Andrey oyó que Brany daba las gracias débilmente con aquella voz tan suave que tenía, cuando estaba en la cocina para desayunar, no me había mirado para nada. Maldita sea… Aquel no era el momento ni el lugar para dejarse llevar por su repentina atracción por esa jovencita decía Andrey. Había tenido meses encerrado desde la muerte de su esposa, y esa joven le hacía sentir cosas diferentes. Y especialmente la noche anterior por poco no comete un error agarrafar en su vida. Después de la muerte de su esposa no tenía amigas y, si las tuviera, jamás traicionaría la memoria de su amada esposa, pero aquella jovencita lo tenía loco se estaba obsesionando con ella.— Buenos días Mika, como amanece. _dijo Iván mirando a todos en la mesa.— Gracias Iván, amanecí bien.— Me alegra mucho ya le sirvo. —le dijo Encarnación.— No se preocupe Encarnación yo lo hago.El se quedo mirando a Brany, y se dijo que ella iba a vivir en su casa. Y no era niña o si. Andrey había pasado a encontrarse en una sit
Aquel día se hizo un infierno para Andrey quería que Brany trabajara en la empresa con el, y que ella estuviera cerca de el. Algo le estaba pasando en su vida. Pero el no sabía porque aquella pequeña lo hacía sentir de esa manera. Cuando regreso Iván con Fran aquel se extraño a ver a su amigo en ese descuido que estaba.— Por Dios Andrey que te ha pasado.— No me preguntes nada Fran, solo quiero hablar contigo un buen rato de algo importante.— Esta bien cuéntame.— Iván por favor ve por Clarisa.Al salir Iván de la oficina y dejar a los dos en ella, Andrey se acerca a la mesa del bar y le ofrece a Fran un trago de licor. El cual el acepta, poniéndolo en la mesa del escritorio y se sienta. Y mira todo a su alrededor.— ¿Qué querías hablar conmigo Andrey.— Vamos a hablar largo rato así que siéntate y ponte cómodo.Los dos se quedaron en la oficina hablando. Al los días, en la oficina estaba Andrey no había podido olvidar las palabras de Encarnación cuando le dijo que él no era el tip
Andrey Vladímir Románov Pankratov sabía que su esposa había muerto y, para su desgracia, estaba embarazada de su primer hijo. Cuando tuvo el accidente que la llevó a la muerte, durante el tiempo que estuvo casado con ella era muy feliz, pero lo que no esperaba era aquella tragedia tan fatal en su vida. Ver el entierro, el ataúd de su esposa donde tenía algunas flores encima y, alrededor de la tumba, había algunos amigos y familiares con los ojos humedecidos que ellos habían conocido en su vida. El padre de su esposa se había marchado minutos antes con el corazón destrozado. Estaba muy triste y necesitaba descansar, llevaba mucho tiempo sin dormir y el viaje a Rusia desató en él un estrés que el médico le mandó reposar. Él tampoco podía decir nada al respecto, ya que también necesitaba descansar de todo aquello. Su relación con su esposa era única y especial, pero el no tenerla a su lado más le dolía más que nada en el mundo. En su interior tenia una auténtica guerra de desgaste, ya
Mientras Branyelith recorría los pasillo del convento, hacía la dirección de la madre superiora, Encarnación esperaba por ella allí. Ella oyó comentarios que se hacían a sus espaldas y no pudo evitar sonreírse. Aquella mañana acababa de ser informada que después de muchos años en el convento, alguien vendría por ella. Aún ella era un chica inocente, sus compañeras la invitaban a qué se escapara con ella de noche, su decisión siempre había sido no... para ella sus hábitos eran leer y dormir temprano. Se enteró un día que sus compañeras fueron castigadas por las hermanas del convento sin contar la notificaciones a sus padres.Eso a ella la entristecía ya que sus padres habían muerto en un accidente aéreo dónde ella por la gracias de Dios se salvo, pero no pensaba más en ello solo a veces tenía pesadilla. Sus compañeras y el resto de las hermanas del convento la iban a extrañar mucho porque era una chica muy carismática y traviesa. Ella formaban un buen equipo, así le dolía dejar aquel l
