Me observa con tanta intensidad que creo puede ver en mi interior. Sus ojos de un azul ardiente y vívido me convencen de que él es la persona correcta, que él es el merecedor de lo más importante de mí. El amor con el que siempre me ve se ha convertido en deseo.
Cuando sus labios se unen a los míos, viajo por un mambo de sentimientos; todo lo que siento por Aleksei se ha intensificado al doscientos por ciento al entrar en esta especie de intimidad. Y eso que solo me está besando. Sus labios tibios y suaves marcan un ritmo lento y pasional. Sus manos antes en mi cintura buscan las mías y entrelaza nuestros dedos por encima de mi cabeza.
Lo siento respirar, su pecho sube y baja sobre el mío. Sé que nuestros corazones laten frenéticos al mismo ritmo. No por los nervios, sino por la anticipación de lo que haremos.
He escuchado en la escuela, en la calle, he leído
Dos días pasan y he visto poco a Aleksei. Con el problema con los irlandeses, mi padre lo ha mantenido en el refuerzo de la vigilancia dejándome a mí encerrada en la casa. Mis tíos se han ido y mi madre no es la mejor compañía, así que me aburro metida en mi jaula.Me siento en mi cama y hago una mueca por la ligera molestia que aún me importuna. También sonrío, porque es un firme recordatorio de lo que hemos hecho.Esa misma noche, luego de dormitar un poco enredados en nuestros cuerpos, decidimos marcharnos. Estábamos contra el reloj, además de que en cualquier momento alguien preguntaría por nosotros y eso significaba un gran problema.—Lana.Levanto la mirada para encontrar a mamá en la entrada de mi habitación.—¿Pasa algo?—Tu padre me ha enviado para decirte que el sábado tenemos una ce
Esa noche no llega. Nada más llegar, mi padre nos ordenó ir con él a la cena de cumpleaños de la esposa de Ruslan Lavrov, la cuarta parte de la Bratva. Y como familia principal debemos ir todos.Es por eso que estoy aquí, tirada en un sofá de una fría y aburrida casa. Con ganas de irme a mi propio hogar y con deseos de matar a un engendro del mal a quien llamaron Konstantin. Sinceramente no sé qué clase de materia llena su cabeza, pero cerebro no es.Revolotea por mi alrededor como mariposa en una flor. Deja caer sus comentarios de mal gusto de vez en cuando y no para de guiñarme el ojo. De seguir así se quedará con el tic.Aquí no hay mucho que explorar, este lugar no es tan grande como la casona, hay poco terreno para caminar y la seguridad es más desde el ataque de los irlandeses. Como en casa.Lavrov tiene tres hijos. Alisa, q
Si bien la idea de mi madre embarazada es un gusto amargo para mí, para mi padre es un motivo de gran celebración. Vodka, cerveza, comida y música. Sí, señor, toda una fiesta porque al fin su maldito pene ha funcionado y ha dejado a mi madre encinta otra vez. Pero no, el problema de concepción es de mi madre, sería un insulto alegar que Svyatoslav Záitsev no sirve para procrear.Aunque el ginecólogo dijo que Larissa es la del problema, digamos que no le creo del todo.Miro la celebración vespertina. Es increíble ver cómo hombres y mujeres han dejado sus responsabilidades aparte por el capricho de mi padre de festejar a mediados de semana. Más increíble es que todos estén disfrutando como si no hubiera un peligro inminente allá afuera, ¡como si anoche no hubiéramos sido víctimas de un segundo ataque de la maldita <
