Nicolás se dejó caer en el sofá de su cuarto totalmente agotado y se dejó abierta la camisa de la simple ropa que se había puesto después de llegar. El viaje había sido largo de regreso y ni siquiera le había notificado a Hades que estaba de regreso. Solo quería dormir cerrando sus ojos. Estaba tan aturdido que no sintió la presencia que se puso detrás de él y le abrazó por detrás el cuello. Un olor a lirio irreal llenó sus fosas nasales.
-Acaso no vas a saludar a tu hermana-
Los ojos de Nicolás se abrieron y giró el rostro notando la hermosa loba que estaba allí y le sonreía.
-Hola Nico-
El lobo se qued
Nebraska se removió en la cama ante las voces a su alrededor y que taladraban su cerebro. Como resultado abrió los ojos de muy mal humor. Y eso no era anda bueno...nada bueno. En la puerta vio a su esposo que tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados delante de su pecho.La loba apretó los dientes. Rápidamente reconoció el olor de su hija y con ella el de alguien más. El de Layan. Así que estaban discutiendo como lobos incivilizados durante la mañana como si nadie en la mansión estuviera durmiendo. Y más ella que su esposo la había tenido despierta hasta muy tarde.Sigilosamente se levantó de la cama y se pasó un camisón largo hasta los tobillo y caminó hasta ponerse detrás de hades que apenas si la notó
Priscila caminaba varios pasos detrás de Layan. Sus manos sujetadas detrás de su espalda recta y su mirada fija en el lobo delante de ella. Por su parte los hombros de Layan estaban sumamente tensos y caminaba refunfuñando a pesar de que la mañana era bastante agradable.La loba recordaba su salida ocultándoselo a todos los miembros de la manada. De seguro su madre regañaría a su padre y su tío lo haría también. Solo se había ido sin más. Así era mejor. No quería que ellos se encariñaran más con ellos o la extrañaran. Por lo que había hecho su presencia lo menos notable posible. Su padre fue el único que la despidió antes de partir.-En serio me parece increíble que haya terminado así-
Layan chasqueó la lengua molesto. Esta cachorra le estaba mermando la paciencia. Rechinaba los dientes incómodo y lo que más le incomodaba era que Priscila ni siquiera se inmutaba ante su evidente molestia. Pero el no cedería tan fácil, no era el alfa de su manda y líder del consejo por gusto, le lanzó nuevamente la camisa a Pris que cayó sobre su cuello y pasó por al lado de ella.-Hazlo tú- sus pasos eran firmes y comenzaron a alejarse de ella.Priscila agarró la prenda que estaba manchada levemente con su propia sangre. El lobo al final no había cedido pero ella ni siquiera se inmutó. Sabía que Layan era un lobo difícil. Mucho mejor, era más divertido así, aunque no sintiera nada de diversión o felicidad en ha
Leila había olido a su hermano y había bajado corriendo las escaleras desde su habitación. Pero la imagen que vio la hice quedarse quieto ante su hermano y la mujer que le pareció muy familiar compartiendo una situación incómoda.-¿Hermano quien es ella?- era muy parecida a Nebraska, pero su cabello era muy largo y negro, sus ojos plateados y su rostro era incluso más refinado y hermoso.Una pulsada batió su corazón. Nunca había conocido a alguien que podía llamar tanto la atención con su imagen y eso era mucho decir después de estar conviviendo un tiempo considerable con una loba albina. No le gustó aquello y menos la forma en que la expresión corporal de ella giraba posesivamente en torno a su hermano.
Layan pasó por varias sensaciones antes de que su ceño se frunciera. Su habitación estaba a oscuras, solo iluminada por la luz de la luna que se filtraba por el balcón, a través de las finas cortinas de su cama de dosel. Aun así podía ver perfectamente, gracias a sus capacidades lobunas, el rostro sonriente y frío de la mujer sentada sobre él.Los muslos blancos estaban a cada lado de su cadera, haciendo que el simple y holgado camisón corto se corriera hacia arriba dejando demasiada piel a la vista. Si eso fuera lo peor no se molestaría. Priscila tenía todo su torso acostado sobre su pecho recostando su rostro en su mano. La posición hacía que uno de sus hombros estuviera totalmente descubierto y parte del valle de su pecho. Y a ella no parecía incomodarle.
Layan odiaba no tener el control y sobre todo no comprender que ocurría. Como ahora. Se habái despertado y tenía no solo a su hermana en la puerta con cara de incrédula, sino a Priscila como si hubiera pasado por un fogoso episodio excitante.-Hasta que...por fin...me sueltas- ella jadeó contra la almohada después de girarse boca abajo pareciendo ¿satisfecha? El olor que desprendía era sumamente dulce sobre todo de la humedad que se encontraba entre sus muslos.Layan frunció el ceño y se giró hacia su hermana sentado en la cama con sus piernas cruzadas.-Leila, espérame en el comedor. Tengo otros asuntos que atender primero--Sí, me di cuenta- h
Nebraska estaba en el estudio delante de los registros de la manada verificando que las condiciones de vida estuvieran en su mejor estado. Esa parte la había asumido para aligerar la tarea de Hades como alfa y se le daba bien. Después de todo ella había asumido todas esas tareas cuando era reina de su antigua manada.Había sido joven al asumir el cargo por lo que no confiaba en muchos como para darle tanta responsabilidad. Y había estado en lo correcto. Al único lobo al que le había entregada su confianza había sido Liam y mira como había terminado. Ahora era mucho más precavida. Ya no era una simple cachorra. Al menos ahora tenía a su esposo, hijos, cuñado, al beta con su esposa y sabía que con ellos no había problemas. Aun así no bajaba la guardia.
Priscila estaba sumida en el sueño. Su cuerpo estaba agotado y dolía en algunos lados. Sobre todo sus piernas por la larga caminata a la que el alfa la había hecho someterse, sin pensar que ella llevaba ¿Cuánto tiempo sin caminar tanto? ¿10 años? Hasta Litus la había llevado casi todo el camino en su lomo para ayudarla a descansar.Ahora, después de provocarlo lo suficiente como para sacarlo de sus casillas, otra vez, deseaba sumirse en la total inconciencia. Porque ahora tenía la seguridad que podría hacerlo sin que su mente fuera invadida, la razón de eso se debía a...Unas manos estuvieron pronto su cuerpo tocando su piel con cierta fuerza.-Layan- ella soltó con voz pastosa y los ojos