Aleksei me deja en el suelo con lentitud. Su semblante está pálido, lleno de terror, y puedo asegurar que el mío está exactamente igual. —Papá —dice él, sale del cubículo y se enfrenta a su padre. Yo solo observo en silencio cómo trata de esconder con su mano una menguante erección.
—¿Qué mierda creen que están haciendo? —le espeta Mijaíl mientras Aleksei frunce el ceño como si no entendiera a qué se refiere su progenitor.
—¿De qué hablas?
—No me quieras ver la cara de estúpido, Aleksei. Svetlana, sal de ahí. Muerdo mi labio inferior. Joder.
Toda la puta noche me la pasé en vela, pues esperaba para ver a Aleksei, pero este nunca llegó a la casona. A eso de las cuatro de la mañana me quedé dormida y no supe más. Ahora tengo la duda en mí. ¿Ya llegó? ¿Podría escaparme un rato a la casa de servicio para verlo?Miro la hora en el móvil. Las nueve de la mañana. Quisiera enviarle un mensaje de texto diciéndole que quiero verlo, pero mi teléfono está intervenido por el equipo de seguridad. Sí, no tengo privacidad por esta parte.Me levanto de la cama con una misión: llegar a hablar con mi guardaespaldas y que las cosas vuelvan a fluir como hace una semana. Odio no verlo, no conversar con él, no besarlo en las
Bajo las escaleras en dirección a la terraza luego de que el rubor por los besos de Aleksei se me ha pasado. Como supuse, hay mucho jaleo en la casa debido al montaje de la fiesta para esta noche. Sigo mi camino hacia la parte trasera de la casona para salir a la zona de recreo que está ubicada en el ala izquierdo de la residencia.Al salir hay un camino de madera que conduce a un enorme gazebo, en donde hay una mesa de metal y cristal de seis sillas. Frente a ella está la piscina que nunca se usa.Me acerco todavía con una media sonrisa que me queda de los minutos anteriores, pero muere en el instante en que veo a las personas que acompañan a mis padres. Los Kórsacov no son mi familia favorita, todo lo contrario, sé que ellos buscan
Me separo de mi tío con una gran sonrisa. Estoy contenta de verlo, ya que hace dos años que no lo veo y me hace ilusión que esté aquí. Es el hermano menor de mi padre, Vladislav Záitsev, un hombre que solo comparte el apellido con mi progenitor. Él y mi padre son completamente diferentes. Es divertido, alegre, leal… y a pesar de ser la cabeza de la Bratva en Nueva York, no deja de ser un gran tipo.—Pero mira que grande está mi niña —dice poniendo sus manos en mis hombros mientras sonríe con añoranza—. Estás hermosa, cariño. Feliz cumpleaños.—Gracias. —Vuelvo a abrazarlo porq
—En el auto hay algunas cositas que nos han dado para ellos —dice Sherlyn y la veo caminar hacia la camioneta.Unos dientes pequeños pero filosos se clavan en mi mano. Miro al cachorro blanco y sonrío al verlo pelear con mi palma. Duele, mas no como para crear un drama.—¿Qué nombres les pondrás? —pregunta mi tío colocándose en cuclillas a mi lado.—No lo sé.Miro extasiada a los cuatro bebés.—Tienen dos meses de edad. Son hijos de una misma loba; a la madre la cazaron unos hombres y un equipo de personas rescataron a las crías. Una de ellas
Me giro como puedo entre sus brazos e ignoro el tirón que dan mis lobos a las correas para que siga avanzando.—Hola. —Muerdo mi labio para reprimir una sonrisa. Fracaso. —Te extrañé —dice él apretándome contra su cuerpo. Me encanta sentir su calor contra el mío, es reconfortante.—Yo también. Siento mucho lo tonta e infantil que fui. —Apoyo mi frente en su pecho. Estoy muy avergonzada de mi actitud. —Soy yo quien debe pedir disculpas por no saber expresarme. —Sus manos viajan a mi cara y me hace alzar la vista para que lo mire—. Estar contigo jamás será una estupidez, ¿queda claro?Asiento y enseguida sus labios se conectan con los
Luego de nuestro momento de intimidad en medio del bosque y de devolverle el favor a Aleksei, retornamos a la casona. Allí el movimiento está incluso aún más intenso que cuando nos perdimos por unos minutos. Me despido de mi chico con una gran sonrisa a los pies de las escaleras y con una mirada cómplice, sintiendo todavía la sensación de su boca en mí.Le solicito a Mijaíl que me busque un obrero para hacer una especie de hábitat para mis lobos, donde ellos se sientan con libertad en el bosque, pero sin peligro de escapar. Mientras tanto, se quedarán en las jaulas de los perros de seguridad, obviamente separados de estos, ya que son máquinas de matar y podrían hacerles daño. Justo ahora miro por la ventana de mi habitación;
Mi madre se marchó luego de entregarme lo que quería, dado que debía estar al lado de padre para recibir a los invitados. A los pocos segundos, volvió mi tía Sher para acompañarme a la fiesta, misión que falló, y ahora ambas aguardamos a la señal de Alisa. Sí, ella es una perfeccionista y un tanto desesperante; ha gritado de horror cuando he bajado a la planta baja para dirigirme al patio.—Aún no es el momento, debes esperar que lleguen todos para hacer tu gran entrada.Es obvio que la miré como si estuviera loca y luego di media vuelta, no sin antes escuchar un halago de ella hacia mi vestido. —Tu padre ha triplicado la seguridad —comenta mi tía y levanto la mirada de mi te
Konstantin me conduce al centro del lugar. La voz de antes, que supongo es el animador de la fiesta, llama para el primer baile de la noche y mis piernas tiemblan de miedo, no me gusta hacer el ridículo en público. El hijo del segundo hombre más importante de la Bratva toma mi mano y la alza a la altura correspondiente. Mi cuerpo reacciona por instinto y coloco mi mano libre en su hombro.Siento sus dedos quemar la parte baja de mi espalda desnuda cuando toca allí. De una forma sutil me pega más a su pecho, de modo que en medio de nuestros cuerpos solo queda una franja de un centímetro de ancho. Suspiro.—Te estás aprovechando de la situación