Estás celosa

Layan chasqueó la lengua molesto. Esta cachorra le estaba mermando la paciencia. Rechinaba los dientes incómodo y lo que más le incomodaba era que Priscila ni siquiera se inmutaba ante su evidente molestia. Pero el no cedería tan fácil, no era el alfa de su manda y líder del consejo por gusto, le lanzó nuevamente la camisa a Pris que cayó sobre su cuello y pasó por al lado de ella.

-Hazlo tú- sus pasos eran firmes y comenzaron a alejarse de ella.

Priscila agarró la prenda que estaba manchada levemente con su propia sangre. El lobo al final no había cedido pero ella ni siquiera se inmutó. Sabía que Layan era un lobo difícil. Mucho mejor, era más divertido así, aunque no sintiera nada de diversión o felicidad en ha

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