Konstantin me conduce al centro del lugar. La voz de antes, que supongo es el animador de la fiesta, llama para el primer baile de la noche y mis piernas tiemblan de miedo, no me gusta hacer el ridículo en público. El hijo del segundo hombre más importante de la Bratva toma mi mano y la alza a la altura correspondiente. Mi cuerpo reacciona por instinto y coloco mi mano libre en su hombro.
Siento sus dedos quemar la parte baja de mi espalda desnuda cuando toca allí. De una forma sutil me pega más a su pecho, de modo que en medio de nuestros cuerpos solo queda una franja de un centímetro de ancho. Suspiro.
—Te estás aprovechando de la situación
Estoy sentada en el mismo lugar desde hace una hora con mi barbilla apoyada en mi puño y con el aburrimiento recorriendo todo mi ser. Desde mi “trono” puedo ver las parejas que beben en grupos; se ríen, otros bailan. Mis padres hablan con los Kórsacov y los Dobrovolski. Mis tíos se han desaparecido hace un buen rato y Konstantin revolotea a una distancia prudente, deseoso de acercarse.En este punto hay muchas personas alcoholizadas. Hijos de socios de mi padre se aproximan a mí para molestar y las chicas para tratar de tener alguna oportunidad conmigo. Los alejo a todos con una mirada, dado que no me interesa ninguna relación o amistad falsa.Me la he pasado los últimos minutos mirando a mi alrededor, buscando una señal de mi guardaespaldas, pero ellos están colocados discretamente para no molestar en la fiesta, por lo que se me hace difícil encontrarlos. Siento el pe
Tras recomponernos rápidamente, ambos salimos del baño. Lanzo otra mirada a la cámara de seguridad y hago una nota mental de ir a hacerle una visita al pervertido de Gólubev. Caminamos hacia la salida y a unos metros de esta, nos topamos con Konstantin. Al vernos, el castaño frunce el ceño.—¿Dónde estabas?—Eso no es de tu incumbencia. ¿Qué quieres? —digo con hostilidad y sus ojos oscuros se desvían a Aleksei. Hace una mueca.—Tu padre me ha enviado a buscarte.—Gracias, pero para eso está mi guardaespaldas.Paso por su lado y golpeo su brazo con mi hombro. Sigo mi camino hasta el exterior donde la fiesta se mantiene en pleno apogeo. Bajo las escaleras con los dos hombres detrás de mí. Ubico a mi padre con rapidez, está en medio del salón con un micrófono en manos. Habla con la gente y n
Antes de que Aleksei me arrastrara hacia la casa, lo último que vi fue escoltas resguardando a las familias más importantes y demás personas metiéndose debajo de las mesas para cuidarse de los disparos que cesaron luego de largos segundos.Justo ahora estoy siendo curada por mi guardaespaldas y juro que estoy a punto de golpearlo.—¡Joder, que me arde y no pongas más esa mierda! —chillo cuando pone más alcohol con el algodón.—Ya, no hagas un drama. —Saca unas gasas y tapa la herida con ellas.Mi tía Sher se muerde las uñas mientras nos observa, su cuerpo tiembla y es abrazada por Vladik.—Tranquila, Sherlyn. Solo fue un rasguño —le digo con una sonrisa conciliadora.Y no miento. La bala solo rozó mi brazo, claro está que me ha dolido como ninguna otra cosa. Sentí el calor como si el disparo hubie
El amanecer es negro. Tanto en el clima como en la casa. Los hombres de mi padre están merodeando en cada esquina y él le grita a todo el mundo. Ha discutido con Vladislav incluso, y Sher ha despertado con dolores en el vientre bajo, lo que nos tiene a algunos tensos.Hace un rato he visto a Gil y Angelique en sus labores como si nada hubiera pasado y eso me alegra. Al menos algunos están bien.Justo ahora estamos mi madre y yo desayunando a solas, en silencio. Slava está en una reunión con la Organización para tratar el asunto del ataque.—¿Cómo te sientes hoy? —pregunta mi madre para romper el silencio. Sus ojos escudriñan la venda que cubre mi herida. Ha vuelto a ser la misma pulcra y distinguida señora Záitseva.—Igual que ayer. —Meto un pedazo de fruta en mi boca—. ¿Tú?—Los resultados no arrojaron nada.
