Parado frente a las puertas cerradas, su padre lo fulminaba con la mirada; mientras Ethan dio un giro como si fuera un soldado y se colocó, con las manos atrás, firme junto a la pared. Teo se acercó. Escuchó los zapatos raspar el suelo por detrás; pero los chicos aún no se habían ido. La sangre en la nuca se había coagulado, quedando tiesa sobre su piel, formando líneas duras. Cualquier dolor se esfumó, reemplazado por el retumbar del corazón y la sangre corriendo por sus venas en torrentes apresurados.
Cuando estuvo a tres pasos de distancia, se detuvo. Su padre respiraba agitado. Sus fosas nasales se abrían y cerraban; en tanto, las manos en puños temblaban. Al tenerlo cerca, dio un paso al frente y alzó la palma. Teo giró la cara, cerrando los ojos; pero una mano en su barbilla lo obligó a regresar el cuel
-Estoy de acuerdo en eso - extendió la mano, cerrando el trato. Teo no pudo ni reprochar la decisión - es tarde, no lo haré perder más el tiempo. Haré llegar sus honorarios por la mañana.-Gracias por su preocupación. Entonces me retiro - guardó sus cosas, se despidió de cada uno y se fue.Enseguida, su padre se sentó en el sofá frente a ellos. Tenía una mirada fija; pero parecía haber culpa en sus ojos. Juntó las manos, luego, cerró los ojos por un largo tiempo. Cuando los volvió a abrir, habló lentamente - Cuando vi que estabas de nuevo con esos chicos, creí que ellos eran los incitadores para escaparte - sus cejas seguían más alzadas de lo normal.Al escucharlo, su madre, a un l
La sangre que manchaba su cara había sido limpiada. La tensión que demostró por la noche, se esfumó - ¿a qué te refieres? - preguntó simplemente.-a cuando te ofendí en el restaurante - sus dedos se apretaron - dije algo que te molesto.Ethan no vaciló, manteniendo la vista fija en sus ojos - no sé de qué hablas.Teo inhaló - Bien, si no quieres ser sincero está bien - Bajó las manos y las limpió en su pantalón - supongo que mi comentario fue imprudente. De cualquier manera, me disculpo.El silencio inundó el lugar; mientras Ethan se concentraba en sus ojos como si fuera la única cosa que juzgar en la habitación. De pronto, Ethan abri&oac
Teo se sentó - no quiero que le pase algo por mi culpa. Sólo quiso agradecer el favor dándome las llaves.-Estaré alerta - Ethan se levantó.De inmediato, Teo se paró también - ¿ya te vas?.-Sí, debes dormir - salió del espacio de la silla para luego meterla bajo la mesa - también, recuerda comer bien. Has perdido mucho peso desde que te conocí.Teo apretó los labios, avergonzado - ¿por dónde saldrás?. Alguien puede verte desde el balcón por el muro del fondo.Ethan fue a la puerta - tendré cuidado - abrió y salió al pórtico
El aire estaba quieto, dejando las hojas en paz. El libro se quedó varado durante el día, en una página desconocida. Llevaba mucho tiempo soportando frío, viento y sol. Lo olvidó ahí la noche que hizo huelga para lograr asistir a clases. Como lo terminó de leer, no se preocupó en recogerlo. En ese momento, se convirtió en parte del paisaje.-¿Has decidido trabajar de día? - rompió el silencio.-Sí. Por la noche no hay mucho que hacer; así que no habrá problema si no estoy - su perfil era firme. Sentado con las piernas dobladas y la espalda recta; mientras mantenía las manos en las rodillas como si estuviera meditando.-¿te irás rápido? - Teo imitó su forma de poner las piernas - Qu
