Estamos solos en la habitación. Es él quien pone el mando del ultrasonido en mi vientre y nos miramos a los ojos, rendidos ante la sensación de oír los latidos descobocados de nuestros hijos.Nunca, estoy segura...pensamos estar ante esta situación. Jamás nos vimos teniendo bebés y levantando de las cenizas un imperio en conjunto pero sin embargo aquí estamos... en una sola piel haciendo algo tan maravilloso como crear nuestra propia vida en conjunto.Y detrás de todo eso, suenan los corazones de nuestros hijos, nuestros propios corazones se aceleran ante la sensación y nos miramos cómplices de la felicidad. —¡Es maravilloso! —susurra en una especie de introspección —. No entiendo la imagen pero oírlos es tan increíble que hace que sienta que todo vale la pena.Tomo el palitroque de plástico con mi mano y le veo caer de rodillas a mi lado mientras yo sostengo el sonido entre los dos. Está tan absorto en conocer a sus hijos que ha entrado en otra dimensión. Sus deliciosas manos abraza
—Iban a llevarte de regreso a la cárcel por no entregarlo.—¿A Samuel? —pregunto.—Sí, nena, a él —su rictus es de enfado —. Me arde el pecho cada vez que ese tipo forma parte de mis conversaciones contigo, en fin —no me deja hablar y prosigue —. Para salvarte decido vender a mi padre. Era el trato que me pedían para conservar a mi mujer y mi hijo. Entonces buscando como hacerlo descubro que fue él quien mató a mi madre y sin pensarlo dos veces fui a ver a Claudio, le ofrecí un trato enorme a cambio de tu vida, Nikky, incluso dándonos por muertos pero tenías que salvar a ese...y aquí estamos, improvisando algunas cosas.Me quedo en silencio un instante sopesando lo que acaba de decir y hasta donde es capaz de llegar por mi. Todas las veces que he pensado que no estaba a la altura del riesgo no estaba sino siendo una malagradecida malcriada. Este hombre, este que da tanto miedo cuando le miras a los ojos, que se pone trajes peligrosos para exhumar poder ante diplomáticos como delincuen
Ian Moskav Ella me vuelve loco, me hace mutar a estúpido y no razono con sentido cuando estoy entre sus piernas. Que me proponga estarlo y no poder hacerlo me pone mucho más irascible que de costumbre.La he traído conmigo al congreso del crímen. Más allá de prepararla para mi regreso político tiene que estar dentro de la plana criminal, estas personas por mucho que parezcan trajeados y elegantes son absolutos canallas al mando todos, de los submundos del crimen.—Céntrate —le riño sin ánimos —. Todo lo que quiero es hacerte mía por horas pero ahora no puedo, no me hagas responsable de las terribles consecuencias si me sigues provocando.Su risa bajita me enmudece. Me 9lanteo por un segundo dar media vuelta, meterla al coche y hacer que se aferre al respaldo del Royce mientras me la follo con las tapas de sus nalgas abiertas en mis palmas sudorosas. ¡Maldición!¡Estoy empalmado!—No me digas cosas como esas si quieres que me calme —tira de mi corbata frente a todos, nos detiene y se
—Espera no lo digas...Lo conozco tanto que le interrumpo y pongo un dedo en sus labios para que no confiese algo que puedo ver como le atormenta.Yo he sido una muñeca rota desde hace mucho tiempo y Ian ha sabido unir cada pedazo destrozado de mi, y lo ha hecho tan bien que se ha vuelto parte de cada uno de ellos y cuando algo le atormenta me atormenta a mi también. No podría dejar de proteger algo que amo tanto cuando eso me cuida a mi misma y a nuestros hijos ahora.—¿Que pasa? —susurra.Ese murmurar me dice que algo no va bien ahora mismo. Siento que necesita la misma pausa que yo. Un segundo detenido en nuestro tiempo. Un instante para los dos, un segundo a solas.Ian nunca susurra fuera de la cama, él es valiente...poderoso y sin miedos, nunca habla bajito ni teme nada de lo que dice o ama y si me susurra algo es porque no quiere hacer algo que estaba por hacer. Ian es un hombre decidido que sabe lo que quiere y exactamente como lo quiere, no hay margen de error en nada. Amo sus