Superviso con atención la construcción del refugio para mis lobos. Se hará una pared de concreto de un metro, luego se completarán tres con mallas de contención. Siempre respetando la naturaleza, no se ha cortado un solo árbol y eso me gusta, quiero que se mantenga un ambiente natural para mis mascotas.La mitad del trabajo está hecho, los obreros son eficientes. Mijaíl no se ha equivocado. El sistema de agua será lo más difícil, pero ellos han hablado de un pozo subterráneo. Ni idea de cómo harán eso. Según tengo entendido, todo estará hecho dentro de los próximos cinco días.Abandono el bosque para ir al encuentro con mi padre. Antes no me ha podido atender y ahora espero que sí. Quiero escuchar de su propia boca lo que mi madre me ha dicho. Tengo que estar segura de ello.Cuando llego a la casona, voy directo a su
AlekseiMiro desde mi lugar la situación tensa que se ha hecho en el salón. Mis ojos viajan sin querer a Svetlana, su cuerpo está rígido, se siente incómoda. Lo sé porque conozco cada uno de sus movimientos. Aunque quiera aparentar indiferencia y estar relajada, sus luceros dicen lo contrario. Desea saber, como todos los presentes, quién es el tipo que ha entrado.Siento un sabor amargo en la boca. Slava podría tramar cualquier cosa si va a salir beneficioso de ello. Es una de las tantas cosas que lo diferencia de su hija. Mi princesa es comedida, piensa siempre los pros y los contras, vela por que su decisión sea la mejor para todos, no solo para ella.Sin embargo, me temo que, en este nido de bestias, ella terminará convirtiéndose en una de ellas.Tiene potencial para manejar un mundo completo, pero nadie se per
«Me ha vendido». Es la frase que se repite fervientemente en mi cabeza. Sabía que no valía mucho para Slava, pero no tenía idea de que para él no soy más que un activo. Fui ingenua y creí que al menos me tenía algo de cariño, ¿y cómo no pensarlo? Se supone que él es mi padre.Y aunque sea un idiota, esto de hoy en particular me ha dolido como nunca nada lo ha hecho. Tal humillación frente a toda la Organización es un plus para la miserable vida que acaba de construir para mí.Es seguro que después de hoy no seré la misma Svetlana.Llevo mis manos a mi cuello, aún siento sus dedos grandes y fuertes cerrarse en mi garganta y apretar hasta dejarme sin aire. Es una bestia, un monstruo sin escrúpulos. Toco con las yemas de mis dedos mi labio partido por su bofetada. Es la segunda en mi lista de cosas
Ha pasado todo un día desde que estoy comprometida con Ayham. Por más que luché y protesté, pronto seré entregada a ese príncipe estúpido y egocéntrico. La sorpresa que se llevará cuando se entere que no soy virgen como les gustan a ellos. Al menos tengo la esperanza que eso traerá conflictos entre los dos bandos. De no importarle al jeque, entonces tendré que implementar otra opción. Desde adentro pienso provocar una revolución. Tal vez y le pida a Aleksei que me embarace.Me río por mis absurdos pensamientos.Me doy vuelta en la cama y veo la hora en el móvil: las dos de la mañana. Es lunes ya y yo aún no logro conciliar el sueño. Deseo ver a mi chico, anhelo estar entre sus brazos. No me importa nada más que él justo ahora.Analizo las posibilidades de ir a la casa de servicio. Podría bloquear las c&a
Dormito sobre el pecho de Aleksei, sé que debo volver a la casa, pero prefiero quedarme entre sus brazos, calentita y segura. Amada, sobre todo. Sus brazos me rodean, me siento como si estuviera en mi hogar. Su pecho se balancea: su respiración acompasada es un bálsamo para mí.Un fuerte golpe en la puerta nos hace sobresaltar. El corazón me martillea en el pecho mientras miramos a la entrada y nos cubrimos con las sábanas. Otro golpe más fuerte. La sangre se drena de mi cuerpo y siento las manos de Aleksei tomar mi rostro.—¡Escúchame! —me grita. Lo miro con terror. Creo que es la primera vez que tengo tanto miedo—. Pase lo que pase, quiero que sepas que te amé, te amo y te amaré siempre. —Se me llenan los ojos de lágrimas, pues se está despidiendo. Sabe tan bien como yo quién es el que está detrás de la puerta—. Er