Me paso el resto del día con Sherlyn, por suerte su malestar ha pasado y uno de los doctores de la clínica que ha venido a verla, ha dicho que estará fuera de peligro si se mantiene en absoluto reposo y sin emociones fuertes. ¿El problema? Ella tiene que viajar cuanto antes a Estados Unidos, ya que mi tío no puede distanciarse por mucho tiempo de la sede de la Organización allá.—Puedes quedarte aquí —propongo y ella niega con expresión de horror.—De ninguna manera. No soportaría a Slava por más de una semana. Además, estaré sola aquí.—Ya he salido del colegio, puedo quedarme contigo cuantas veces quieras. —Me encojo de hombros. Es la verdad, para mí sería un placer.—No, bonita. Tengo muchas cosas que hacer en Nueva York como para instalarme en este país.—No puedes hacer e
Me observa con tanta intensidad que creo puede ver en mi interior. Sus ojos de un azul ardiente y vívido me convencen de que él es la persona correcta, que él es el merecedor de lo más importante de mí. El amor con el que siempre me ve se ha convertido en deseo.Cuando sus labios se unen a los míos, viajo por un mambo de sentimientos; todo lo que siento por Aleksei se ha intensificado al doscientos por ciento al entrar en esta especie de intimidad. Y eso que solo me está besando. Sus labios tibios y suaves marcan un ritmo lento y pasional. Sus manos antes en mi cintura buscan las mías y entrelaza nuestros dedos por encima de mi cabeza.Lo siento respirar, su pecho sube y baja sobre el mío. Sé que nuestros corazones laten frenéticos al mismo ritmo. No por los nervios, sino por la anticipación de lo que haremos.He escuchado en la escuela, en la calle, he leído
Dos días pasan y he visto poco a Aleksei. Con el problema con los irlandeses, mi padre lo ha mantenido en el refuerzo de la vigilancia dejándome a mí encerrada en la casa. Mis tíos se han ido y mi madre no es la mejor compañía, así que me aburro metida en mi jaula.Me siento en mi cama y hago una mueca por la ligera molestia que aún me importuna. También sonrío, porque es un firme recordatorio de lo que hemos hecho.Esa misma noche, luego de dormitar un poco enredados en nuestros cuerpos, decidimos marcharnos. Estábamos contra el reloj, además de que en cualquier momento alguien preguntaría por nosotros y eso significaba un gran problema.—Lana.Levanto la mirada para encontrar a mamá en la entrada de mi habitación.—¿Pasa algo?—Tu padre me ha enviado para decirte que el sábado tenemos una ce
Esa noche no llega. Nada más llegar, mi padre nos ordenó ir con él a la cena de cumpleaños de la esposa de Ruslan Lavrov, la cuarta parte de la Bratva. Y como familia principal debemos ir todos.Es por eso que estoy aquí, tirada en un sofá de una fría y aburrida casa. Con ganas de irme a mi propio hogar y con deseos de matar a un engendro del mal a quien llamaron Konstantin. Sinceramente no sé qué clase de materia llena su cabeza, pero cerebro no es.Revolotea por mi alrededor como mariposa en una flor. Deja caer sus comentarios de mal gusto de vez en cuando y no para de guiñarme el ojo. De seguir así se quedará con el tic.Aquí no hay mucho que explorar, este lugar no es tan grande como la casona, hay poco terreno para caminar y la seguridad es más desde el ataque de los irlandeses. Como en casa.Lavrov tiene tres hijos. Alisa, q