La brisa paró al amanecer. Mojando el árbol del patio. A través de sus hojas, una gota se deslizó cayendo hacia abajo, pasando de rama en rama. De pronto, el árbol se agitó levemente haciendo que la gota se desviara del camino, dirigiéndose al suelo; sin embargo, su trayectoria fue bloqueado y en cambio, cayó sobre una cabeza cubierta por cabellos húmedos.El joven chico sostenía, entre sus manos, un libro. Protegiéndolo de la brisa con su cabeza agachada. Al sentir la gota deslizarse por su cabello, se sacudió, mandando un ciento de gotas a volar alrededor. Estaba tan concentrado en la lectura que no fue consciente del tiempo hasta que amaneció. Estuvo haciendo huelga desde la noche anterior; así que no entró a casa a pesar del clima húmedo y se distrajo por completo cuando empezó su nuevo libro.-Teo - una voz suave lo llamó desde un lado.Por costumbre, siempre respondió a su llamado - ¿Sí?.Desde las orillas del patio, su madre lo llamó - Ven a desayunar.Sin pensarlo dos veces, r
Corrió emocionado hasta que encontró a la gente agrupada en la calle. El sudor se acumuló en su frente, no sólo por el ejercicio; sino que también por los nervios que lo invadían. Paró justo antes de introducirse en la multitud, asesando. Algunas personas tenían caras conocidas, vistas en reuniones algunas veces. De repente, escuchó - ¿Teodoro? - sus ojos se abrieron, buscando el sonido.-Ah, es cierto, es él - por un lado, dos personas salieron de entre la multitud - ¿no es un milagro o será una alucinación? - uno de ellos bromeó.-Oh, chicos - Teo los saludó.Se acercaron uno a cada lado y los dos pusieron una mano en sus hombros - No te has escapado de casa, ¿verdad? - con pesadez, recibió las palmadas de los dos chicos que tenían una gran sonrisa en el rostro.-Claro que no - sonrió, arreglándose la ropa - me han dado permiso de asistir a clases.-¡Qué bien! - el de la izquierda, vestido con un traje cafés, dio otra palmada - estarás en nuestro grupo.El otro, con camisa gris y pa
Los dos jóvenes se vieron entre sí, luego miraron a Teo - Mis padres me obligaron - sus voces se mezclaron, convirtiéndose en una sola. Los dos se vieron de nuevo y rieron.Teodoro se sorprendió - ¿en serio no les importa ni un poco estar aquí?.Oliver bufó - ¿para qué?, prefiero estar en la calle que aquí sentado.-Cualquier lugar es mejor que este - agregó Edgar. Después, el de ropa gris lo miró - ¿y tú por qué has venido?.-Cierto - exclamó el otro - es muy extraño que tus padres te dejen salir, ¿también te obligaron?.Teo meneó la cabeza - No, logré convencerlos para que me permitieran asistir. Quiero conocer otros lugares. Si gano el examen me dejaran ir.Los ojos de Oliver se abrieron - Oh, te irás lejos y aún así te patrocinarán el viaje - suspiró, poniendo una mano en el suelo para apoyar su peso en ella - A mi me amenazaron con que si no venía aquí, dejarían de darme dinero.Edgar colocó una mano en el hombro de Oliver, sonriendo - Realmente eres mi hermano. Mis padres me han
La señora sonrió - Es algo bueno - luego, sus ojos se desviaron al espacio vacío entre Teo y la puerta - ¿regresaste acompañado? - preguntó con calma - ¿tus amigos están aquí?.El aire se escapó de sus pulmones - No, he vuelto solo.La señora lo vio, con la espalda erguida - Abre la puerta - pidió.Teo exhaló suavemente a escondidas. Después abrió, caminando; en tanto empujaba la puerta. No se atrevió a negarse porque sería extraño; así que se paró a un lado, descubriendo el interior del cuarto. Desde la entrada, los ojos de su madre pasaron por cada rincón de la habitación. El corazón de Teo palpitó en su pecho, temeroso que descubriera la mentira. Los ojos recorriendo en un círculo hasta posarse en el joven parado estático sosteniendo la puerta a su espalda.La señora lo miró sin decir nada - ¿pasa algo? - preguntó, conteniendo los nervios.La señora negó, desviando la mirada. Tomó los extremos de su vestido, girando para marcharse - Creo que vi mal - volteó la cabeza, dedicándole