Isabella
Adormitada, así me sentía, era como despertar de un sueño después de haberme desvelado por días. Pestañe varias veces al escuchar el sonido de una cascada que se acercaba. Pero las cascadas no tienen como moverse. Eso o era yo recuperando mi conciencia. Y así era. Despertando en un lugar lejos de lo que era la manada del Alfa Maxwell. Esto era como... ¿Las cascadas del Niagara?
Era de noche, las cascadas se veían hermosas con la luz multicolor. Además el cielo se veía estrellado, demasiado mágico para ser real. ¿Quién me
EricksonAreteusa analizaba el cuerpo de Isa mientras esta seguía inconsciente en su cama. Llegamos lo más rápido que pudimos cuando recibimos la llamada de sus padres diciendo que ella había vuelto a despertar. Al principio no entendimos pero cuando llegamos y la vimos tan cambiada como cuando no había perdido la memoria, entendimos. Pero las cosas no acababan ahí, notamos ese nuevo color en su cabello. Ese rojo fuego que parecía la llama de un fosforo encendido.Se veía hermosa, pero al mismo tiempo nos preocupó y quisimos saber la razón por la cual ella e
—Cariño, es hora.—Voy.Tome un gorro de Lana para ocultar mi cabellera tintada y lo coloque sobre mi cabeza al estar bajando las gradas del porche. Mi madre me esperaba sonriente, lista para ir a la plaza por las compras. Häel me advirtió que no le acompañara porque después me arrepentiría. No quise escucharlo así que, aquí estoy, caminando con Elizabeth Miller del brazo hasta la plaza y el súper.Mi madre llevaba una falda de flores larga y una blusa d
MaxwellEn mi habitación, sujetado a la cama con cadenas de acero, me preparaba para ser sometido de nuevo a la revisión de Häel. Sus manos cubiertas por guantes de látex preparaban una jeringa llena de ese líquido negro que siempre entraba por mis venas y estremecía mi sangre, causando dolor en cada extremidad por donde pasara la misma.Häel se encargaba de revisar mi control cada semana. En esta ocasión haría el procedimiento dos veces, asegurándose que no haya salido de control mi manejo con mi otra mitad. Me comentó que por las noches salía son
Isabella—Isa, me encantaría presentarte a tu profesor. Erickson Griffin.Para ser una tarde tranquila, resultó ser lo contrario. Maxwell me trajo al patio trasero, solo para ver entrenar a Erick. Recuerdo perfectamente su cuerpo sudoroso al entrenar, admito que es tentación. Pero debo parecer lo más relaja e indiferente posible. Verlo frente a mí con el cabello húmedo y ese pecho agitado... mi mente piensa cosas calientes.—¿Profesor?
Maxwell—¡Perdóname pero no sabía que esto pasaría! ¡Ella siempre ha sido fuerte! ¡No imaginé, no pensé que el poder era demasiado para que soportara un cuerpo mortal!La disputa estaba desde hace media hora, después de ver a Isabella caer de espalda como peso muerto, fue llevada a su recámara para ser atendida por Areteusa. Pero la bruja nos confesó una verdad que nadie quisiera saber, sobre todo si se trata de la mujer que amas.
IsabellaCaí de espaldas a lo que imagine era un suelo, demasiado helado. Mi espalda sintió alivio, el sudor escurría por mi cuello y frente, el cansancio atacó mi cuerpo como saco de boxeo.—Me canse —Jadeo—... estoy muerta...—Literalmente.Fruncí mi entrecejo y gire mi cabeza, aún en el suelo, en dirección de la loba
Häel—Mi hija —ver morir a tu propio hijo es un vacío que posiblemente nunca superaras—... mi bebé...—Isa...Y la pérdida de una pareja. A esa no le veo tanto sufrimiento. Puedes volver a enamorarte, volver a ser feliz y superar tus dolores del pasado. No es tan trágico como la muerte de un hijo. Podrías ver lo primero como una hoja de papel hecho añicos, quizás los pegues pero jamás volverás a verlo de la misma manera. Lo segundo puedes verlo como el agujero de una pared o en la tierra, lo rellenaras, podrás pasar sobre él y no caerás de nuevo.Es lo mismo con una amistad.—Capullo —Erick no se había despegado del cuerpo, solamente cuando se arregló, pero ahora no se despega del ataúd—... no has podido florecer. Ansiaba poder ver tus pétalos brillando con la luz de tus logr
EricksonLo único que ha pasado aquí es el tiempo. Lento, largo, tortuoso, como el salpicar veneno en tu piel descubierta.Las personas que llegaron se fueron, dejando solamente la familia para que pudieran estar solos. Tradicionalmente solo se va a un velorio para poder dar el pésame y después desaparecer. Si es la familia del alfa es señal de respeto. Algo que me sorprendió mucho cuando vinieron. No imagine que la considerarían parte de la manada. No después de lo que me conto que paso antes, cuando aún se sentía alguien anormal.Pero solo nosotros fuimos quienes vieron a Isabela convertirse en otra persona y darlo todo, somos quienes la conocieron y adoraron por quien era y no como la vieron el resto. Pero hay una persona entre todos nosotros que no puedo sacar de mi mente rencorosa.—Ha llegado el momento.Häel se había acercado