ISABELLA
No debería pensar en esto.
No debería pensar en él.
Pero mi mente me traiciona una y otra vez.
No puedo ignorar lo que pasó anoche.
El calor de sus manos en mi cintura, la tensión en su mandíbula, la forma en que su cuerpo se endureció cuando me sostuvo.
Gael Montenegro es un monstruo.
Me ha secuestrado. Me ha mantenido cautiva en esta casa, en su mundo.
Y sin embargo…
No me tocó.
No aprovechó la cercanía. No me hizo daño.
¿Es posibl
GAELNo he pegado el ojo en toda la maldita noche.Cada vez que cierro los párpados, la veo.La siento.El roce de su piel bajo mis dedos, la forma en que su respiración tembló cuando la toqué.Sus labios entreabiertos.Su maldita boca, siempre lista para desafiarme.Hija de puta.Me levanto de la cama con brusquedad y me paso una mano por el rostro, tratando de borrar esas imágenes de mi cabeza.No puedo permitirme esto.No puedo desmoronarme ahora.Este no era el plan.
GAELEl sonido de los disparos es lo único que llena mi cabeza.Pero mi prioridad es clara: ella.Jalo a Isabela con fuerza mientras mi mente trabaja a toda velocidad. Esto no estaba planeado.No así.Sabía que algún día esto pasaría. En mi mundo, la guerra siempre llega. Pero no esperaba que fuera tan pronto, ni que la casa quedara tan expuesta.Y sobre todo, no esperaba tener que proteger a alguien más además de mí mismo.Mi mandíbula se tensa mientras empujo la puerta del refugio con fuerza.El pasillo está despejado, pero eso no durará mucho.
ISABELLANo puedo quedarme aquí.No después de lo que pasó anoche.No después de la forma en que casi lo besé.O peor.La forma en que él casi me besó a mí.Sigo sintiendo sus manos en mi cintura, la fuerza con la que me sujetó, como si estuviera a segundos de perder el control. Como si la línea entre odio y deseo se estuviera desdibujando.Pero esto no es un maldito romance.Es un secuestro.Y si no hago algo pronto, voy a perderme en él.La idea de
ISABELLAEl disparo sigue resonando en mi cabeza.El eco del balazo. El cuerpo cayendo. La expresión de Gael después de hacerlo.No hubo duda en su mirada.No hubo vacilación en su pulso.Un solo tiro. Un solo segundo.Un solo instante que lo separa de la vida y la muerte.Se supone que debería estar horrorizada.Que debería querer gritar, llorar, golpearlo.Pero no lo hago.Porque aunque mis manos están frías y mi corazón golpea contra mi pecho, hay algo en mí que no esperaba sentir.No esperaba dudar.Desde el ataque, la casa se siente diferente.Más silenciosa. Más tensa.Gael no dice mucho, pero su presencia es más imponente que nunca.Me mantiene vigilada.Ya no tengo tanta libertad para moverme.Los hombres que trabajan para él están en alerta constante, murmurando entre ellos, reforzando puertas y revisando cámaras.Pero lo que más me inquieta es cómo lo miran a él.No solo con respeto.Sino con algo más.Algo cercano al miedo.Gael Montenegro no es solo un criminal.Es un líde
GAELEl aire en la habitación pesa.Estoy de pie frente a la ventana, observando las sombras de los hombres que patrullan la propiedad. Desde el ataque, nadie ha dormido bien. Ni siquiera yo.La seguridad se ha triplicado, las cámaras están activas las veinticuatro horas del día y Lorenzo ha distribuido armas estratégicamente en toda la casa. Pero algo me sigue carcomiendo por dentro.El ataque no fue orquestado por Octavio del Bosque.Al menos, no directamente.—¿Quién más podría estar detrás? —pregunta Lorenzo desde el umbral de la puerta. Su tono es serio, calculador.Cruzo los brazos, sintiendo la te
GAELEl crujido de los huesos al romperse siempre ha tenido un sonido peculiar, como un chasquido seco seguido de un gemido ahogado. En este caso, es el brazo del hombre que tengo frente a mí el que se dobla en un ángulo antinatural. No grita. Le doy crédito por eso. Se limita a jadear y apretar los dientes con fuerza, los nudillos blancos por la tensión.—No me hagas perder más el tiempo, Ramiro —digo con calma, sacudiéndome el polvo inexistente de las manos. Estoy de pie frente a él, con las botas bien firmes sobre el suelo de concreto del almacén. Detrás de mí, mis hombres esperan en silencio. Saben que cuando estoy en este estado, lo mejor es no interrumpir.Ramiro me mira con ojos desesperados, las pupilas dilatadas por el dolor. La lámpara colgante sobre nosotros proyecta sombras irregulares en su rostro sudoroso.—Gael, te lo juro… no tenía opción.Entorno los ojos. Me inclino hacia él, acercando mi rostro al suyo.—Siempre hay opción. Y tú elegiste la peor.Su traición fue una
ISABELLADesde que tengo memoria, mi vida ha sido perfecta. O al menos, así es como se supone que debo verla.Nací en una cuna de oro, en el seno de una familia influyente. Mi padre, Octavio del Bosque, es un hombre poderoso, respetado y temido en los círculos más altos de la sociedad. Crecí rodeada de lujos, con todo lo que cualquier persona podría desear: ropa de diseñador, viajes exóticos, fiestas exclusivas, acceso a los mejores restaurantes, los eventos más importantes, los contactos más valiosos.Pero también crecí con restricciones.Mi vida ha estado llena de normas no escritas, de límites disfrazados de protección, de una vigilancia constante que me hace sentir como un ave enjaulada. La jaula es de oro, sí, pero sigue siendo una jaula.Mi padre nunca me ha dicho exactamente a qué se dedica, pero sé que no es un simple empresario, como él finge ser. Hay demasiados secretos, demasiados silencios en nuestra casa. Mi madre murió cuando yo era una niña, y él nunca habla de ella. Cr
GAELEl silencio en la habitación es denso, cargado de un tipo de oscuridad que no necesita palabras para sentirse.Desde mi posición, observo cómo su cuerpo comienza a reaccionar. La respiración entrecortada, el leve temblor en sus pestañas, el movimiento involuntario de sus dedos. Su mente está regresando de ese letargo forzado, despertando en un lugar que no reconoce, en un mundo donde ya no tiene el control.La espera es entretenida.Me mantengo apoyado contra la pared, los brazos cruzados sobre el pecho, la mirada fija en ella. He presenciado esta escena cientos de veces, en diferentes circunstancias, con diferentes personas. Pero ella…Ella es diferente.No por quién es.Sino por lo que significa.Cuando sus ojos finalmente se abren, el desconcierto es inmediato. Se notan vidriosos, confusos, tratando de adaptarse a la escasa luz que ilumina la habitación.Parpadea varias veces.Toma una respiración profunda.Entonces, el miedo la golpea.Puedo verlo en su cuerpo cuando se tensa