Es mío

El mundo era una caja de sorpresas o eso era al menos lo que creía Hades, porque aunque sus sospechas solo quedaban en sospechas, nunca pensó que estuviera tan acertado esta vez. Y su propio hermano era el protagonista.

-¿Y bien? ¿Quién de los dos empieza?- Hades estaba mortalmente serio.

Rodrigo bajó la cabeza y apretó los puños tensando su cuerpo como todo lobo joven ante un alfa que parecía molesto. Una mano que se posó en su hombro lo reconfortó a pesar de que el dueño de esta no lo estuviera mirando. Leoxi lo envolvió con su olor sin importarle su estaba delante de su alfa y la madre del lobo joven. Si debía defenderlo lo haría pero no permitiría que fuera regañado o golpeado.

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