Branyelith llevaba ya un rato en la amplia habitación donde su madrina la había llevado, y después de haber estado leyendo media hora, por lo que tenía la garganta seca, quería ir a la cocina. Se incorporó y examinó la habitación para comprobar que todo estaba en su lugar. Efectivamente, la habitación seguía siendo un lugar seguro y hermoso para ella. Desgraciadamente, en el exterior todo había cambiado. Para siempre. Salió de puntillas y cerró la puerta. El escucha que nadie estaba por allí, era su oportunidad de comer algo y beber un poco de agua como lo hacía en el convento donde ella había estudiado. Dos plantas más abajo, estaba la cocina, y allí se encontraba Valeria la cocinera. Cuando ella había llegado su madrina se la había presentado. Le había dejado un plato de macarrones con queso guardado si le daba hambre, ella lo agradeció profundamente mientras lo metía en el microondas. Aquella semana, para Brany era horrible, siempre tenía pesadillas de la muerte de sus padres, y
Andrey por primera vez desde que conocía a Encarnación le levanto la voz.— ¿Qué ocurre contigo Carmelina?— Necesito hablar algo importante con usted, antes que se entere por otro lado.— Soy todo oído Carmelina.— Recuerda que en el entierro de su esposa le dije— Recuerda que en el entierro de su esposa le dije que iba a viajar, que después le contaría los detalles a mi regreso.— Si, creo haberlo escuchado, de que se trata.— Bueno señor Alexio, me han otorgado la tutela de una ahijada mía, ya que ella no tiene familia y soy su único pariente que tiene ella, tuve que ir por ella a Inglaterra, después de resolver algunas cosas en Venezuela por la parte legal de ella.— Que me quieres decir con todo esto Carmelina.— Que la joven esta ahora en la mansión y hoy hubo un inconveniente con ella, al aparecer los reporteros que aparcaban a la entrada de la mansión le tomaron fotos y tal vez tenga inconvenientes en eso mañana en las noticias.Alexio por primera vez que conocía a Carmelina
Mientras que en la habitación que Encarnación le había asignado a Branyelith, esta estaba tan inquieta que salió un momento a la cocina por una taza de chocolate, que le había hecho la cocinera. Estaba totalmente ida de si, cuando entro en el cuarto sintió que alguien la observaba. Pero no le dio importancia, y salió a la pequeña terraza de nuevo y miro el cielo estrellado, y de pronto sintió que la observaban de nuevo. Entonces sintió un escalofrío por todo su cuerpo, que entro a su habitación a toda prisa. Estaba un poco asustada y se acostó pensando en aquello, en que alguien de la casa la observaba. A la mañana siguiente, se levanto muy relajada y se aventuro a la cocina, para colaborar con la cocinera y esta estaba muy contenta porque, aquella pequeña decía una cosas que ella se reía. — Eres muy graciosa muchacha. — Me gusta hacer feliz a las demás personas. — Dime que aprendiste en ese convento de monjas. — Buenos el convento era de señoritas, así que allí aprendimos hace
Aquel día se hizo una pesadilla para el cuando esa mañana le llevasen esa bandeja como la preparaba su esposa eso lo molesto mucho, que llego a la empresa sin comer nada. Llevaba viviendo unos días terrible con el fallecimiento de su esposa, real eso era cierto pero aun le dolía su partida y más que llevaba un hijo de meses en su vientre. Al menos, no había ninguna fotografía que lo hiciera recordar ese fatídico día. Él habían sido personajes muy populares para la prensa, pero su vida familiar había quedado completamente al descubierto para los periodista. Andrey miraba por el ventanal de su oficina recordando todo aquello que había pasado. Cuando Iván entra sin ser sentido a la oficina. — ¡Andrey!. Él voltio la cabeza. Sus ojos no expresaban emoción alguna. Durante un segundo, no pudo recordar quien lo llamaba, porque estaba sumido en sus pensamientos. — Iván que pasa. —dijo por fin. El no pareció darse cuenta del tiempo que él tardó en responder. — Todo el mundo se ha ido Andrey