CAPITULO VEINTIOCHO

Erickson

—¡No Isabela! ¡Joder ven para acá! ¡Deja de correr!

Tener a Isabela de esta manera ha sido un martirio estos últimos días, se la pasa queriendo escapar y golpeando a todo aquel que se le acerqué, sin importar quien sea. Entregarla hace un par de semana en mi manada fue un completo error, eso pienso ahora, ya que nadie es rival para su agilidad.

Areteusa se llevó un ojo morado por darle de comer un día, dijo que se lo perdonaría

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP