La bestia

Mientras veo como Samuel sigue esperando por mi, sin entender qué se describe en mi expresión completamente nueva para él, yo pienso en las palabras de Alessio.

Todos me desean, enloquecen entre mis piernas y no entendía por qué pero ahora lo tengo delante de mí...ellos piensan que necesito protección, que voy a romperme en cualquier momento y esperan recoger mis pedazos para usar mi cuerpo a su favor. Soy una maldita muñeca para disfrutar, hasta de mi dolor y vulnerabilidad.

Se ha vuelto perjudicial mi belleza, la catedral y la imagen frágil que represento.

El poder me posee, pero yo tengo que invertir eso. Tomar nuevas decisiones y que haya una lluvia de cambios ...cualesquiera que sean luego las consecuencias.

—Siento no haber podido ayudarte, yo...

—No necesito ayuda, Samuel —hay furia en mi voz —. Necesito que me dejes en paz y sigas con tu vida. No tienes que cuidar de mi y no te he pedido nada. Así que adiós.

Su rostro se descoloca pero no me quedo a remendar lo que he dich
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