En un parpadeo la vida cambia. En menos incluso, la vida puede ponerte en un extremo lejano de donde te tenía y a mi me ocurrió así cuando mis ojos se cruzaron con los suyos.Ian me vió antes, eso ya lo sabemos y se quedó prendado de mi pero nunca pensé que su parpadear sobre mi, me fuera a cambiar enteramente. Llegamos a una playa, lejos de Rusia. Un descanso de toda nuestra demente vida y aquello que nos espera dentro de poco, solo a la distancia de nuestro regreso y en esta playa que ahora miro desnuda desde la ventana de nuestra habitación, soy feliz. Así, con mis pies descalzos sobre la madera oscura, sus manos en mi vientre y su desnudez detrás de la mía en tanto su boca juega en mi pelo y sus labios confiesan promesas, pecados y deseos en mi oído.—Pon tus manos sobre las jambas a tus lados y no te sueltes, no te sueltes —ordena y el aire me eriza los pezones pero mi sexo late entre mis piernas por su cercanía y morbosa forma de hablarme al oído.—Ian... —gimo cuando lleva sus
Los amigos de Ian, la pareja recién casada es muy maja. Ellos hablan de sus cosas, nosotras paseamos por la playa comentamos de bolsos y de lo cavernicolas que pueden llegar a ser estos hombres de los que estamos profundamente enamorados y resulta, que en medio de toda la vorágine de la visita, ella recibe una llamada y necesita salir de la isla para solucionar algo en lo que su marido es el principal ajeno al asunto.De alguna forma siento que tengo que ayudarla y no sé por qué más de una vez me he visto a mi misma reflejada en ella. Me doy la vuelta para ordenar a los hombres de mi marido que nos prepare el helicóptero para salir. Mientra ella organiza sus ideas yo preparo el despegue para ver el rostro de Samuel aparecer en la pantalla de mi móvil.Cuando voy a responder el teléfono desaparece de mi mano y sorprendida miro hacia atrás para ver que el guardia de Ian con el que acabo de discutir sobre el despegue sin el conocimiento de mi marido, se lo lleva.—Lo siento, señora —alz
Decir adiós a mis nuevos amigos, esos con los que hemos pasado los últimos días... unos normales y saludables por fin, no es de mi agrado ni me hace muy feliz, y me hace sentir como que solo he formado parte de un sueño y me han despertado de golpe. Me duele la cabeza. Y además, Ian y yo sabemos que estamos diciendo adiós a una época de paz, corta pero pacífica para volver al caos que es nuestra vida real. Aunque no dudaría en volver a tomarme unos segundos en esta existencia paralela, cuando pueda. Otra vez.Bebo mi manzanilla con hielo y limón concentrada en el azul del mar. De repente me gusta el sabor de las olas rompiendo en la madera del yate. Estamos de vuelta a la isla para regresar a Rusia... dos viajes y distintos caminos en un mismo día. Que lástima de circunstancias. Me encantaría seguir así, unos días más al menos pero supongo que eso debe esperar. "Por motivos de seguridad se fuguró su muerte pero el ministro ya está de regreso junto a su esposa para cumplir con sus obl
Un desfile de vestidos se hizo para mi en la habitación. Dos diseñadores de ropa pugnan por hacerme su modelo y finalmente elijo uno negro, con escote en uve y seda que resbala por mis costados, la espalda libre y la falda abierta, como si bailara a mi alrededor un montón de seda sensual y elegante a la vez. Un chaleco de piel para cubrir mis hombros hasta que estemos bajo la protección térmica del sitio del evento.—El vestido es un escándalo pero puesto en tu cuerpo una bendita obra de arte —me suelta un beso en el cuello.Alzo la vista al espejo y lo tengo detrás de mi, acariciando mi vientre, saboreando la piel de mis hombros con su boca ardiente.—Te vi mirándome cuando me lo probaba —confieso divertida por sus mordidas en mi cuello —. Por un lado quiero hacerte sufrir de celos y por otro alimentar el deseo en esa mirada. Ian, me vuelvo loca por la manera en que me miras.—Loco me voy a volver cuando te miren los demás.—Pero soy tuya, que todos lo sepan —decreto.—No pienso perm