hablando se acercó hasta nuestra mesa una mujer muy guapa, parecía una de esas modelos que salían en las revistas, alta, rubia, con un vestido muy caro y unos zapatos de tacón muy altos y también muy caros, se acercó a Aaron, poniendo esa mujer sus manos en las mejillas de él, apretando sus labios con los de Aaron, mirándolos yo fijamente sin comprender qué narices estaba pasando en ese momento— Hola mi amor, ya veo que estás comiendo con tu secretaria — le dijo ella—- Amanda perdona, Rebeca no es mi secretaria sino que es mi esposa, cariño — contestó él, mirandome la mujer como si quisiera matarme en ese momento— Pero si nos íbamos a casar en unos meses, ¿cómo has podido hacerme esto? —- le dijo ella gritando, mientras se tapaba el rostro con su mano, como si quisiera llorar, fijándome en cómo los comensales que habían en el re
Por la mañana y después de ducharme, escuche como tocaban a la puerta de la habitación donde me encontraba yo sola, al abrir, vi entrar a dos mujeres portando una de ellas un preciosos vestido blanco en sus manos quedando sorprendida al verlo, ya que no esperaba que Aaron lo comprara para nuestra boda, mientras la otra mujer llevaba en sus manos, un maletín que cuando lo dejo encima de la mesa que había y lo abrió pude fijarme en que se trataba de la peluquera, sorprendiéndome aún más. Me hicieron sentarme en unos de los cómodos sillones, para peinarme y maquillarme, ayudandome después entre las dos para ponerme aquel precioso vestido, cuando ya terminaron y me pude ver el espejo que había en el dormitorio me puse a llorar como una niña pequeña, y aunque sabía que mi boda con Aaron no era real, me emocione de todas formas al verme.con aquel precioso vestidoPocos minutos después, tocaron a la puerta y cuando la peluquera la abrió pude ver entrar a un botones del hotel, que se fue acer
Aaron salía en ese momento del cuarto de baño, quedandome con la boca abierta mientras estaba inmovil, mirando su bello torso, como si fuera un Dios Griego, ya que era todo músculos, viendo que llevaba una toalla enrollada en su cintura mirándonos los dos fijamente a nuestros ojos. Conforme Aaron se iba acercando a donde yo estaba, mi corazón empezó a acelerarse cada vez más, pensando en que ya me era imposible huir de donde estaba, ya que estaba completamente inmovilizada sintiendo que mis piernas ya no me corresponden. Tan solo me quede mirando, su cuello, sus pectorales, sus fuertes músculos, que estaban definidos y bronceados, dándome cuenta como mi esposo estaba caminando despacio hacia donde yo estaba. Aaron puso sus dedos en la toalla que llevaba sujetándola haciendo que mi mirada bajara hacia esos gruesos músculos, fuertes y húmedos que tenía mi marido, viendo unos pelillos de bajo de su ombligo que hacia la forma de la V hacia el interior de la toalla. Vuelvo a subir mi mirad
Cuando Aaron se apartó de mí, se tumbó boca arriba a mi lado en la cama, me quedé mirando sus preciosos ojos, sin poder creerme que ya éramos marido y mujer, que Aaron era ya mi esposo, sintiendo lo feliz que soy con él mientras mi marido me acuna entre sus brazos, descansando a su lado con mi cuerpo desnudo, latiendo todo mi sexo todavía por el placer que me habia dado, besandome Aaron con ternura, perdiendome yo en sus calidos besos y en sus abrazos.— ¿Cómo te encuentras? — me preguntó Aaron, mientras me acariciaba la mejilla con sus dedos— Estoy muy bien — le respondí con una sonrisaNos besamos y nos acariciamos durante unos minutos antes de que morfeo se adueñara de nosotros, quedandome yo dormida, mientras acariciaba con mi mano mi vientre y sonreía pensando en el momento adecuado de decirle a mi marido que íbamos a ser padres. A la mañana siguiente me desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana que había en el dormitorio, sintiendo como mi marido se removía en
Días después volvimos a casa, pero ya nada era como antes de marcharnos, ya que la primera noche decidí irme a dormir yo sola en el dormitorio de invitados aun sabiendo que a Aaron no le parecía bien, pero la discusión que tuvimos momentos antes fue demasiado fuerte. Aunque trataba de dormir, no lo consegui, los nervios y la discusión que tuvimos él y yo en casa, me dejó muy nerviosa, así que decidí, levantarme de mi cama, recorrí el pasillo despacio para acercarme al dormitorio donde estaba durmiendo Aaron, cuando entre me fui acercando a su cama fijandome que él dormía plácidamente boca abajo, rodeando con uno de sus brazos el almohadón de su cama. Observe su cara en la penumbra, recorriendo los labios con mis dedos, ya que no me creía que ese hombre que tanto me beso, me dijo aquella vez en la ducha que me amaba, que recorrimos todo París los dos abrazados, me hubiera acusado de ser una cazafortunas aquella noche, aun sabiendo el perfectamente que no era cierto, ya que teníamos un
Cuando ya me iba a marchar, mi amigo Jimy me acompaño hasta la puerta de su casa, abrazándonos los dos para despedirnos, — Recuerda que siempre que me necesites, me tendras aqui, no te preocupes ahora por nada, cuida a mi niño y cuidate mucho tu — me dijo mi amigo Después de despedirme de mi amigo, decidí que necesitaba dar un paseo antes de volver a la casa donde yo vivía con Aaron, ya que necesitaba aclarar un poco mis ideas sobre lo que yo estaba haciendo con mi vida, mientras acariciaba mi vientre con mis manos. Cuando llegué a casa, Aaron me recibió con el ceño fruncido y muy enfadado. — ¿Dónde estabas? no vuelvas a irte de casa sin por lo menos decir a dónde vas —- me dijo — Creía que no tenía que darte ninguna explicación de donde voy o vengo — le dije respirando antes hondo y profundo, ya que no necesitaba tener otra discusión con el — ¿Por qué no me has contestado al teléfono? te he llamado varias veces y por lo que se tampoco has dejado que te lleve el chofer en la limu